martes, 31 de marzo de 2015

¿ES VIABLE UN PAÍS CON 8,5 MILLONES DE TRABAJADORES PRIVADOS?


 José Marcelino García Rozado


Argentina tiene hoy apenas 8,5 millones de trabajadores privados que deben sostener a 3,650 millones de empleados públicos, 1,5 millones de pensiones no contributivas, 1,8 millones de programas alimentarios y 3,5 millones de AHU, 300 mil planes trabajar y 1,02 millones de programas empleo y progresar. 

O sea que 8,5 millones de trabajadores mantienen a 11,770 millones de empleados públicos, pensionados y planes oficiales.¡Una verdadera desproporción si además contamos a los 4,5 millones de jubilados argentinos!

Que apenas 8,5 millones de trabajadores registrados y en blanco, más unos 2 millones de cuentapropistas puedan sostener a más de 16,2 millones de empleados públicos, jubilados y pensionados, planes alimentarios o trabajar, progresar y empleo es la verdadera “bomba de tiempo” que la administración Cristina Fernández-Axel Kicillof le dejan a quien deba asumir como presidente el próximo 10 de diciembre. 

¡Se equivocan los economistas y los candidatos al mirar la inflación, o el cepo o las retenciones y la pérdida de empleo: “la verdadera bomba de tiempo es que 10 millones puedan mantener a 16 millones”! Y el 58% de los 2,5 millones de empleos generados por el cristikirchnerismo desde 2003 fueron de empleados estatales o sea que 1,5 millones de puestos ¿creados? Son empleados públicos, muchos de ellos ñoquis o camporistas colonizando el legislativo, el ejecutivo y la justicia o los servicios de inteligencia y apenas 1 millón fueron puestos genuinos aportados por los privados. Si tomamos el año 2004 como verdadero inicio de la gestión Kirchner apenas se generó un 9,3% de aumento del empleo privado, ya que hoy es casi la misma cantidad de personas ocupadas que en 2007; y mientras apenas el 16,6% del total de ocupados en blanco o registrados eran empleados públicos o estatales en 2003, la cifra a diciembre 2014 alcanzó el 23,2% o sea que se incrementó en un 6,6% esta incidencia que fue creciendo desde aquel 2003 al 20% en 2011, al 22% en 2013 para llegar a la escalofriante cifra de inicios de este año 2015, donde se espera que se incremente aún mucho más como consecuencia del año electoral y las necesidades del cristinismo por captar adeptos.

Además, y para terminar de embrollar el panorama el trabajo en negro alcanza al 34%, cifra que se mantiene estable desde 2009, habiendo logrado una traducción en 2013 al 33,5% pero recuperándose hasta el 34% según el propio INDeC, siendo este porcentaje de trabajo informal generalizado con picos del 49,6% en Santiago del Estero y del 47,5% en Tucumán mientras supera el 37% en el conurbano bonaerense. 
Lo increíble de la “ficción del relato” es que de los supuestos 5 millones de puestos de trabajo creados desde 2003 la cifra esconde una serie de falacias entre las que encontramos que sólo el empleo estatal o público creció un 67% (o sea 1,5 millones de personas) mientras que el trabajo registrado sumó apenas 2 millones o sea se incrementó en un 22% más del que existía a inicios de 2004, siendo los mayores incrementos de empleados públicos los generados en 2011 y 2013, o sea en años electorales. Un cálculo realista indica que sobre 16 millones de ocupados -formales o registrados, informales o en negro, trabajadores por cuenta propia y autónomos- casi una cuarta parte, o sea 3,7 millones de personas se desempeñan en el sector público estatal nacional, provincial y municipal, cuando en 2003 al asumir Néstor Kirchner este guarismo se ubicaba en torno al 16% de la población ocupada.

Desde los inicios del “estancamiento económico”, o sea desde fines de 2008 el empleo privado está frenado o en declinación, así, y en forma creciente, la única “creación de puestos de trabajo pasó a estar en manos del Estado”, y en el último período o sea a fines de 2013, con la abrupta y generalizada caída del consumo y la actividad privada -industrial y construcción principalmente-, se nota una creciente disminución de la ocupación laboral y un marcado “abandono de mucha gente en busca de empleo” lo que ayuda a amortiguar o “maquillar” el creciente desempleo reinante. 
Un estudio del IARAF -Instituto Argentino de Análisis Fiscal- publicado recientemente indica que durante la “recesión económica 2008/2009”, y ante la retracción del empleo privado, el sector público pasó de representar el 25% de la creación de empleo en 2008 a practicamente la mitad en el primer trimestre de 2009; en tanto que durante el pasado 2014 “el sector público fue el que aportó el 75% de la creación de empleo” evitando de esta manera un mayor y muy preocupante deterioro del mercado laboral, aunque este ficticio mantenimiento de los puestos laborales sea a cuenta de una mayor y muy preocupante presión impositiva sobre la masa trabajadora, los monotributistas y una creciente emisión monetaria, casi descontrolada.

