Juan Alberto
Yaría
La Prensa,
22.12.2024
Hoy estudiar y
tratar las conductas adictivas implica comprender y asistir un conjunto de
hechos que se interpenetran en donde la escucha y la comprensión empática está
permanentemente puesta a prueba.
Las drogas son un
verdadero problema de Salud Pública (parcialmente negado) en nuestro país.
Somos el primer país en América Latina junto a Uruguay en consumo de cocaína y
marihuana y el primer país en consumo de alcohol juvenil en toda América
superando a U.S.A.
Un responsable de
políticas adictivas de una provincia argentina lindera con Uruguay nos
mencionaba en un encuentro con centenares de pacientes y terapeutas que
realizamos semanalmente los ahogados en el Rio Uruguay que tratan de ir desde
Concordia y Gualeguaychú hasta Salto y Fray Bentos (ambas localidades
uruguayas) para comprar marihuana en farmacias y también (más potente) en
sitios clandestinos.
Hay días que se
puede pasar caminando en ciertos sititos porque el nivel del agua es bajo, pero
en otras oportunidades se lanzan con un río con mucha profundidad. Muchos caen
en el intento.
Por supuesto esto
no sale en los diarios. En general el tema de drogas solo es noticia en robos o
delitos, pero no en las consecuencias de las crisis de abstinencia (como los
que se lanzan al agua) que en algunos casos llevan a muertes de agentes del
orden como ya ha sucedido en nuestro país en muchas oportunidades.
También en Uruguay
son muy buscadas las motos y cruzan el Rio Uruguay muchos con motos robadas, a
través de lanchones, desde provincias argentinas que cambian por drogas en
horas nocturnas. Los lugareños lo saben…pero es un silencio temeroso.
ASPECTOS A
CONSIDERAR
Por lo tanto, uno
de los primeros aspectos a considerar es:
1) El contexto o
sea los ambientes cada vez más invalidantes para un desarrollo sano: sitios de
venta por internet utilizando todas las vías posibles, superpoblación en CABA
de negocios pequeños que casi no venden pero que facturan mucho como lavado de
dinero, “deliverys” puerta a puerta, sitios múltiples de diversión nocturnos
con venta libre de sustancias y alcohol, venta de sexo con drogas, sitios que
fomentan la ludopatía que están hiper estimulados por el consumo de sustancias,
mujeres al servicios de “Patriarcas” dominadores con sustancias y varones que
acuden a ese servicio (hay un aumento de enfermedades de transmisión sexual
desde el HIV hasta la blenorragia y sífilis). Hoy el contexto es un “llamador”
a repetir la ingesta ya que el sistema del placer cerebral quedó vulnerado. Una
de las metas de la recuperación es la renuncia a lugares, sitios y personas
ligadas al consumo. Para muchos esto les resulta imposible, no tienen reservas
cognitivas para reaccionar y frenar impulsos. Por ende, el contexto es un
elemento muy importante hoy.
2) La edad de
iniciación al consumo es cada vez más precoz lo que dificulta los tratamientos
ya que la personalidad en etapas del llamado “segundo nacimiento”
(adolescencia) está muy vulnerable psicológica y cerebralmente, el cerebro en
sus áreas de control de impulsos y de pensamiento termina de madurar recién a
los 25 años. Por eso digo que desde pequeños el cerebro queda “hipotecado” y
además ciertas “sectas culturales” de gran prestigio fomentan el consumo desde
pequeños como señal de libertad (o sea como camino a la esclavitud)
resintiéndose todo el desarrollo académico y de aprendizaje de oficios.
3) El delito está
cerca en estas poblaciones, así como la recluta de “soldaditos” para las ventas
es continua. 3) Daños cerebrales evidentes especialmente en los lóbulos
frontales fundamentalmente que son el “plus” que nos separa como “homo sapiens”
de los monos y pronto estaremos en camino al “homo demens” (demencia causada
por el consumo de drogas). Todo esto hoy va acompañado de patologías
respiratorias (neumonías frecuentes, enfisemas pulmonares, EPOC juveniles,
cáncer de pulmón, etc). Se habla hoy del pulmón de “crac” con síndromes
respiratorios agudos o neumonías con fiebre, tos con sangre y dificultades para
respirar.
En estos casos la
emergencia del “crac” (cocaína en piedra como base libre de la cocaína obtenida
con bicarbonato de sodio que se consume fumando pequeños cristales o
piedrecitas que crujen al calentarse y se fuma en pequeños tubos de vidrio con
efecto inmediato en 10 segundos) genera un efecto inmediato que es atrapante y
su duración es de solo 20 minutos y lleva a una verdadera alienación
repetitiva. Los efectos negativos además sobre el sistema cardiovascular y
hepático son enormes. También la euforia es inmediata y el cautiverio es aún
mayor.
4) Comorbilidades
psiquiátricas con delirios, alucinaciones, disociación de la personalidad,
trastornos de pánicos, conductas perversas y antisociales y la emergencia de
psicosis en personas vulnerables.
5) Familias adictas:
este es un fenómeno en ascenso en donde varios miembros de la familia consumen
y los chicos desde pequeños observan y se van mimetizando en sus conductas. Es
muy difícil encontrar un garante (hecho clave en la rehabilitación) ya que los
miembros consumen y entonces el pronóstico se torna muy severo salvo que el
paciente considere a la comunidad terapéutica como su segunda casa y en
realidad, esto es muy común hoy.
6) Ludopatías
habitualmente unidas a consumo de sustancias estimulantes en donde el jugador
está durante horas y horas frente a la pantalla ya sea con apuestas al futbol,
carreras, monedas digitales, etc., etc.
7) Secuencias
traumáticas diversas que van desde el abandono temprano, desconocimiento de los
padres y de su origen, abusos sexuales, perversiones familiares, hijos
“sacrificados” como fruto de conflictos familiares, conductas filicidas (muerte
del hijo), duelos familiares no elaborados, etc.
8) La presencia de
“manadas” (desde barras bravas hasta grupos de choque) que operan como un elemento
atrapante en donde las drogas son una vía de conexión y en donde las
individuales y las identidades parecen no existir en esta insustancialidad
anónima que genera distintas situaciones perversas y/ o antisociales, así como
actos de pederastia.
9) La falta de
centros de tratamientos en una pandemia como la existente lleva a tratamientos
de “puerta giratoria” en donde el paciente es tratado sintomáticamente pero no
se trabaja su verdadero problema de personalidad y luego de tres o cuatro días
en un hospital o con suerte quince días vuelve a consumir y el encuentro con un
nuevo tratamiento para él significa una marcha más en su carrera invalidante al
consumo. No tiene fe ni cree que puede rehabilitarse.
Hoy atender a
personas con problemas serios de consumo implica entender este “combo” de
elementos que inter-retroactuan entre sí.
Juan Alberto Yaría
* Director general
de Gradiva - Rehabilitación en adicciones