by Guillermo
Cherashny
Informador Público,
6-2-15
Alejandra Gils Carbó
fue varios años fiscal ante la Cámara de Apelaciones en lo Comercial y es una
obsesiva contra el grupo Clarín desde mucho antes de que Néstor Kirchner,
previamente a traspasarle el mando a su esposa, firmara un decreto que permitía
la fusión de Cablevisión y Multicanal. Esto provocó la zozobra y bronca de la
entonces fiscal, que durante años trató que el grupo Clarín no se expandiera en
el mercado del cable, ya que la funcionaria actuaba como apéndice en la
justicia del grupo de medios menemista que encabezaba el banquero Raúl Moneta,
que tampoco dudó en pasarse al bando kirchnerista bastante tiempo después.
Después de la
devaluación asimétrica del 2002, el grupo Moneta presentó una APE, es decir un
acuerdo preventivo extrajudicial, que le permitió salir de la crisis devenida
después del fin de la convertibilidad. La impugnación de la entonces fiscal
Gils Carbó se basaba en un supuesto fraude millonario en dólares entre Moneta y
el fondo Fintech del mexicano David Martínez, pero Cablevisión descubrió que el
escrito de la denuncia en cuestión era idéntico a otra denuncia del abogado
Gustavo Mitchell, sobrino del camarista que estaba tiempo completo con el
banquero Moneta y entonces la denunciaron por abuso de autoridad e
incumplimiento de los deberes de funcionario público, causa que recayó en el
juzgado federal de Julián Ercolini y en la que intervino el fiscal Jorge di
Lello, quienes demostraron que la fiscal se había copiado de un escrito de
ese abogado, lo que fue probado técnicamente por el destacado semiólogo Eliseo
Verón, de la Universidad de San Andrés, ya fallecido. Éste demostró que los
caracteres y la forma del escrito eran iguales a los utilizados por Mitchell,
abogado de Moneta.
La conversión
cristinista
Esto hizo que la
obsesión de Gils Carbó contra el grupo Clarín creciera con intensidad junto con
la bronca acumulada, hasta que la presidente le ofreció la Procuración General
después del papelón protagonizado en el Senado por el titular de la SIGEN,
Daniel Reposo. Apenas entró en funciones, Gils Carbó se dejó manejar por sus
dos hijas camporistas, quienes gerencian el sitio fiscales.gob.ar, que es un
panfleto donde se muestran operadores de prensa como el conocido
"Topo" Villanueva, el que cambió los comunicados de la fiscal Fein,
lo que demuestra que a la procuradora, cuando no la maneja Moneta lo hacen sus
hijas y el entorno presidencial.
Así fue que se dio su
conversión del monetismo al jacobinismo cristinista. Peor: no sólo nombró
fiscales que tenían acuerdos para otras jurisdicciones, cuyas designaciones
fueron impugnadas con éxito en el fuero contencioso administrativo, sino que no
le importó en qué escalafón estaba Lisandro Pellegrini, novio de su hija
mayor, al que nombró secretario general de la procuración con rango de
camarista, el ascenso más rápido de la justicia argentina. Esta costumbre
de Gils Carbó de modificar el contenido de las resoluciones de sus fiscales
demuestra que sigue con el mismo espíritu manipulador que cuando copió el
escrito de un abogado. Ahora interviene descaradamente en el accionar de los
fiscales que debían tener independencia del ejecutivo al cual Gils Carbó se
somete todos los días.