Una vecina podría haber entrado a lo de Nisman, aplicarle “burundanga” y luego
abrirle al comando
Guillermo Cherashny
Informador Público,
8-2-15
Varios fiscales
federales manejan una hipótesis importante acerca de por qué el fiscal Alberto
Nisman dejó sin llave la puerta de servicio de su departamento el día de su
muerte. La respuesta podría darla su relación con una mujer. Esto explicaría
por qué despidió a su custodia el sábado para que nadie se enterara de sus
actividades y pidió que lo llamaran a las 11,30 hs. del domingo. La mujer en
cuestión pudo haber tocado el portero eléctrico y Nisman abrirle. Pero lo más
probable es que tuviera una amante que vivía en la misma torre Le Parc, lo que
explicaría a su vez por qué no quería custodios en la puerta de su
departamento. Siempre según la misma versión, ya sea que entrara desde la calle
o que fuera una vecina, la mujer le habría suministrado escopolamina, es decir
burundanga, la droga que mata la voluntad y que se usa mucho para entraderas en
departamentos durmiendo a las víctimas en la puerta de su casa. Se trata de una
sustancia líquida, insípida e incolora que se puede dar por vía oral o
inyectándola.
Un cierre sencillo
Lo que habría seguido
sería más fácil. Una vez dormido el fiscal, la mujer en cuestión podría haber
hecho ingresar el comando integrado por varias personas, quienes fabricaron el
“suicidio” con la pistola que encontraron, ya que lo más probable en un
suicidio es que la víctima lo haga con el arma que tiene a mano. El comando,
integrado probablemente en forma conjunta por la célula K, la inteligencia
militar del general Milani y el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia
Nacional), habría entrado con el fiscal Nisman ya dormido, lo que habría
facilitado enormemente el armado del suicidio. Habría sido muy fácil doblar el
dedo de Nisman durante 20 minutos, hacerle tomar la pistola Bersa Thunder 22,
pegarle el tiro a dos centímetros de la oreja, meterlo en el baño, limpiar
todas las huellas y sólo dejar las del muerto. Esta fabricación del suicidio
podría haber incluido hacerle ingerir cocaína en cualquier forma sin dejar
huellas y que en la pericia apareciera como un “drogón”.
También se habla de
los colombianos que utilizan la burundanga para las entraderas que tan bien
conoce Sergio Berni, el secretario de seguridad, que fue el primero en entrar a
la escena del crimen. Es sabido que la madre de Nisman contó que él siempre
tenía “novias nuevas” y que no podía determinar con quién salía últimamente.
Esto demuestra que el fiscal que pidió la indagatoria de la presidente tenía
las debilidades necesarias para que, una vez liberada la zona, una mujer lo
“durmiera” para que después un comando lo “suicidara”.
Cabe recordar que un
sector de la policía bonaerense ligado a los narcos asesinó dos años atrás al
agente de la entonces SIDE Pedro Tomás Viale, alias “el Lauchón”, íntimo amigo
de Jaime Stiusso. Ahora tenemos el asesinato del fiscal Nisman. Dada la
gravedad de los secretos que posee, no sería extraño que la próxima victima sea
el propio Stiusso, que pronto deberá declarar ante la justicia, si es que no se
toman las medidas de seguridad correspondientes.