La empresa dio a conocer su posición sobre la
información generada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre
el Cáncer (IARC), que clasificó al glifosato en la categoría 2A, en el que
ubica también a productos como el café y los teléfonos celulares como
eventuales cancerígenos.
En un comunicado, la empresa expresó que “como
consumidores, la seguridad de nuestros productos es de suma importancia para
cada uno de los que trabajamos en Monsanto. Y queremos ser claros: todos los
usos del glifosato para el cuidado de los cultivos incluidos en la etiqueta de
los productos son seguros para la salud".
"Este resultado (del IARC) fue alcanzado por un
uso 'selectivo' de algunos datos y es un claro ejemplo de un programa impulsado
por agendas sesgadas”, indicó la compañía.
"En contraste con el examen amplio de que los
reguladores de todo el mundo han realizado más de tres décadas, la IARC publicó
su clasificación basada en una revisión de datos limitado después de horas de
discusión en una reunión de una semana", ampliaron.
Además, el IARC es uno de los cuatro programas de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) que han revisado la seguridad de
glifosato y su clasificación es incompatible con las evaluaciones de los otros
programas, expresaron.
"Dos de los programas de la OMS - Grupo Básico de
Evaluación y el Programa Internacional de Seguridad Química – concluyeron que
el glifosato no es cancerígeno. Las Directrices de la OMS para el programa de
calidad del agua potable concluyó glifosato no representa un peligro para la
salud humana", agregó la compañía.
“Creemos que las conclusiones sobre un asunto tan
importante como la seguridad humana deben de ser sin sesgo, exhaustivas y
basadas en ciencia de calidad que se adhiera a las normas internacionalmente
reconocidas”, finalizaron.