viernes, 11 de octubre de 2024

POR LA REUNIFICACIÓN DE LA HISPANIDAD


Por Gabriel Camilli

La Prensa, 10.10.2024

 

El 12 de octubre de 1492, se concreta un trascendente hecho geopolítico y por ello nuestras raíces tienen mucho que ver con esta fecha. El presidente argentino Hipólito Yrigoyen, en 1917, estableció el “Día de la Raza” mediante un decreto que entre otras cosas expresa: El descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad a través de los tiempos (…) La España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes (…) y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.

El padre Zacarías de Vizcarra, en su conocida obra “La vocación de América”, explica acabadamente por qué nuestro continente no se entiende sin el 12 de octubre.

Porque esa resultó la fecha providencialmente elegida por Dios para que fuéramos descubiertos. Y descubrir no es una cuestión meramente cronológica. Es una cuestión ontológica, ontofánica y, en última instancia, teofánica. Descubrir es bautizar. Portar a Cristo. Descubrir es –como ha dicho otro eximio hispanista, Alberto Caturelli- sacar de la mudez, de la clausura, hacer patente, inaugurar, insertar estas tierras, entonces ignotas, en las páginas de Occidente y de la Cristiandad.

 

El 12 de octubre sucedió el milagro que ha sintetizado el poeta Gerardo Diego: “España, niña perdida y hallada en el templo de América”. Y ante el 12 de Octubre, nosotros, queremos decirle a España, con otros de sus poetas: “Tú eres ya una fecha sola”.

Bien entendió este significado del 12 de octubre el Episcopado Argentino, cuando el 12 de Octubre de 1933 (mejores tiempos, sin duda) sacó una Resolución Colectiva, declarando solemnemente que dicha fecha no era solo la de una festividad cívica sino religiosa. E indicaba los cuidados litúrgicos especiales que se debían tener en cuenta para celebrarla.

 

CRISTOBAL COLON

En esta jornada, nos queda exaltar la valentía del gran almirante, Don Cristóbal Colon, para expandir el cristianismo, que podemos decir que es una de las mayores obras de la historia. A Instancia de la Reina Isabel de Castilla, fue una peregrinación de carácter divino, encaminada a formalizar una cruzada marítima contra el islam que amenazaba a Europa, la comienza el Reino de Castilla y León. La Escritura ya nos advierte "…nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado" (Mateo 10: 26). El descubrimiento y el descubridor se correspondieron.

Debemos considerar como encuadre histórico a este magnífico hecho del descubrimiento que, el Sumo Pontífice Pío II había proclamado en Mantua una Cruzada contra los musulmanes. Dada la caída, en 1453, de Constantinopla en manos del Sultán Mahoma II, la empresa bélica cristiana por la vía terrestre parecía imposible. El nauta genovés Cristóforo Colombo, junto a otros acreditados colegas suyos, había sido convocado a la escuela de Sagres por el príncipe Enrique el navegante para planificar una cruzada marítima que fuera a las Indias (como llamaban a las tierras posteriores al Califato) para "caerle por la espalda al islam" con un verdadero sentido geopolítico y geoestratégico. Como Colón no compartía la decisión de ir hacia el oriente, se apartó de Sagres y fue a Castilla con su proyecto de ir a las Indias por el océano hacia el occidente, esto fue aprobado por los reyes católicos.

 

Es interesante destacar que el sentido griego del nombre “Cristóbal” significa “el que lleva a Cristo” ¡Esto no es coincidencia! Sin embargo, hace tiempo se inició un proceso de difamación y tergiversación de la obra civilizadora de España, que continúo tejiendo una “Leyenda negra”, falsa y dañina. Por ello, recalcamos la importancia del decreto de 1917, que promovió noventa años de sentido festivo y reparatorio en La Argentina, dejando atrás la hispanofobia asentada por ideas anglófilas.

 

MULTIPOLARIDAD

Hoy, una oportunidad: El mundo se encuentra en camino hacia la multipolaridad dejando atrás la discutida unipolaridad angloamericana. Según Dugin (2017) existe una visión geopolítica: “Eurasia tiene la posibilidad de edificarse como el heartland, el corazón de la Tierra, hacia todos los otros”. Pero, también reconocemos: el heartland norteamericano, el heartland de Iberoamérica, heartland europeo, islámico, chino y africano. Porque si nos detenemos a pensar, todos pueden ser heartland, incluso la tierra, la tradición, la civilización sagrada, cuando no imita el ejemplo de los otros y sigue sus caminos históricos. La Cuarta Teoría Política y la visión geopolítica.

