La vorágine
irracional del Gobierno argentino rompió los pocos frenos que contenían su
autoritarismo
SANTIAGO A. CANTON
El País, 16 FEB 2015
Carlos Argentino
Daneri le aclaró a Borges que el Aleph es uno de los puntos del espacio que
contiene todos los puntos. Borges, en ese “instante gigantesco” en que se
acercó al Aleph, vió “millones de actos deleitables o atroces”. Al igual que el
Aleph, el caso Nisman ha logrado unir, en un instante gigantesco, las
características del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Lamentablemente
en este caso, “la pequeña esfera tornasolada” sólo muestra instantes atroces.
La vorágine
irracional del Gobierno argentino al momento de responder por la acusación y
muerte del Fiscal Nisman rompió los pocos frenos que débilmente contenían a un
gobierno autoritario, corrupto y con escaso respeto a la ley.
Repasemos algunos
de esos instantes que nos muestra el Aleph Nisman, y que ya pueden ir tallándose
en el frontispicio del legado de Cristina Fernandez de Kirchner.
División de Poderes
En el Congreso no es
muy distinto. Apenas conocida la denuncia, el kirchnerismo atacó al fiscal,
profesional y personalmente. Cuando forzados por la muerte de Nisman, se vieron
obligados a reformar la ley de inteligencia, la obediencia debida bajó
velozmente desde la Casa
Rosada y los congresistas cumplieron militarmente con las
instrucciones presidenciales, dando media sanción a una ley que ni siquiera
convence a sus aliados más serios.
Tampoco se puede
pretender que la presidenta lea todas las mañanas el Espíritu de las Leyes de
Montesquieu, pero ayudaría a la
República que, entre baile y baile, repase algunos capítulos.
Libertad de Prensa
El teatro del absurdo
que el jefe de gabinete, Jorge Capitanich, interpreta naturalmente todas las
mañanas, tuvo su mejor momento cuando, frente a las cámaras, hizo trizas el
diario Clarín, repitiendo obedientemente “Clarín Miente”. Al día siguiente,
cuando se comprobó que la información era correcta, ya era tarde para tragarse
los restos de la prensa destruida.
Pero el ataque a la
prensa no se limita al histrionismo mañanero. El periodista que hizo pública la
muerte de Nisman tomó la decisión de irse del país por temor a su seguridad
personal. A las pocas horas, la página oficial del Gobierno confirmó el temor
del periodista al publicar su pasaje electrónico diciendo que se había ido de
vacaciones a Uruguay, mientras el periodista, desde Israel, explicaba al mundo
las persecuciones de las que fue víctima en Argentina.
Espionaje
Alguien debe avisarle
a los espías argentinos que en 1983 volvió la democracia. En el año 2005,
parecía que Néstor Kirchner había tomado esa decisión, cuando se comprometió
ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las víctimas de
la AMIA , a
reformar la ley de inteligencia. Lamentablemente, la propuesta de los espías
pudo más que la memoria de las víctimas, y Néstor Kirchner no cumplió con su
compromiso. Mientras tanto, durante estos 10 años, el Gobierno mantuvo a los
espías ocupados espiando a sus “enemigos” internos.
Corrupción
Nisman murió luego de
denunciar a la presidenta, al canciller Héctor Timerman y otras tres personas
por negociar un acuerdo secreto con Irán para encubrir el atentado de la AMIA. Si bien el
canciller negó sistemáticamente dicho acuerdo, los audios que son parte de la
prueba que presentó el fiscal, revelan que existió una negociación paralela
realizada por personas que no forman parte del Gobierno, y que son más
conocidas por posiciones antisemitas, violentas y por actuar como primera línea
de choque del Gobierno. Antes que Timerman, los cancilleres Bielsa y Taiana
rechazaron sistemáticamente todas las ofertas de Irán para negociar
políticamente el caso AMIA. Bielsa mencionó que los iraníes ofrecían mejoras comerciales
de hasta 4 mil millones de dólares. Parece que con Néstor, Bielsa y Taiana, los
principios tenían más solidez.
Los enemigos y
nosotros
A partir de la
denuncia del fiscal, el enemigo, usado sistemáticamente por el kirchnerismo
para polarizar a la sociedad y evitar la dispersión de la base propia, pasó a
llamarse Nisman, fiscales, jueces y golpismo jurídico. La marcha convocada en
homenaje a Nisman, en palabras de la presidenta y sus robots, es la marcha de
los “otros”, de los “golpistas”, de los que “odian”, de los “narcos”, de los
“antisemitas”, de los “infames”, de los “mentirosos”, entre otros
calificativos.
La construcción de un
enemigo está en el ADN de la historia, pero alguien debería decirle a la
presidenta, que su uso puede tener graves consecuencias. Los Protocolos de los
Sabios de Sion, los “Enemigos del Estado” de Hitler y el “Eje del Mal” de Bush
son algunos ejemplos que deberían hacer reflexionar a la presidenta sobre el
riesgo del uso inmoral de la construcción de un enemigo.
El Aleph, ese
“microcosmo de alquimistas y cabalistas”, se perdió cuando derrumbaron la casa
de los padres de Carlos Argentino Daneri. Por suerte Borges nos relata que el
Aleph siempre ha existido. Esperemos que cuando reaparezca se hayan ido los
alquimistas y cabalistas y haya más imágenes “deleitables” que “atroces”. Sin
perjuicio de siempre querer seguir viendo los bailes y la alegría de la
presidenta mientras nuestra casa se derrumba.
Santiago Canton es
director ejecutivo del Centro Robert F. Kennedy para los Derechos Humanos y
profesor de Derecho de la
Universidad de Georgetown.