jueves, 27 de julio de 2017

LOS OTROS REFUGIADOS



 Cosme de Las Heras

El Manifiesto, 24 de julio de 2017          

Existe una numerosa comunidad de suecos en Marbella que no están viviendo allí por gusto. Se han visto forzados a abandonar su patria y su trabajo en su tierra para desplazarse hasta el sur de Europa huyendo de la invasión que sufre su país por parte de hordas de vándalos provenientes de lejanos países.

Salir a la calle en Escandinavia se ha vuelto inseguro: los hombres son apaleados y robados y las mujeres violadas, el sistema de seguridad social sueco, otrora envidia del mundo, se ha visto pauperizado, y la sociedad entera, antaño considerada el colmo del primermundismo, es hoy una zona tercermundista.
Las masas provenientes de África y Asia han tomado aquello y lo han convertido en Soweto o en una leprosería de las de la Madre Teresa de Calcuta.

No habiendo tenido nunca Suecia ninguna colonia en África, Asia o América, se ha visto este país obligado a recibir a turbamultas de allende los mares. Es como si el reino élfico de Lothlorien surgido de la pluma de Tolkien hubiera sido tomado por los orcos.
Pero no acaba ahí la cosa: Suecia es calificada de "potencia colonial" por los enemigos de Cristo y de Odín, dado que, efectivamente, este país colonizó a algunos de sus vecinos escandinavos y del Báltico durante algún tiempo, y por tanto, esta gente decreta que Suecia "debe pagar" por su imperialismo. Pero, claro, estos lobbies obvian que los antaño colonizados son luteranos noruegos, daneses y letones, además de católicos polacos, no musulmanes del África profunda.

Ve uno a estos refugiados suecos arrastrándose por el paseo marítimo de Marbella con rostros compungidos, lánguidos, llenos de nostalgia... Donde antes había salmón ahumado, ahora hay espeto de sardinas, donde antes había glögg, ahora hay sangría, donde antes celebraban Santa Lucía, ahora presencian procesiones de Semana Santa... No es que la cultura local no esté bien, es que es normal que echen de menos la suya, que se les niega en su propia nación.

Su piel no es adecuada al sol del Mediterráneo y se les ve quemados, deshidratados y agotados por la insolación.
Ellos (y sobre todo ellas) que tanta alegría nos trajeron en los años 60 y 70 a una España pechoña, con sus bikinis, con sus top less, con su música de Abba..., ahora parecen unas criaturas desarraigadas, unas almas en pena como personajes de una película de Bergman.


Se hace urgente por parte de las ONG’s atender a esta pobre gente, darles cobertura sanitaria de inmediato, techo, subvenciones, y además denunciar enérgicamente la invasión que está sufriendo su bella tierra Hiperbórea. ¿Por qué no se habla de esto? ¿Por qué no sale en los medios convencionales?

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