Por Héctor GIULIANO
(28.2.2015).
Decididamente la
administración CFK, en las postrimerías de su gestión, está dispuesta a hacer
cualquier cosa para pasarle su Crisis de Deuda al próximo gobierno.
Al aumento sistemático
de la Deuda del
Estado que se ha producido durante la “década ganada” se suma ahora una
arremetida final o nueva ola de endeudamiento – la tercera en importancia
después del Proceso y la
Convertibilidad – que tiene su explicación en la necesidad de
supervivencia financiera y política de la actual administración.
Ni el oficialismo ni
la oposición política, empero, dicen quién y cómo va a pagar esta Deuda, como
no sea contrayendo nuevas deudas.
EVOLUCIÓN DE LA DEUDA K.
El gobierno Kirchner
– según datos del Ministerio de Economía (MECON) – heredó de la administración
Duhalde-Lavagna una Deuda Pública de 152.600 MD (stock al 30.6.03, en Millones
de Dólares).
La presidenta CFK
dijo en Setiembre pasado que durante toda la administración Kirchner se pagaron
más de 190.000 MD por concepto de Deuda, si bien no hay información desagregada
alguna sobre este monto.
Hoy – última informe
oficial al 30.6.14 – el saldo de la
Deuda es de 210.800 MD (198.900 de Deuda Performing o
regularizada y 11.900 de Holdouts o bonistas que no entraron en el Megacanje
2005-2010).
En este monto no
están incluidos entre 10-15.000 MD de cupones PBI pendientes de pago, que el
gobierno considera Deuda Contingente cuando se trata de deuda en firme pero no
registrada como tal.
Además, la cifra de
la deuda con los holdouts está subestimada porque después del fallo Griesa se
estima que los reclamos de bonistas que no entraron en los canjes
(fundamentalmente FB-Fondos Buitre) suman entre 20-30.000 MD, no 12.000.
Por otra parte, dada
la fuerte toma de nuevas deudas desde mediados del año pasado hasta la fecha –
datos que tradicionalmente el gobierno retacea con una injustificada demora en
su publicación – agregando estos datos se puede estimar que la Deuda Pública en
cabeza del Estado Central estaría hoy en los 240-250.000 MD.
Este saldo no
comprende la Deuda
Pública de Provincias/Municipios, Empresas del Estado,
Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios, Banco Central (BCRA) y juicios
contra el Estado con sentencia en firme.
Después del Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005 el gobierno se jactó de haber reducido la Deuda a unos 150.000 MD:
126.500 de Deuda Performing más 23.600 de Holdouts; sin contar la emisión de
30.000 MD de cupones PBI.
Tomado así, entre
puntas (2003-2014), el crecimiento de la Deuda del Estado durante la administración K
habría sido de unos 100.000 MD (250 contra 150 mil MD).
Por ende, no es
cierto que la Argentina
se haya ni se esté des-endeudando.
CRISIS DE LA DEUDA K.
Estrictamente
hablando, el gobierno Kirchner nunca salió de la Crisis de Deuda: sólo
refinanció y refinancia todas sus obligaciones a medida que vencen – a costa de
abonar más intereses – pagó y sigue pagando deuda de terceros (organismos
financieros internacionales y acreedores privados) con Deuda intra-Estado y
toma nuevas deudas.
Eso es lo que técnica
y prácticamente ha hecho durante toda su gestión, sin bajar el stock de la Deuda Pública sino,
por el contrario, aumentándolo.
El gobierno no tiene
capacidad de pago demostrada sobre estas obligaciones, no tiene Solvencia ni
Liquidez para afrontarlas con recursos genuinos y sólo puede mantenerse en el
Sistema de la Deuda
con refinanciaciones permanentes.
Este esquema, sin
embargo, parece haber llegado hoy a un nuevo límite de posibilidades para la
administración K.
a) FRACASO DEL MEGACANJE.
El Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005-2010 no fue una operación exitosa sino un nuevo pateo
para adelante de la Crisis
de Deuda, sin mejoras de saldo real: no es verdad que la Argentina tuvo una quita
en la reestructuración porque esa quita – del 44 % promedio y no del 66 como
dice el gobierno – fue más que compensada con cupones PBI por el 48 %.
Pero además este
canje fracasó porque no logró el alivio esperado con el nuevo cronograma de
pagos y a los dos años ya no se podía cubrir con recursos corrientes del
Estado: por eso se apeló al aumento de las retenciones a las exportaciones de
granos (Resolución 125/08), a la estatización de las AFJP (Octubre/2008) y al
uso de las Reservas Internacionales (RI) del BCRA para poder pagar Deuda
Externa (Enero/2006 al FMI y desde comienzos de 2010).
Paralelamente, el
haber dejado afuera bonos impagos en manos de los holdouts por más de 20.000 MD
(en su mayoría FB que compraron títulos argentinos a precio de bonos-basura)
iba a traerle al país graves consecuencias que eran sólo cuestión de tiempo ya
que esos títulos iban a ser reclamados judicialmente en el extranjero.
b) LA CRISIS DE LOS HOLDOUTS.
La derrota legal ante
los FB es básicamente culpa de la errónea estrategia legal, financiera y
política de la administración K:
- Primero, porque el gobierno Kirchner
no quiso plantear el problema de la ilegitimidad de la Deuda.
- Segundo, porque reconoció el Valor
Nominal de las acreencias en lugar del Precio de Compra de los títulos.
- Tercero, porque después del Megacanje
2005 dictó las leyes cerrojo que dejaron vulnerable al Estado frente al reclamo
del Pari Passu.
El gobierno Kirchner
parece que recién se dio cuenta que los FB eran “malos” y perseguían ganancias
extraordinarias cuando perdió, con el fallo Griesa, el juicio-testigo en todas
las instancias legales de los Estados Unidos.
Pero tanto o más
grave aún es que la presidenta CFK habría contado con que su “vocación
pagadora” le iba a facilitar una consideración favorable – o al menos dilatoria
– por parte de la Corte
Suprema Norteamericana para poder transferirle el problema de
los holdouts al próximo gobierno después de haber aceptado los laudos del
CIADI, de haber reconocido las indemnizaciones a Repsol por YPF, de haberse
allanado a las exigencias totales del Club de París, de renovar los planes
trienales de financiamiento con el Banco Mundial y con el BID, y de haber
comenzado a emitir Deuda en Pesos y en Dólar-Linked.
La burla de las
expectativas K desnudó las falencias de arrastre en materia legal y precipitó
la nueva crisis financiera de Deuda, que necesitaba de la Hoja de Ruta Boudou – arreglo
con Holdouts y Club de París – para volver a colocar más Deuda Externa en el
Mercado Internacional de Capitales.
La propuesta de
Convención Multilateral sobre Reestructuración de Deudas Soberanas ante la Asamblea General
de la ONU – en
línea con la iniciativa del FMI que otrora planteara la vice-jefa Anne Krueger
en 2002 – aparentemente resultó insuficiente para cambiar los términos del
problema concreto de los holdouts en general y del fallo Griesa en especial.
La última
argumentación del gobierno – el peligro de la cláusula RUFO, para tratar de
eludir el derecho de los bonistas que entraron en el Megacanje – iba a
transformarse en su último embrollo: la exigencia a coro de los FB y del
mediador Pollack, desde afuera, con el acompañamiento del establishment
financiero local, esperando el fin de la “excusa” del gobierno K para sentarse
a negociar de una vez por todas la forma de pago a los acreedores.
Ante la reticencia
del gobierno a volver a la mesa del mediador designado por Griesa – que en la
práctica actuaría ya como coordinador de una nueva reestructuración de Deuda
con los FB y el resto de los Holdouts – el juez formalizó el Desacato y la Argentina quedó en una
posición de rebeldía que muy difícilmente tenga resultado favorable pero que
pudiera cumplir el objetivo de dilatar a cualquier costo (costo que pagará el
país) sus responsabilidades de negociación traspasándoselas a la nueva
administración electa.
