by Guillermo
Cherashny
Informador Público,
17-2-15
Ya señalamos en otras
notas que para los fiscales federales de Comodoro Py el gran interrogante del
asesinato de Alberto Nisman era a quién le abrió la puerta el día de su muerte.
La mayoría se inclinaba por una mujer que habla alquilando temporariamente un
departamento en Le Parc y que él la conoció en el ascensor y la invitó a su
departamento. Esa mujer habría sido plantada en el edificio dos meses antes por
un equipo de inteligencia del Teniente General César Milani con conocimiento
del dueño de la seguridad de Le Parc, el aviador naval Ceferino Serra. En esta
hipótesis, esta mujer tenía que entrar supuestamente para facilitar el robo o
se sorprendió cuando lo asesinaron y se convirtió en una testigo indeseable. Si
es así, se habría convertido en una presencia molesta aunque sabía que lo
matarían a Nisman. También pudo ser quemada por las dudas.
Mensajes ocultos
Descartada
prácticamente la hipótesis del suicidio por un informe del cuerpo forense, como
informó con seguridad el matutino Clarín, sólo la desaparecida fiscal Viviana
Fein y Aníbal Fernández sostienen la tesis del suicidio, argumentando que
Nisman se dio cuenta de que su denuncia era poco seria, se deprimió y se mató
solo. Una hipótesis así sólo puede ser de Fernández y la incompetente Fein.
La mujer calcinada
fue encontrada a las 14.40 hs del domingo pasado pero la noticia se dio en la
madrugada de ayer, lunes. Y desde las 15 hs del domingo, la escena del crimen
fue pisoteada por todo el mundo. ¿Podría ser un mensaje a Fein para que siga
con la hipótesis del suicidio porque en caso contrario podría ser ella la
próxima suicidada? Lo que sobran son interrogantes y la causa está muy mal
manejada pero todo se inclina por que fue un crimen. Y los que lo hicieron
harán todo lo necesario para mantener las dudas sobre la muerte violenta.
Versiones policiales dicen que es una pordiosera que se suicidó. Es raro pero
podría ser, pero justo enfrente de Le Parc es una coincidencia muy rara y que
abren más dudas que las que hay en torno a este crimen. Se ve que Fein sintió
el golpe propinado por la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien cuestionó
duramente su investigación, en tanto la presidente busca desesperadamente
cambiar la agenda de la ciudadanía, a la que sólo le interesa saber quién mató
a Nisman y si la presidente encubrió a los iraníes.