económica y
social: el flagelo de ser jubilado en la Argentina
Por Mariana Badeni
La Prensa,
23.12.2024
"Un jubilado
con 350, 390 mil pesos, no puede vivir. Y si tiene que tomar medicamentos menos
aún. Esto se suma a que si debe pagar alquiler, se van a vivir a los
caños", dijo a La Prensa Edgardo Civit Evans, legislador provincial
mendocino y representante del bloque "Jubilados Auténticos".
Esta contundente
frase del reconocido defensor de los derechos de los jubilados, resume la cruda
realidad que enfrentan los adultos mayores en la Argentina. Según el referente
de la tercera edad, el país enfrenta una crisis profunda en su sistema
jubilatorio, una problemática que afecta a millones de ciudadanos que, tras
décadas de trabajo, se encuentran en una situación de vulnerabilidad económica
y social.
En las últimas
décadas, la pérdida del poder adquisitivo, la precariedad de la salud pública,
el vaciamiento de las cajas de jubilación y la falta de representación en
organismos clave como el PAMI son solo algunos de los factores que han agravado
esta realidad.
Reflejo de esta
precaria situación son los datos que surgen del estudio realizado por la
Universidad de Buenos Aires (UBA) que enciende las alarmas: uno de cada tres
jubilados vive en condiciones de pobreza. Este dato, que refleja un incremento
preocupante en comparación con años anteriores, se agrava aún más al considerar
que la pobreza entre los jubilados se ha duplicado en el último año, pasando del
13,2% en el primer semestre de 2023 al 30,8% en el mismo período de 2024. “Más
de medio millón de jubilados se han sumado a la pobreza en tan solo un año”,
señala el informe, una cifra que interpela a la sociedad en su conjunto.
Por otra parte,
históricamente los jubilados argentinos han sido considerados un grupo
relativamente protegido de las fluctuaciones económicas. Sin embargo, la
realidad actual muestra una vulnerabilidad creciente en este sector de la
población. El aumento de la pobreza entre los mayores de 65 años, aunque siguen
siendo el grupo etario con menor incidencia, es una señal de que la crisis está
afectando a todos los estratos de la sociedad.
MALA
ADMINISTRACION
La crisis que
enfrentan los jubilados en la Argentina no se explica por un único factor, sino
por una combinación de elementos que se retroalimentan y profundizan la
problemática. “Los gobiernos han usado los dineros de la ANSES y de las
diferentes cajas de jubilados como caja política”, se quejó el legislador
mendocino. La jubilación mínima, incluso con los bonos adicionales, representa
apenas un tercio de la canasta básica familiar, lo que implica que muchos
jubilados no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vivienda y
salud.
“Son deplorables
las remuneraciones que perciben los jubilados y pensionados. Ni mencionar lo
que perciben los discapacitados, porque ya directamente es inadmisible porque
están en el orden de los 180 mil pesos por mes. Los jubilados tienen una mínima
de 320 mil, a lo cual el Gobierno le ha ido agregando un bono de 70 mil pesos,
con lo que llegan a los 390, que representa casi la tercera parte de la canasta
básica familiar, que no incluye los casos de personas que tienen que pagar
alquileres”, dijo el congresista que al ser consultado sobre lo que debería hoy
percibir un adulto mayor señaló que “como mínimo, debería ganar igual que la
canasta básica familiar. Si esta está en el orden de los 900 mil a un millón de
pesos, sin incluir alquileres, porque en ese caso se deberían reconocer aparte,
eso debería ser la base”.
Luego agregó que
“Estamos hablando de canasta básica familiar, es decir, lo mínimo para
alimentarse. Esto ya no es sólo el jubilado sino millones de personas en
Argentina. El hecho de que hablemos de un 52% de pobres y un 10% de indigentes,
nos está hablando de una situación social que es tremendamente grave. Si a ello
le sumamos, en cuanto a los ingresos, que son bajísimos, por no decir
deplorable, y comparados con los países serios del mundo, entonces son tres o
cuatro veces menores. La Argentina es un país realmente caro”.
A modo de ejemplo,
el legislador enfatizó que “Tenemos bienes y servicios que igualan o superan a
los países desarrollados. La medicina más cara del mundo es la de Estados
Unidos, y nuestras prepagas están en los mismos valores que pagan los
americanos, que ganan entre 5 y diez veces más que nosotros. Esto le da una
idea de la desproporcionalidad, de la pérdida del poder adquisitivo y,
consecuentemente, del bajo nivel de vida que tienen los jubilados, pensionados
y los discapacitados”.
Consultado sobre
cómo impactaría la reducción de la cobertura al 100% de algunos medicamentos
para los jubilados y pensionados, Civit Evans fue contundentemente negativo.
“Soy un consumidor de medicamentos para la diabetes. Consumo dos, cada uno vale
150 mil pesos. ¿Cómo hace un jubilado para pagarlos y comer? Si bien es cierto
que le reconocen un determinado porcentaje, esto los lleva a un mínimo de 50
mil pesos cada uno de los medicamentos. Si a eso se le suma los aumentos, porque
dicen que no hay inflación, pero eso sólo se lo creerá los que hacen los
índices, el ministro de Economía, el presidente. Veo otra realidad cuando voy a
comprar carne, verdura, fruta y todos los días están más caros. Ni hablemos del
transporte. Entonces, es una situación realmente grave para los jubilados”,
señaló el representante de la tercera edad.