Mientras tanto – como
muestra de la complicidad del gobierno K y de la partidocracia opositora con el
Sistema de la Deuda
– yace cajoneada en el Congreso la creación de la Comisión Investigadora
de la Deuda Externa
que contempla la Ley
26.984, paradójicamente titulada Ley de Pago Soberano.
c) LA DEUDA INTRA-ESTADO .
La clave de la
supervivencia financiera de la administración K reside en la utilización en
gran escala de la Deuda
intra-Sector Público, es decir, de la toma de nueva deuda proveniente de dinero
administrado por el propio Estado, fundamentalmente ANSES, BCRA y Banco Nación
(BNA).
Esto ha significado
que la Deuda
con Terceros – básicamente la
Deuda Pública Externa – se fuese pagando con Deuda
intra-Estado, lo que implica transferirle el costo irrecuperable de la deuda
pagada al Estado y, por ende, al Pueblo Argentino.
Ha sido y es una
forma de decir: pagamos todo lo que se nos exige – sin cuestionar su
legitimidad – a costa de “tragarnos” nuestra propia deuda.
Pero, cuál es ese
costo para el país ?:
1. El desvío de altísimos fondos públicos
aplicables al crecimiento económico hacia pago de servicios de la Deuda por Capital,
Intereses, cupones PBI y Honorarios/Gastos.
2. El desfinanciamiento del Sistema
Previsional – cuyos recursos, en más de un 60 %, se encuentran prestados al
Tesoro sin capacidad de recupero – y de gran parte de los Fondos Fiduciarios o
Fideicomisos Públicos (como el FFRE y otros).
3. La descapitalización del BCRA, que sólo
cuenta como disponibles la mitad de sus Reservas Brutas (17.000 sobre 31.500
MD), que tiene el 66 % de su Activo prestado al Tesoro (85.300 MD) sin
capacidad de recupero, que acumula una deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac con Bancos
equivalente a 35.200 MD – una deuda que renueva y aumenta cada semana (pagando
tasas de interés del orden del 30 % anual) - y que aumenta progresivamente su
rubro de Otros Pasivos – que ya suman 6.300 MD - con préstamos de Bancos
Centrales extranjeros (Francia, China y BIS de Basilea).
Este último punto –
como ya lo hemos observado en múltiples oportunidades, significa que, en la
práctica, el BCRA se encuentra en estado de quiebra y que la distribución de
utilidades contables que está realizando no sólo no se corresponden con
ganancias genuinas sino que constituyen una forma de vaciamiento del Banco.
El endeudamiento en
Letras/Notas del BCRA supone además una vulnerabilidad jurídica que no escapa a
las denuncias de los FB ya que, por la teoría del Alter Ego, se cuestiona la
independencia del banco en relación al Poder Ejecutivo y se evidencia la
conformación de una Deuda Pública indirecta tomada por vía lateral al
Fisco.
Así es como el
Kirchnerismo ha venido aguantando su Crisis de Deuda y así es como está
difiriendo una crisis financiera inevitable a costa de aumentar a niveles
impagables la Deuda
intra-Estado.
La combinación de
fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna, Crisis de los Holdouts y Deuda
intra-Estado define la encrucijada en que se encuentra la administración
Kirchner hoy, después de sus 12 años de gestión.
FUTURO DE LA DEUDA K.
Hoy el relato
kirchnerista hace agua: es el producto de un Gobierno sin Política – sujeto a
improvisaciones, desprolijidades y corruptelas en su manejo del “día a día” –
de la falsía del Des-endeudamiento y del mito del Modelo.
