la serpiente está aquí,
entre nosotros
Miguel Wiñazki
Clarín, 14-7-18
¿Dónde nace el dinero que surge sin partida de
nacimiento en la Argentina? ¿De donde brotan esos billetes fantasmas, producto
del lavado o del narcolavado? Se investigó mucho en relación al lavado K.
El gobierno argentino congeló esta semana los bienes y
fondos del Clan Barakat. ¿De qué se trata? De acuerdo a Washington, es un “club”
de lavado de dinero, narcotráfico y financiamiento sistemático de Hezbollah, la
organización acusada por el fiscal Alberto Nisman de atentar contra la AMIA en
1994.
El detonador utilizado para explotar en la mutual
judía provenía de Ciudad del Este. El jefe del clan es Assad Ahmad Barakat.
Está instalado formalmente en Ciudad del Este y desde allí proveería de fondos
a la Hezbollah. Su vínculos con esa organización son los más altos, tanto con
el ala militar como con la rama financiera del grupo terrorista. Llama la
atención lo que viene ocurriendo con los miembros del clan Barakat en el Casino
de Puerto Iguazú.
La historia del clan viene de lejos. Assad y su
hermano Hamzi Ahmad Barakat habían sido detenidos en Brasil, hace más de 10
años, y deportados a Paraguay por delitos de evasión y defraudación. Ya se
sospechaban sus vínculos con el terrorismo.
Respecto del narcotráfico, los antecedentes
registrados del clan evidencian al menos un intento de tráfico de cocaína desde
Asunción hasta Damasco, Siria, tras proyectar embarcar esa mercadería en el
Puerto de Buenos Aires. La operación fue frustrada en el Aeropuerto de Asunción
en 2003.
¿Hubo antes o después otros intentos no fallidos? De
acuerdo al Departamento de Estado, sí.
Lo concreto es que en Ciudad del Este se organizó una
matriz de financiamiento que llamó la atención del fiscal Alberto Nisman en su
momento y sobre la que elevó un minucioso informe que no tuvo mayores
consecuencias concretas para el clan Barakat hasta hoy. En su denuncia, el fiscal
muerto había alertado literalmente sobre esa base de operaciones ilegales: “...
en la zona fronteriza tripartita se ha verificado la instalación de diversas
instituciones culturales y religiosas islámicas estrechamente vinculadas a
dependencias del Estado iraní en el extranjero y que, además, llamativamente,
han sido lideradas por reconocidos miembros de la organización terrorista
Hezbollah en la región”. Sin dudas, Nisman era una figura muy inconveniente
para los intereses de los Barakat.
En su última visita a los Estados Unidos, el ministro
de Justicia, Germán Garavano, recibió un pedido muy concreto: ayuda para
desarticular los flujos de financiamiento Hezbollah.
Una investigación del Ministerio de Seguridad de
Patricia Bullrich y Gerardo Milman, permitió detectar el paso reiterado de 14
personas desde Ciudad del Este hasta la ciudad de Puerto Iguazú donde habrían
tomado 10 millones de dólares “en premios” del azar. El dinero no fue
declarado, pero sí detectado por la UIF.
El casino está a pocos metros de la salida del puente
que une Puerto Iguazú con Foz do Iguazú. Desde Foz una ruta lleva a Ciudad del
Este. En la Aduana de Foz los controles suelen ser arbitrarios. Una frontera
altamente porosa.
Según fuentes de la misma casa de juegos, el Casino de
Iguazú pertenece a la empresa HCI SA. La cara visible de la sociedad en los
papeles sería James Shasha, un norteamericano que vive en Buenos Aires. Shasha
manejaría también el Casino Panoramic, el Casino Café Central, en Puerto
Iguazú; y el Casino Wanda, a unos 50 kilómetros de las Cataratas. Shasha ha
sido ponderado en Misiones como un inversionista de relevancia.
El mismo grupo, HCI SA, posee también los hoteles
Iguazú Grand y Panoramic Grand, de Puerto Iguazú; y The Grand Hotel entre otros
emprendimientos turísticos en Buenos Aires y en Punta del Este también.
El 90 % de los apostadores de Puerto Iguazú llegan
desde Brasil. Hay poca afluencia de jugadores desde Ciudad del Este y sí,
notoria presencia de mujeres acompañantes rentadas provenientes en general de
Brasil.
El congelamiento de fondos ordenado ocurrió casi en
simultáneo con la visita del ex canciller iraní, Ali Akbar Velayati, a Vladimir
Putin. Velayati fue según Nisman uno de los arquitectos de la explosión en la
AMIA. El juez Rodolfo Canicoba Corral pidió ahora la extradición de Velayati,
obviamente en vano.
Este miércoles se conmemora un nuevo aniversario del
atentado a la AMIA aún impune. ¿Cuántos años más tardará en esclarecerse?
Si desde Iguazú hay algún tipo de maniobra para
financiar a Hezbolah la serpiente está aquí. Entre nosotros. Para citar un solo
ejemplo y según se verifica en una investigación de la UIF, cuyo titular es
Mariano Federici ; uno sólo de los miembros del clan, Alí Hassan Barakat, registró
620 cruces migratorios a la Argentina entre el 1 de enero de 2015 y el 19 de
octubre de 2017. ¿Adonde iba? Era asiduo concurrente al Casino de Iguazú y
desde allí solía partir a otro casino de HCI en Punta del Este.
Alí cobró en el Casino de Iguazú por cambio de fichas
entre 2015 y abril de 2018 11.692.733 pesos. Pero no existe ningún tipo de
declaración formal por parte de Barakat de ese dinero. Junto con Alí hay otras
13 personas del mismo clan con derroteros análogos; viajes asiduos a Puerto Iguazú
y ganancias siderales no declaradas.
Lo que se infiere como hipótesis relevante es que el
Clan Barakat habría financiado a Hezbollah triangulándo su dinero desde la
Argentina.
Ese dinero llegaría a el Líbano adonde los Barakat y
sus emisarios viajan permanentemente y no para hacer turismo, sino para
trabajar junto a algunos de los terroristas más peligrosos del mundo que
concibieron a la Argentina como blanco en su momento. Y que están impunes.