domingo, 8 de marzo de 2015

CUESTIÓN DE VIDA


EL CASO DE AEROLÍNEAS


Fernando Laborda

"Para nosotros, los que vivimos lejos, que venimos del Sur y lo único que nos puede traer es Aerolíneas Argentinas, para nosotros, ésta es, casi les diría, una cuestión de vida."

(De Cristina Kirchner, en su mensaje a la Asamblea Legislativa.)

Convertida desde hace tiempo en una empedernida relatora de historias, la Presidenta, a fuerza de repetición de sus relatos, ha quedado atrapada en ellos. A tal punto que, en su afán por defender la gestión de Aerolíneas Argentinas, se ha presentado como una simple ciudadana de a pie y del interior profundo, pretendiendo que ignoremos que dispone de una flota aérea presidencial formada por tres helicópteros y cinco aviones, para trasladarse hasta Río Gallegos o su lugar en el mundo, El Calafate.

No ha debido padecer, al menos en los últimos 12 años, paros, demoras y otros trastornos que sufren los usuarios de las líneas aéreas. Mucho menos los agotadores periplos en ómnibus, medio de transporte que, aunque Cristina no lo sepa, utiliza la mayoría de los argentinos que viajan desde o hacia la Patagonia y que no pueden pagar los 5471 pesos que cuesta un pasaje aéreo regular de ida y vuelta entre Buenos Aires y la capital santacruceña. Tampoco sufre esos problemas un buen número de funcionarios, como Axel Kicillof y Héctor Timerman, que en noviembre último, para trasladarse a la reunión del G-20 en Australia, no tuvieron pruritos en alquilar un jet de lujo, de bandera suiza, al módico costo de 600.000 dólares.

Sin duda, Aerolíneas Argentinas no es una cuestión de vida para la Presidenta, que cuando descansa en El Calafate, hasta se hace traer los diarios de Buenos Aires en uno de los aviones Tango, administrados como bienes personales de ella aunque sean del Estado; es decir, de todos. Pero tal vez sí se trate de una cuestión de vida para la mano de obra militante que, desde 2008, copó Aerolíneas renacionalizada y la transformó en una agencia de colocaciones de La Cámpora. Desde entonces hasta 2013, la plantilla de esta compañía y Austral aumentó en 1730 empleados, aunque se hayan ido unos 1600. En síntesis, alrededor de 2400 nuevos nombramientos hizo la administración kirchnerista en ese período, llevando a Aerolíneas al récord de tener 295 empleados por aeronave, contra 75 de Air Europa o 110 de Delta Airlines. O bien 631 pasajeros por empleado, frente a 2746 de Air Europa, 2000 de Delta y 1731 de Alitalia. "Nosotros estamos tercamente empecinados en brindar alegría", dijo no hace mucho Cristina. Ahora sabemos a quienes.


La Nación, 8-3-15