viernes, 6 de marzo de 2015

KHALISL Y D'ELÍA COBRARON U$S 6 MILLONES DE IRÁN




by Guillermo Cherashny

Informador Público, 5-3-15

El 26 de enero de este año escribimos que Luis D Elia, el líder del partido MILES, que integra el núcleo del chavismo cristinista autodenominado Unidos y Organizados, y el probable agente iraní Yusuf Khalil le habrían cobrado 6 millones de dólares a la República Islámica de Irán a cambio del levantamiento -que jamás se produjo- de las circulares rojas que afectan a una serie de altos funcionarios y ex funcionarios iraníes acusados por el atentado contra la AMIA. Comentamos también que ellos habrían retirado el dinero en bolsas de residuos que contenían cada una 500.000 dólares y que fueron dejadas junto con la basura en una puerta de la embajada de Irán ubicada en Avenida Libertador. El caso es que ayer se conoció una escucha (http://chusmearemos.sicarul.com/#/escucha/3001) en la cual Khalil dice que el fuego le quemó un campo de su propiedad en la provincia de La Pampa.

Juegos de simulación
Hasta ahora se creía que Khalil era un vendehumos sin dinero, pero ahora surge que le comunicó al prófugo Moshen Rabani que la embajada le liquidó el dólar blue a $ 8,80 cuando estaba cerca de 10 pesos y que por esa operación había perdido una diferencia de 40.000 pesos. Podría tratarse entonces de que haya estado simulando pobreza cuando en realidad se había quedado con una parte importante de los 6 millones dólares que el gobierno de Irán le pagó a D’Elía, que habría asegurado que esa suma la reclamaban Oscar Parrilli, entonces Secretario General de la Presidencia, y el diputado de La Cámpora Eduardo "Cuervo Larroque. También señalamos que Parrilli y Larroque no tenían nada que ver porque, además, cuentan con otros medios menos peligrosos para hacerse de dinero proveniente de la política. Esta escucha en la que Khalil reconoce que compró un campo en La Pampa pocos meses después de la firma del Memorándum de Entendimiento confirma entonces prueba nuestra primicia: D’Elía y Khalil habrían estafado a la embajada iraní cobrándole 6 millones de dólares por el levantamiento de las circulares rojas.

Hay una circunstancia muy relevante en la trama que descubrió Alberto Nisman, de la cual no nos podremos enterar a través de las escuchas que se difunden en el programa de Jorge Lanata por Radio Mitre. Se trata de que el piquetero cristinista Luis D’Elía y su jefe, el operador iraní Jorge Yusuf Khalil, le habrían cobrado a la embajada iraní en Buenos Aires la suma de 6 millones de dólares. La misma, distribuida en muchas entregas, habría sido retirada por el piquetero en bolsas de residuos de la embajada ubicada en la avenida del Libertador. Algunas de las valiosas bolsas habrían contenido hasta 500.000 dólares, siendo los restantes pagos bastante menores, por miedo a los robos y al seguimiento que podrían sufrir por parte de servicios de inteligencia no amigos. Esa fortuna se la habrían repartido entre Khalil y D’Elía. Pero en las escuchas siempre gira el nombre de Oscar Parrilli, entonces Secretario General de la Presidencia y que pasó hace poco a la SI para cuidar las espaldas presidenciales, aunque con escaso éxito. El otro político que nombra el piquetero en las escuchas es el diputado nacional Andrés “Cuervo” Larroque, para demostrarles a los iraníes que ambos, Parrilli y Larroque, también cobrarían la parte de los fondos entregados cuando se aprobara en el Congreso de la Nación el Memorándum de Entendimiento con Irán. Según nuestras fuentes, el diputado camporista nunca recibió un dólar, pero la situación de Parrilli sería vidriosa, ya que siempre estuvo atrás de los movimientos de D’Elía.

Un final de tramposos
Por su parte, el jefe de Quebracho, Fernando Esteche, habría cobrado 10.000 dólares mensuales de la embajada iraní pero, generoso, los habría repartido entre la plana mayor de Quebracho, quedándose con una parte pequeña. La embajada persa, al ver que el tiempo pasaba y que el gobierno argentino no impulsaba el levantamiento de las circulares rojas que afectaban a cinco ex funcionarios sospechosos de organizar el atentado a la AMIA, tal como prometían el piquetero y Khalil, terminaron no aprobando el Memorándum en el parlamento iraní. Al tiempo se habrían dado cuenta de que una vez más había aparecido la viveza criolla y que los habían estafado. Entonces empezaron las sanciones: por ejemplo, echaron a Khalil de la mezquita chiíta de Floresta. Hace un tiempo que los iraníes le apuntan al piquetero con serios reproches y éste temería por su seguridad. Es que, si algo le pasara, seguramente le echarían la culpa a la Mossad, el servicio de inteligencia exterior de Israel. Aparte, enterados en Olivos de que D’Elía cobró y no repartió, le habrían soltado la mano y los resultados están a la vista. Es el único kirchnerista de los que aparecen en las escuchas al cual la Casa Rosada no le puso abogado defensor.


Está claro que la intención del cristinismo era darles impunidad a los acusados iraníes, no sólo a los que estaban en las circulares rojas sino también a los otros tres, con el fin de que el juez Rodolfo Canicoba Corral tomara las pseudo indagatorias en Teherán. En realidad, se trataba de unas vulgares entrevistas y luego ese engendro llamado Comisión de la Verdad decidiría que no había pruebas y los acusados dejarían de serlo. Las supuestas indagatorias de Canicoba eran lo que Khalil llamó “piripipí” en las escuchas telefónicas. De ahí que el famoso Memorándum implicara la aceptación por parte del cristinismo de la impunidad de los autores intelectuales del atentado a la AMIA, como lo estableció en su denuncia el fiscal Alberto Nisman.