miércoles, 23 de abril de 2025

ELISA CARRIÓ REAPARECIÓ

 

 y no perdonó a nadie: apuntó contra Javier Milei, Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Manuel Adorni

 

Perfil, 23-4-2025

 

Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, brindó una entrevista este martes 22 de abril en la que soltó varias frases muy fuertes, afirmando que la República está en peligro, remarcando que va a ser candidata a diputada en octubre por la provincia de Buenos Aires, y comparando a Javier Milei con Cristina Kirchner.

 

La referencia política comenzó reconociendo que "Milei es un actor, y un gran actor, entonces la política del desprecio al otro es parte de esa invención, pero el artista es Milei, el actor, y tiene con qué serlo, porque sabe que el ajuste fiscal era necesario. De hecho, quienes hacen el ajuste fiscal son los mismos macristas, son los mismos, de hecho, yo me llevo muy bien con todos. Nadie duda del equilibrio fiscal. ¿Pero a costa de qué? Le pediría a Milei que sea humano". Y luego agregó: "Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei son iguales. Ambos representan un retroceso".

 

Tras esa declaración, en el programa de entrevistas de Luis Novaresio que se emite por A24, habló de los candidatos a las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires por el PRO y La Libertad Avanza: "Silvia Lospennato no es de capital. No conoce la capital. Tampoco Manuel Adorni. No sé ni lo que dice Adorni, además que tiene el pelo raro", preguntó.

 

Además, el líder de la CC adelantó que se postulará este año: "Voy a ser candidata en octubre por la provincia de Buenos Aires. Creo que CFK también lo será", demostró. También apuntó contra su exaliado Mauricio Macri: "Macri lideró y no supo. No existe más Juntos por el cambio. Ahora hay que construir nuevas herramientas".

 

Consultada por lo que ocurre en el mundo, Carrió remarcó: "En todas las naciones hubo un enorme desgaste de la democracia, producto de que hubo una época de mucho crecimiento con bienestar y después eso fue bajando. Entonces la desindustralización y la caída de la clase media producen una frustración, una especie de resentimiento social que hace que uno culpe al otro, en este caso los que inventan candidatos. Hay que ir a un discurso regresivo, hay que volver a una historia utópica anterior, y contra la política, contra los periodistas, contra toda institución, y esto le toca a la República, pero hay que preservarla porque sino no hay posibilidad de libertad. Hay riesgo de autocracia.

 

Finalmente, sobre la muerte del papa Francisco, el referente político señaló: "El papa fue un gran líder espiritual. Las formas son la sustancia de las cosas. Hay que tener alegría porque lo tuvimos".

 

Elisa Carrió, referente y fundadora del espacio, festejó esta noticia con un mensaje en su cuenta oficial de X: "UNA LISTA MARAVILLOSA. Estoy orgullosa de Paula Oliveto, de Fernando Sánchez y de toda la lista que te van a defender a vos como lo hicimos siempre. Un beso. Lilita".

 

Oliveto se sinceró sobre el armado de la lista: "En realidad hubiésemos querido ir juntos, pero ellos se dividieron en tres. El PRO tuvo una implosión, donde se rompió el bloque en la legislatura, una parte de los legisladores que van a estar en la lista de Milei; Horacio (Rodríguez Larreta) decidió su propio espacio, y Jorge Macri decidió que va a ir con lista propia del PRO".

 

Carrió también se refirió a la decisión de su partido de no compartir listas: “La implosión del PRO y la falta de definición sobre sus alianzas hizo que tengamos que ir solos a las elecciones para tener una propuesta nítida, para poner el foco en los vecinos, para no metros en una interna que no nos corresponde, pero además en un posicionamiento político del PRO con La Libertad Avanza, que no queremos entrar ahí”.

lunes, 21 de abril de 2025

LA BATALLA DE CAMBER


lo ético y lo moral

 

Juan Domingo Cardozo

* ExTeniente de Artilleria VGM del Ejército Argentino.