En este contexto,
el acceso a la salud se vuelve un desafío para muchos adultos mayores, quienes
se enfrentan a un sistema público con serias deficiencias, largas esperas para
obtener turnos y dificultades para acceder a medicamentos esenciales.
"Creo que los servicios de salud pública en todo el país, no digo que sean
malos, son deficientes, no alcanzan", afirmó Civit Evans, reflejando la
preocupación de muchos adultos mayores. Los altos costos de las obras sociales
han trasladados a una gran cantidad de jubilados a la asistencia pública“
digamos, como mínimo el 20%, estamos hablando de una cantidad de personas
importante a los hospitales públicos que no los van a poder atender”.
UN SISTEMA
COLAPSADO
Civit Evans no se
limitó a describir la problemática, sino que también señaló las falencias del
sistema. Criticó la falta de participación de los jubilados en la gestión del
PAMI y la ANSES, entidades que deberían velar por sus derechos. “Ambas
entidades no son administradas con participación de los jubilados. El PAMI
desde el año 2001, es decir, hace 23 años que está ilegalmente intervenido. La
ley dice que el directorio debe estar constituido por 11 miembros, de los
cuales siete deben ser jubilados. Hace 23 años que no hay ninguno. Hay amigos y
amigas de políticos, hay diferentes personajes, pero ningún interesado directo.
Hay que recordar que el PAMI es una entidad civil con participación del Estado
y que la dirige directamente el Gobierno como si fuera una caja propia”,
manifestó indignado el jubilado.
Otro punto también
tocado por el legislador fue la problemática con la gestión del Fondo de
Garantía y Sustentabilidad (FGS). Creado en 2007, luego de la estatización del
sistema previsional argentino. En ese momento, los fondos que las AFJP
(Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones) administraban pasaron a
ser parte del FGS. Al respecto, el legislador señaló que “lo último que han
hecho es directamente no reconocer para los jubilados el Fondo de Garantía y
Sustentabilidad, que es el dinero que aportamos durante la época de Menem a las
AFJP, que o se quedaron con ese dinero o lo transfirieron a la Anses, que no lo
ha recogido como aporte realizado”.
“Es un panorama
que en el mundo en serio no existe. Es un verdadero desfalco hacia los
jubilados que hemos aportado durante 30 o 40 años de nuestras vidas,
supuestamente y como dice la Constitución, para tener una jubilación digna y
móvil, con lo cual se están afectando derechos humanos y derechos
constitucionales”, mencionó el diputado provincial.
Consultado sobre
el destino de los fondos de las AFJP, el representante del bloque
"Jubilados Auténticos" explico que “en economía no hay nada gratis,
son todas transferencias de bienes y servicios. Lo que yo no tengo, lo tiene
otro, lo tiene el Estado y si desaparece, es porque alguien se lo llevó.
Entonces, ¿qué sucede? Si los jubilados que hemos aportado 30 o 40 años no
ganamos tan solo para recuperar lo que hemos aportado, alguien se lo ha estado
quedando. Así es como sabemos que se han pagado déficit del Estado, que se han
pagado un montón de cosas, se han dado créditos a tasas preferenciales a
empresas de los amigos. Toda una serie de situaciones que han generado que hoy
el ANSES no rinda lo que tiene que dar para a los jubilados. Y,
consecuentemente, el Gobierno sigue usufructuando de esta situación para no
pagar lo que corresponde”.
PAUPERRIMO
En un país donde
en los últimos años el aumento de los precios ha corroído los paupérrimas
jubilaciones y las políticas públicas parecen ignorar sus necesidades, los
adultos mayores se ven empujados a una situación de vulnerabilidad extrema.
“Recordemos que
las jubilaciones se cobran con los índices que se aplican tres meses antes.
Nosotros hemos percibido ajustes en el 2023 y 2024, que no tienen nada que ver
con la realidad inflacionaria que hemos padecido. No hablemos de quién es el
culpable porque todos los son. Desde hace muchos años que se viene repitiendo
esta situación”, indicó el congresista provincial.
Luego agregó que
“Es preocupante que se utilice la Caja de Jubilaciones para fines distintos al
pago de las jubilaciones. Recordemos que incluso una parte del impuesto PAIS se
destinaba a compensar a los jubilados. Ahora, con su eliminación, se les quita
otro recurso. Parece que la estrategia para reducir el déficit fiscal se basa
en recortar los beneficios sociales, especialmente los de los jubilados, como
lo sugieren las declaraciones del Gobierno nacional”.
EUTANASIA
“Cuando oigo la
frase ‘conseguir eliminar el déficit fiscal’, creo que se ha logrado reduciendo
los costos sociales y particularmente de los jubilados. Es una realidad
dolorosa, que mientras se otorgan beneficios fiscales a grandes empresas,
nuestros adultos mayores, quienes han contribuido al desarrollo del país
durante toda su vida, sufren el abandono y la precariedad. Este sistema
injusto, que se viene dando desde hace muchos años, los condena a depender de
sus familias o a vivir en condiciones indignas. Es hora de replantearnos las
prioridades y garantizar una vejez digna para quienes merecen nuestro respeto y
cuidado”, concluyó Civit Evans.