El stock de la Deuda Pública del
Estado Central – que, como hemos visto, estaría
actualmente en el orden de los 240-250.000 MD – y la falta de Solvencia
y Liquidez Fiscal para poder atender sus servicios llevaron al gobierno CFK, en
el último tramo de su mandato, a acelerar la vuelta del país al Mercado
Internacional de Capitales, en línea con la Hoja de Ruta Boudou.
El gravísimo traspié
de la Crisis
de los Holdouts – ratificaciones del fallo Griesa, mediación Pollack y
formalización del desacato – ha venido dificultando obviamente las
negociaciones de refinanciación de vencimientos pero no habría significado, sin
embargo, el fin de las expectativas de volver a colocar Deuda Externa sino sólo
el problema de la jurisdicción bajo la cual hacerlo.
En los hechos, la Argentina sigue
colocando Deuda Externa, aunque lo hace en forma indirecta.
Las colocaciones de
bonos en dólares a tasas altísimas – del orden de un 9 % anual – por parte de
YPF y varias provincias (empezando por la CABA y siguiendo por las gestiones de la Provincia de Buenos
Aires, que son los distritos más endeudados), viene a constituirse así en una
forma de obtención de divisas con deuda, como en los viejos tiempos de Martínez
de Hoz y de la
Convertibilidad menemista.
El Presupuesto 2015
permite al gobierno tomar deuda este año por un total de hasta 133.600 MD:
46.100 por Operaciones de Crédito Público de refinanciación de deudas, 50.300
por Operaciones de Endeudamiento Adicional para Obras Públicas e
Infraestructura y 37.200 por Operaciones de Crédito para el trienio 2016-2018.
Esto es, que al stock
de deuda impagable de los 250.000 MD antes citado éste gobierno K está
facultado para añadirle más de 100.000 MD, igualmente impagables.
La mayoría de estos
nuevos préstamos – cuyos desembolsos han comenzado - proviene actualmente de
China: 4.700 MD para las represas de Santa Cruz (Kichner y Cepernic), 2.100 MD
para compras de vagones y materiales ferroviarios (Ministro de
Interior/Transporte Randazzo, pre-candidato presidencial K), 423 MD para la
compra de barcazas fluviales, 430 MD para proyectos de riego en la Provincia de Entre Ríos
(gobernador Uribarri, pre-candidato presidencial K) y, lo más importante, el
swap de monedas por 11.000 MD (de los que se llevan utilizados 3.100).
Toda esta formidable
masa de Deuda Nueva K – que se suma a la deuda pública impagable existente - se
está instrumentando “delante de las narices” de todo el mundo; y la Clase Política
(Oficialismo y Oposición) no dice nada al respecto.
EN CONCLUSIÓN.
Frente a esta
situación de endeudamiento crónico, creciente e impagable – frente a esta
trampa de Deuda Perpetua - la
Clase Política es idiota o cómplice ?
En principio, son las
dos cosas a la vez pero prevalentemente la segunda: los políticos no se
equivocan tanto como parece; saben que la obsecuencia y la servidumbre al
Sistema de la Deuda
es conditio sine qua non para aspirar al gobierno.
Por eso, con la Deuda pasa lo mismo que con la Droga y otras formas de
Corrupción: nadie pelea en el mundo “contra la droga” sino “por la droga”,
porque de allí provendrán ingentes fondos electorales y políticos.
De allí que la
partidocracia – los candidatos más probables (Macri, Massa y Scioli) y los de
menores chances (De la Sota ,
Uribarri, Randazzo, etc.) - estén todos empeñados, en mayor o menor medida, en
la misma carrera de endeudamiento que el gobierno K.
Saben que la
adscripción al Sistema de la
Deuda – el mecanismo de refinanciamiento permanente y toma de
nueva deuda que, como todas las administraciones anteriores, utilizó y utiliza
la administración K para mantener su supervivencia financiera y política – es
el sistema cuya continuidad tienen que garantizar ellos para tratar de llegar
al gobierno, cosa que luego quién lo logre rotulará burlescamente “acceso al
Poder”.