 

La Prensa, 20.04.2025

 

Hace poco más de 42 años, un 3 de abril de 1983 en el suplemento literario de este diario publiqué un artículo sobre la batalla de Camber. Jamás las páginas de “La Prensa” estuvieron cerradas para honrar a la gesta de Malvinas y a sus combatientes, y puede lucir orgullosa como esa farola de su viejo edificio, la permanente adhesión a la causa; a tanto tiempo vuelvo a tomar la pluma.

El día 8 de abril de 2025 se realizó en el Instituto Nacional Sanmartiniano la presentación del libro “El Combate de Camber – Guerra de Malvinas”, del Cnl. VGM Ricardo Jasson. Da que pensar que el Instituto dedicado a resaltar y promover la figura del General Don José de San Martin, permita que diserte en su sala al autor del libro quien no estuvo presente durante el combate.

 

13 DE JUNIO 1982

Hagamos un poco de historia como testigo de ese momento. El Combate de Camber ocurrió en la noche del 13 de junio de 1982 en la playa Nordeste de la Península de dicho nombre, custodiada por la 1° Sección de la Batería B del GADA 101, de la cual yo era su Jefe. Las tropas de élites inglesas de los SAS y SBS desembarcaron en completo silencio, yo los vi con el visor infrarrojo.

El desembarco estuvo apoyado por fuego de armas pesadas que venían de la orilla del mar frente a nuestra posición. El Cabo Ricardo Otero Jefe de la 4° Pieza me aviso por teléfono de campaña que algún disparo inglés dio en el frente del cañón.

Los ingleses que habían desembarcado subieron nuevamente a los botes y comenzaron a alejarse de la costa; ordené abrir el fuego detrás de los botes. Barry Gilbert, del 1° Escuadrón de Incursión Royal Marines, conducía uno de los Rigid Raider (botes) “que intentaba escapar del fuego del teniente Juan D. Cardozo y su cañón antiaéreo”, según me escribió en un E-Mail. Respondimos con el fuego de los cañones de 30mm Hispano Suiza, teníamos superioridad de fuego.

 

Durante un rato estuvimos jugando con los ingleses al tirar y recibir, ellos dejaron de tirar, se replegaron y nuestros viejos cañones quedaron todos fuera de servicio. El Jefe de la 1° Pieza Cabo Antonio Rosskoff, desertó ante el ataque enemigo, el Dragoneante Cl62 Guillermo Wilson subió al cañón y continuó tirando. La 4° Pieza fue la que más impactos recibió. La 3° Pieza del Cabo Daniel Verdes, quedó enseguida fuera de servicio, Verdes y los servidores de la pieza con sus fusiles bajaron a la orilla de la playa y continuaron tirando. El motor de la 2° Pieza dejó de funcionar y el Jefe de Pieza Cabo 1° Ramon Sánchez, continuó tirando en posición manual, mientras tanto los ingleses se retiraban en desbandada.

 

Al Jefe de la 1° Pieza que deserto, lo encontraron oculto debajo del embarcadero de Camber. El Subteniente (ahora Coronel) Ricardo Jasson estaba internado en el Hospital de Puerto Argentino con diarrea. El Jefe de la Batería B, Teniente 1° Infantino reemplazó al Subteniente Jasson, y dirigió el fuego de la 2° Sección, en su zona de combate debido al fuego de artillería inglés, murieron los soldados CL62 Claudio Romero, Cl63 Marcelo Planes y cuatro resultaron heridos. El Mayor Jorge Monge, oficial de operaciones del GADA 101, no estaba con nosotros, yo no sabía cuál era su posición esa noche, en 2022 me dijeron que él había estado en la Península Camber en una casa de piedra con un grupo de la Marina de Guerra. Él, solo se comunicó conmigo por radio. Las tropas comando llegaron cuando el combate había terminado y le presenté el parte al Tte 1° Horacio Guglielmone.