Según FIEL, 2014 fue el primer año desde 2003 (o sea desde la asunción del cristikirchnerismo) en que “se verificó una notable y creciente pérdida o destrucción de empleo”, aún a pesar de la creación de más de 90 mil puestos en el sector público. IARAF sostiene que este creciente déficit fiscal termina por poner “en jaque la “sostenibilidad” de la estrategia cristinista del reemplazo de empleos por el sector público”, pues este crear empleo es ficticio ya que estos salarios aunque crecieron o aumentaron menos que los del sector privado engruesan peligrosamente el déficit fiscal, cada día más cuantioso. Y así, la emisión monetaria y la presión impositiva se retroalimentan generando un boomerang que termina impactando sobre la propia sociedad argentina, que ve como pierde capacidad de consumo, como se pierden puestos laborales y como el Gobierno cristina Fernández debe apelar, cada vez con mayor asiduidad, a la creación de nuevos “planes sociales” -trabajar, programa empleo, progresar, etc.- para intentar paliar el desempleo creciente, la abulia de quienes se niegan a buscar trabajo y el incremento de la desocupación o del trabajo en negro.

Más de 1 millón de personas se fue retirando del mercado laboral y pasó abiertamente a la “inactividad”, siempre según cifras del INDeC que todos sabemos que esconden mucho de la realidad, así el actual “valor de la tasa de actividad -44,7%- es el menor de los últimos 10 años”, en una trayectoria descendente que ya acumula cinco (5) trimestres consecutivos de baja; y que los que se están retirando son fundamentalmente jóvenes de hasta 29 años que pasan a engrosar en gran medida los “ni-ni” ampliamente reconocidos y que suelen engrosar las filas de la delincuencia y los ejércitos de los narcotraficantes que encuentran de esta manera “amplia mano de obra y muy barata” y dispuesta a todo, porque perdieron las esperanzas de inserción en una sociedad cuyo Estado les niega todo tipo de posibilidades de crecimiento y desarrollo, expulsándolos hacia la exclusión y el delito -delito que “no es causa, sino efecto de la inacción gubernamental” y que no lo justifica de ninguna manera-. La elevada proporción de empleo público y la retracción de la tasa de actividad son indicios de “desempleo oculto”, aunque el gobierno nacional y algunos especialistas oficialistas, sostienen que las “transferencias o ayudas en dinero del propio Estado contribuyen en parte a que se reduzca la tasa de actividad y en consecuencia la de desempleo”.

Sin estas ayudas la tasa de desempleo o desocupación triplicaría el 6,9% que dice el INDeC, aunque asimismo existen sospechas muy fundadas sobre esta medición oficial, porque -por ejemplo- la Dirección de Estadísticas y Censos de CABA sostiene que el desempleo porteño es de 3,1% más elevado que el que marca el INDeC o sea del 8,6% en lugar del publicitado 5,5%. Por esto una amplia mayoría de expertos sostienen que bien medido el desempleo supera el 11% y si la tasa de actividad no hubiera descendido este superaría con creces este valor afectando por lo tanto a más de 2,5 millones de argentinos, y si el empleo público hubiere acompañado el crecimiento poblacional, la desocupación saltaría por encima del 17,6% o sea más de 3,6 millones de personas. De los 16 millones de ocupados, un 34% trabaja “en negro”, en actividades vinculadas a la construcción, en casas particulares y el la gastronomía y un 23,2% en el empleo público o sea que un 57,2% no son “empleos genuinos” o por lo menos poco productivos para el país.

Para colmo de males la actividad industrial cayó en el mes de febrero 7,2% respecto a igual mes de 2014 y acumuló en el primer bimestre una retracción de 6,7% interanual, según estimó la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), que previó para los próximos meses perspectivas "complejas" por "las necesidades de divisas". En un informe dado a conocer este miércoles 25/03 explican: "Luego de un primer bimestre atípico en el que varias actividades adelantaron vacaciones al mes de enero y otros sectores fueron afectados por conflictos gremiales y paradas no anticipadas que redundaron en importantes caídas de actividad, las perspectivas para los próximos meses continúan resultando complejas, especialmente por las necesidades de divisas para sostener la producción y el impacto del retroceso de la actividad en Brasil y la apreciación de su moneda", evaluó. No obstante, el informe señaló que los sectores de bienes de consumo no durable "han comenzado a mostrar una recuperación". Los mayores descensos interanuales fueron: Automotor (-21,1 por ciento); insumos químicos y plásticos (-17,7 por ciento); cigarrillos (-9,6 por ciento); y Metalmecánico (-7,9 por ciento). El otro dato económico desfavorable del mes fue el comercio exterior. Las exportaciones e importaciones cayeron 25% en febrero, aunque se mantuvo un superávit comercial de 53 millones de dólares, según informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Las ventas al exterior alcanzaron a US$ 4.064 millones, mientras que las importaciones se ubicaron en US$ 4.011 millones, siendo ambos montos los más bajos desde febrero de 2010.

