enemigo de lo cristiano
POR BERNARDINO
MONTEJANO
La Prensa,
09.02.2025
Nos enteramos por
Médias-presse-info del 27 de enero del ataque del gobierno laborista
(socialista) de Gran Bretaña al patrimonio religioso del país.
Hace ya mucho
tiempo, cuando el socialismo moderno nacía, el papa León XIII escribió una
encíclica Diuturnum Illud, sobre la autoridad política, en la cual señala que
de la herejía de la Reforma nacieron “una filosofía falsa, el llamado derecho
nuevo, la llamada soberanía popular y una descontrolada licencia, que muchos
consideran como la única libertad. De aquí se ha llegado a esos errores
recientes que se llaman comunismo, socialismo y nihilismo, peste vergonzosa y
amenaza de muerte para la sociedad civil” (Doctrina Pontificia, II Documentos
Políticos, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1958, págs. 122/123).
Y León XIII no se
equivocaba: el socialismo fue y es, una peste y amenaza de muerte para la
sociedad política.
ROPAJES
Hoy aparece como
social demócrata, la mayoría de las veces, y algunas, como en la Argentina, con
ropaje radical, en tiempos de Alfonsín, o justicialista en los más recientes de
los Kirchner y Alberto Fernández; pero el resultado siempre es el mismo.
Alfonsín nos legó
el divorcio vincular y la llamada educación sexual, con su exhibicionismo
morboso. No olvidamos su elogio de “la libertad igualitaria con la que soñaron
Marx y sus discípulos” y su crítica a los gobiernos occidentales por privarnos
de vivir “en una sociedad más libre, más justa y más igualitaria” (La Nación”,
30/6/1984), como la gozada hoy por los habitantes de Cuba, Nicaragua y
Venezuela, para no ir más lejos.
El legado de los
Kirchner y de Alberto Fernández fueron las mentiras sistemáticas y las promeses
incumplidas, el sodomonio, el aborto, la discordia, la corrupción moral y
cultural, la economía “al revés”, los negociados y el escandaloso incremento
patrimonial de los gobernantes y sus socios, el veto al 82% móvil de los
jubilados, violando la justicia distributiva en forma descarada,, la
inseguridad galopante, la instalación de las drogas, la promoción del juego, la
indefensión del país y la política de las dos pesas y dos medidas.
Incluso Fernández
nos legó el Ministerio de la Mujer, mientras castigaba a la suya, que luego
exhibiría los moretones en su cara; y con sus cómplices, el “amigo Horacio”
Rodríguez Larrata y Kicillof, nos encerró durante la pandemia, mientras
festejaba en Olivos y organizaba vacunaciones VIP.
Es necesario
recordar que, al morir Kirchner, el actual papa celebró una Misa en la catedral
y su “prudencia” entre dos textos posibles lo llevó a elegir uno del Libro de
la Sabiduría que dice: “el justo, aunque muera prematuramente tendrá descanso…
Maduro en pocos años, cumplió mucho tiempo. Como su alma era agradable a Dios,
se dio prisa en salir de la maldad”.
Su prudencia
carnal lo condujo a omitir la parte que mostraba al difunto y que dice: “La
familia innumerable de los impíos no prosperará: es retoño bastardo, no
arraigará profundamente ni tendrá base firme, aunque por algún tiempo
reverdecerán sus ramas, como está mal asentado, lo zarandeará el viento y los
descuajarán los huracanes. Se troncharán sus brotes tiernos, su fruto no
servirá, está verde para comerlo, no aprovecha para nada” (4, 35).
Lo transcribimos
para avivar el recuerdo de la complicidad de un arzobispo tan locuaz con el
legado laicista de los grandes ladrones.
LA TRADICION
Pero volvamos al
socialismo y a sus cómplices. El gran enemigo del socialismo es la Cristiandad.
Por eso quiere destruir la memoria y la tradición cristiana de los pueblos.
Saint-Exupéry
destaca el aspecto dinámico de esa tradición, que “es lo que hace perdurar las
cosas. Es el río invisible, subterráneo, que alimenta durante un siglo los
cimientos de una casa, los recuerdos, el alma” (Correo del Sur, VI).
El socialismo
pretende secar ese río. Y la prueba más reciente la tenemos en la última medida
del gobierno laborista inglés que a través de su ministro de Finanzas y del
Tesoro, Raquel Reeves, establece nuevos impuestos y deja sin recursos cien
edificios históricos, casi todas iglesias.
El aumento de los
impuestos y la tabla rasa del pasado son los dos ejes de la política económica
socialista.
Ante esto, los
obispos católicos de Inglaterra y Gales piden que no se suprima la exención
fiscal para la restauración de edificios religiosos grado 1 por su valoración
histórica.
ESPAÑA
Esta política
anticristiana la sufre España bajo el gobierno de Pedro Sánchez y el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) que, desde su ascenso al poder, no ha dejado
de hostigar a la Iglesia Católica.
El último episodio
es el de Ana Redondo, ministra de la igualdad, que se mete en la administración
de los sacramentos, sosteniendo que negar la comunión a quien la solicite es
inconstitucional.
Mayor invasión de
lo político en el ámbito estrictamente religioso es imposible; perdón, es
posible hoy en China, donde el Partido Comunista ejerce el nuevo patronato en
el nombramiento de los obispos, gracias a los acuerdos secretos del cardenal
Parolin, ratificados por el papa Francisco.
Pero volvamos al
Socialismo y sus anexos políticos y culturales: ellos odian la historia, el
pasado, la tradición, el arraigo. Desconocen el derecho a la continuidad y ante
esto, escribe José Ortega y Gasset: “Las revoluciones, tan incontinentes en su
prisa, hipócritamente generosa, de proclamar derechos, han violado siempre,
hollado y roto, el derecho fundamental del hombre: el derecho a la continuidad”
(Prólogo a la La Rebelión de las Masas,, Obras Completas, Revista de Occidente,
Madrid, 1955, T. IV, p.136).
Porque ellas, como
el socialismo, han querido borrar el pasado y reemplazar la sabiduría de siglos
por letras muertas, instrumento al servicio de poderes inicuos.
BUEN SENTIDO
A los ideólogos
revolucionarios, se opone el buen sentido de Saint-Exupéry: “Si tu separas las
generaciones es como si quisieras reemplazar al hombre mismo en el medio de su
vida y habiendo borrado todo lo que sabía, sentía, comprendía deseaba y temía,
reemplazar esta suma de conocimientos encarnados por las magras fórmulas
sacadas de un libro, habiendo suprimido toda la savia que subía de un tronco y
no transmitiendo más a los hombres que aquello que es susceptible de
codificarse… Ellos cesan de ser alimentados por la vida” (Ciudadela).
Opongamos a todo
socialismo, utópico o realizable, el buen sentido. Que Dios nos conserve la
memoria y nos ayude.