domingo, 31 de mayo de 2020

UN ANÁLISIS CRÍTICO



Que no proviene de los liberales, ni de los ricos, sino del director de un periódico de izquierda:


“Confinadas, infantilizadas, tan aturdidas como aterrorizadas por los canales de noticias en continuado, las poblaciones se han convertidas en espectadoras pasivas y devastadas. Por fuerza, las calles se fueron vaciando. “

“Como niños asustados por el estruendo de la tormenta, todos esperan conocer el destino que el poder les reserva. Porque los hospitales, es él; las máscaras, los tests, es él; los traslados que permitirán durar unos días más, es él; el derecho de salir o no -¿quién? ¿cómo? ¿cuándo? ¿con quién?- siempre es él, una y otra vez.  El poder detenta todos los poderes. Médico y empleador, es también el juez de aplicación de la pena que decide la duración y la dureza de nuestro encierro.”

“El vértigo aumenta cuando ese poder no sabe adónde va. Sus decisiones son coercitivas, incluso cuando se contradicen.”
“Un día volveremos a ser adultos. Capaces de entender e imponer otras opciones, incluidas las económicas y sociales. Por el momento, recibimos  golpes sin poder devolverlos; hablamos en el vacío y lo sabemos. De ahí este clima pegajoso, esta cólera impotente. En el medio de un cuarto, un barril de pólvora que espera su fósforo. Después de la infancia, la edad ingrata. “


(Serge Halimi, Le Monde diplomatique, mayo 2020, p. 24)