 

La pandemia del coronavirus y las guerras actuales en desarrollo, han destruido el orden global, como en el fin de la perestroika cuando se disolvio la Unión Soviética.

Hoy, existen dos problemas centrales con los que el mundo, superindustrializado y superpoblado, se enfrenta: la alimentación y las materias primas. Iberoamérica, es la zona del mundo donde todavía, en razón de su falta de población y de explotación extractiva, está la mayor reserva de materia prima del mundo. Partiendo de estas consideraciones, presentamos el tema de la unidad Iberoamericana, ya que “Unidos o Dominados” hemos vivido durante años en una política internacional respondiendo siempre a medidas que unos otros tomaron por y para nosotros. Llegamos a convertirnos en un estado semicolonial de otro país con absoluta renuncia a cualquier política hegemónica.

 

Consideramos la América hispánica como una unidad geográfica, política, cultural, lingüística y religiosa indivisible. Esta "nación colosal” tiene también, desde el punto de vista político, una identidad común forjada no tanto por objetivos compartidos, como por la naturaleza del enemigo que desde siempre la unifica.

Se confirma así, la idea del pensador Carl Schmitt acerca de la naturaleza del enemigo y nosotros decimos que para Hispanoamérica, el enemigo no es otro que el imperialismo anglosajón. Por ello, debemos mencionar la reivindicación de la soberanía sobre las Islas Malvinas, ya que el territorio ocupado por Inglaterra es una suerte de punta de lanza hacia la proyección antártica, es decir, Malvinas y Antártida son un mismo teatro geopolítico y geoestratégico. Entonces, ¿hay que tener una política común en Iberoamérica y así respaldar nuestras causas?

 

SISTEMA DE ALIANZAS

Podemos empezar creando un sistema de alianzas basado en una amenaza común, el poder anglófilo. Esto implica el llamado a una Defensa colectiva y cooperativa y que Iberoamérica se convierta en un actor estratégico en el marco global. Para ello será necesario poseer la capacidad y la voluntad para definir nuestros objetivos estratégicos y líneas de acción, hechas a nuestra medida y no bajo parámetros prestados. Se considera a América, como la Europa que se ha perdido, la Europa simpática, tradicional. Pero estamos persuadidos de que Hispanoamérica representa una civilización muy diferente a los Estados Unidos y Europa, es otra. Dugin (2017) en su visita a Buenos Aires expresó: “…la Argentina y América Latina deben buscar su propio camino para restaurar o crear, imaginar, su identidad iberoamericana, su civilización, sus valores parcialmente europeos, parcialmente católicos, de otras poblaciones indígenas, creo que su posibilidad de ser abiertos como los latinoamericanos, es muy importante para la multipolaridad”.

 

CONCLUSION

El mundo está atravesando por una etapa de multipolaridad consolidada, en la que las superpotencias militares y económicas viven situaciones de tensión y disputa. A los países “subdesarrollados”, las tensiones y la multipolaridad nos pueden ofrecer espacios de maniobra más amplios si unimos fuerzas volviendo a nuestras raíces. Aunque somos un gran productor de alimentos, con importantes reservas energéticas, nuestros flancos débiles son el retraso tecnológico e industrial, un gran territorio con necesidad de aumento de población y una ubicación geopolítica relativa. En consecuencia, un entendimiento constante en el nivel del Cono Sur es vital. Además, geoestratégicamente poseemos el Canal de Panamá y el Canal de Beagle, por tanto, es una valiosa meta lograr ejercer la influencia debida en aguas del Océano Atlántico en el sur. No podemos dejar de mencionar que nuestro tradicional oponente perjudica y bloquea nuestra capacidad de adquisición de equipo, por lo que debemos pensar soberanamente y no como esclavos de un sistema globalista. Así, como se dijo, Hispanoamérica debe hacer su propio camino y, juntos, aferrados a su historia de derrotas y victorias, mirar al horizonte con dignidad y seguir forjando un destino propio con el único estandarte que es su propia patria y la memoria de sus hermanos, hijos de una misma madre.

 

Gabriel Camilli

Cnl My (R) - Director del Instituto ELEVAN.­