domingo, 29 de marzo de 2015

SE AFIANZA LA ESTRATEGIA DE PAGAR DEUDA CON MÁS DEUDA



Ismael Bermúdez

Clarín, 29-3-15

Los intereses de la deuda son una pesada carga para la economía argentina, más allá de la propia deuda de capital.

“En 2014, las operaciones por concepto de intereses resultaron en una salida neta de US$4.397 millones. El sector público pagó intereses brutos por US$4.103 millones, explicado básicamente por los servicios de intereses de títulos de deuda del Gobierno”, de acuerdo al informe del Banco Central (BCRA).

El informe oficial aporta otro dato clave porque dice: “Cabe destacar que en el período 2003-2014, los egresos netos por intereses registrados en el balance cambiario totalizaron unos US$47.400 millones, de los cuales un 68% correspondieron a pagos del sector público y BCRA”. El pago de semejante cuantía de intereses fue posible, en gran parte, porque el Gobierno fue cancelando esos intereses con nueva deuda. Tras el canje de 2005, la deuda pública aumentó en más de US$100.000 millones.

A su vez, los intereses que se cancelaron con nueva deuda se originaron por vencimientos de capital y de intereses anteriores. Desde hace tiempo la Argentina paga intereses sobre intereses –práctica que se conoce como “anatocismo”– que se renuevan con más deuda.

De acuerdo al Ministerio de Economía, la deuda pública a junio de 2014 (último dato oficial) era de US$198.900 millones, más US$11.900 millones de la deuda no ingresada al canje. Hasta su vencimiento esa deuda devenga intereses ya establecidos del orden de los US$77.000 millones, también según cifras oficiales.

Para 2015 y 2016, los intereses sobre la deuda pública a pagar a acreedores privados y organismos financieros internacionales superan los US$4.000 millones anuales, sin contar un eventual pago del cupón PBI.

El especialista Héctor Giuliano sostiene que “la inclusión de los intereses a pagar se debe a que los mismos también son parte de la deuda total real del Estado central –esto es, la que debe ser efectivamente erogada, ya que cuando alguien debe lo hace por el capital más los intereses– y no es una cifra inventada, sino también producto de los datos oficiales del Ministerio de Economía”.

Pero, lo más importante, prosigue Giuliano, es que “todos los vencimientos de capital se refinancian íntegramente con nueva deuda, que la Argentina está tomando hoy nuevas obligaciones que constituyen deuda pública –interna y externa– y que el país no tiene capacidad de pago demostrada para atender esas deudas (como no sea siguiendo su modalidad de pagar deuda con deuda). Así, no sólo la cifra de aumento de deuda por capital es creciente, sino que también lo es la de los intereses a pagar debido a que el stock principal no baja, sino que se renueva en forma permanente, bajo el esquema de deuda perpetua”.

Aún así, Giuliano sostiene que el perfil de vencimientos de los intereses es engañoso porque parte “del falso supuesto de que las deudas se cancelan a su fecha de maduración, lo que es completamente falso, porque la totalidad de los vencimientos se refinancia y además – como dijimos – se toma nueva deuda”.

La deuda con el BCRA, ANSeS y otros organismos públicos sigue la misma lógica, “por falta de solvencia y de liquidez del Gobierno, que es lo que explica su permanente refinanciación, que es sistemática y total”.

Giuliano explica que “el gobierno de Kirchner transfirió al propio sector público la mayor parte de la deuda impagable con terceros sin que exista demostración alguna de cuándo, cómo y quién va a devolver las divisas que han descapitalizado al BCRA, los fondos de los jubilados de la ANSES que se han usado en su mayoría también para amortizar privilegiadamente la deuda con terceros, los fondos extraordinarios del banco Nación prestados al Estado central que restan capacidad prestable a los sectores productivos privados locales y los desvíos de fondos de todos los organismos nacionales que viven sosteniendo las falencias estructurales de caja de la Tesorería. Es decir, que el gobierno Kirchner le ha traspasado al propio Estado –y consecuentemente, al pueblo argentino– la pérdida de una deuda impagable”.