Según la información oficial, el menor valor exportado corresponde a bajas de 14% en las cantidades y de 12% en los precios. A partir de los valores exportados, la baja más pronunciada se produjo en las manufacturas de origen industrial, que disminuyeron 27% a US$ 1.467 millones. Las ventas de manufacturas origen agropecuario disminuyeron 17% a 1.958 millones, mientras que las de productos primarios retrocedió 22% a US$ 916 millones. Los últimos números sobre la liquidación de la cosecha no serían muy inspiradores para el Gobierno Nacional. El ingreso de dólares por la venta de granos cayó un 45% en la última semana y un 32% en lo que va del año, en comparación con esos mismos períodos de 2014. Según el último reporte de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) en la última semana ingresaron US$ 247.847.368. Así acumularon en lo que va del año un ingreso de divisas por US$ 2.823.582.845, 32% por debajo de lo que llevaban acumulado en el mismo período del año pasado. La retracción, que se da en un contexto en el que la cosecha creció un 15% respecto al año anterior, refleja la actitud conservadora de los productores, que se protegen de la inflación y de eventuales devaluaciones acopiando siega. Tal como informé, la retención de granos más que se duplicó en un año. Otra noticia que impacta de lleno en las reservas del Banco Central es el magro superávit comercial del mes de febrero. Fue de apenas US$ 53 millones, lo que reflejó una mejora también exigua de los US$ 44 millones de saldo positivo del mismo mes de 2015. El resultado del comercio exterior del segundo mes del año reportó ingresos por US$ 4.064 millones, mientras que las importaciones ascendieron a US$ 4.011 millones. En ambos casos se registraron bajas interanuales del 25% y representan los valores más bajos desde 2010.

Los números del mercado: a. El índice accionario Merval cayó un 1,92% a 11.166,17 puntos, encabezada por la tendencia impuesta desde sociedades energéticas y financieras. b. El Merval acumuló una ganancia del 11,13 por ciento durante la semana pasada. c. Por su parte, los principales bonos en la plaza extra-bursátil local cayeron en promedio un 0,2%, con ciertas recuperaciones intradiarias por la selectividad mostrada entre los ahorristas. d. El peso en la plaza interbancaria perdió un 0,06% a 8,80/8,8025 por dólar, en un mercado con liquidez regulada por el Banco Central que sumó unos US$ 30 millones a favor de sus reservas dada una mayor participación de exportadores. e. Por su parte, el peso en el circuito marginal ganó un ligero 0,08% a 12,76/12,81 unidades con escasos negocios. La reunificación de la CGT no es un tema que haya quedado en el olvido, como podrían pretender en la Casa Rosada. Después de todo, Hugo Moyano podría sacar "el vestido de novia" que Antonio Caló le recomendó mantener en "reserva" en caso de que el "casamiento llegue". Más allá de las metáforas matrimoniales, las negociaciones entre las fracciones oficialistas y opositoras de la central obrera se habrían recompuesto en los últimos días con el fin de la confluencia. Cuenta Mariano Martín este miércoles en el diario de Cristóbal López “Ámbito Financiero” que los principales responsables de cada versión de la CGT preparan para los próximos días -se cree que luego de concretada la huelga del 31/03- una cumbre plenaria por primera vez con la participación de todos los sectores internos. Según el artículo, una serie de contactos en la mayor de las reservas "abrió las puertas otra vez" a la recomposición del diálogo entre las partes. Para la nueva etapa los organizadores convocarán a los "gordos" de los grandes gremios de servicios, a Sergio Palazzo (Asociación Bancaria), a dirigentes del transporte involucrados en la huelga del martes y hasta a sindicalistas muy afines al Ejecutivo, cuenta “Ámbito Financiero”.

Hasta ahora, los negociadores de la eventual fusión fueron, por el oficialismo, los "independientes" José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (albañiles, UOCRA) y Andrés Rodríguez (estatales de UPCN), mientras que de la vertiente opositora concurrieron el propio Hugo Moyano, Abel Frutos (panaderos), Guillermo Pereyra (petroleros patagónicos) y Gerónimo Venegas (peones rurales). Si bien el discurso unificado de los últimos días apuntó a que las posibilidades de unificación antes de las PASO se habían "enfriado" y que la fusión podría producirse recién de las elecciones de octubre, las tratativas se habrían acelerado y podría haber novedades antes de los comicios. También se amplió el abanico de invitados a la foto de unidad, a la que podrían sumarse Roberto Fernández, de los colectiveros de la UTA, Armando Cavalieri (Comercio) y Héctor Daer (Sanidad), como referentes de los "gordos". "La sorpresa puede ser la eventual participación de un dirigente del sindicato de mecánicos (SMATA), uno de los más alineados con la Rosada. Ante la dificultad de que fuese su líder, Ricardo Pignanelli, o el diputado oficialista Oscar Romero, se cree que la convocatoria irá dirigida a Mario "Paco" Manrique, un ex líder del gremio cercano a Moyano", dice Ámbito.


Todas estas noticias explican lo que vengo pregonando desde el presente: “¿Es viable y posible un país donde 8,5 millones de trabajadores soporten a 16,2 millones de empleos o planes de baja productividad?” ¡Yo personalmente creo que no, y aquí se encuentra el verdadero meollo de la cuestión a desatar de la “bomba de tiempo preparada por el tándem Fernández-Kicillof” para el próximo gobierno!

Informador Público, 31-3-15