 

El libro de Jasson al referirse al Combate de Camber, constituye un entramado de ideas que él y Monge fueron maquinando durante 39 años hasta decidir que publicar.

 

¿ES ETICO Y MORAL?

El Cnl Jasson debe mencionar que él no estuvo presente en el combate. Para él, ¿es ético disertar en el Instituto Nacional Sanmartiniano y es moral que lo haga dando la espalda a los soldados muertos en combate? El Instituto Nacional Sanmartiniano, que representa los mejores valores legados por el General Don José de San Martin, no debería haber permitido que Jasson disertara en el salón de actos que además lleva el nombre de Manuel Belgrano. ¿El responsable de la presentación del libro, sabía que Jasson no estuvo en el Combate de Camber y de la actitud de Monge?

 

El Código de Justicia Militar condena a la pena máxima a quien deserta frente a un enemigo extranjero. Yo me hice responsable por la actitud del Cabo Antonio Rosskoff y pedí la baja del ejército, pero la afrenta de Jasson resulta lamentable y una falta de respeto.

 

 

sábado, 19 de abril de 2025

HORMONIZACIÓN Y CIRUGÍAS DE GÉNERO

 

 un libro afirma que la medicina está olvidando su juramento de no dañar

 

Claudia Peiró

Infobae, 19 de abril de 2025

 

La medicina bajo el dominio de las ideologías identitarias: el nuevo libro de Caroline Eliacheff y Céline Masson

 

Cuando en 2022 escribieron La fábrica del niño transgénero -preocupadas por la rapidez con la cual cierta medicina derivaba a menores a tratamientos de hormonización para cambiar de género-, las francesas Caroline Eliacheff, psiquiatra infantil, y Céline Masson, psicoanalista, creyeron -“ingenuamente”, dicen hoy-, que “un consenso se formaría en lo atinente a los menores”.

 

En cambio, sucedió lo contrario: fueron boicoteadas, canceladas e insultadas. Eso no las desalentó, como lo demuestra su nuevo libro: Le sermon d'Hippocrate. La médecine sous l'emprise des idéologies identitaires (El sermón de Hipócrates. La medicina bajo el dominio de las ideologías identitarias), todavía no traducido al castellano.

 

Cuando dicen “lo atinente a los menores”, las autoras se refieren a una situación análoga a la de la Argentina en materia de tratamiento a niños y adolescentes que se declaran trans, que dicen ser del sexo opuesto al de nacimiento. En ambos países la legislación es ultra permisiva, abundan servicios de salud que aplican tratamientos con bloqueadores de pubertad a niños de 10 u 11 años (para frenar el desarrollo sexual), luego, hormonización cruzada para desarrollar caracteres sexuales del género deseado -a partir de los 15 ó 16 aproximadamente- y, finalmente, cirugías (mastectomías, histerectomía, castración, fabricación de seudo órganos sexuales, etc). Todo ello a partir de aceptar la autopercepción de adolescentes que se autodiagnostican a partir de interacciones en las redes donde el lobby transgenerista es muy activo; allá también, escuela y autoridades preconizan la llamada “transición social” aceptando como algo natural e incluso festejable la declaración de un niño o niña o de un adolescente de pertenecer al sexo opuesto al de nacimiento.

 

Esta autodeterminación de niños y adolescentes es sostenida por el discurso de la autonomía progresiva cuya contracara es la defección de los adultos respecto de su responsabilidad.

 

Un enfoque médico temerario acepta como diagnóstico la autopercepción de género de adolescentes que se auto-diagnostican a partir de interacciones en las redes (Imagen Ilustrativa Infobae)

 

“No habíamos tomado conciencia de la amplitud de la presencia proselitista [de las asociaciones militantes] (yo de sus defensores) en todos los mecanismos del Estado, en los partidos políticos, en la universidad, en los Ministerios (en particular en Educación y Salud), en los municipios, en otros organismos dependientes del Estado (...) y por supuesto en los servicios de salud dedicados al tema”, reflexionan hoy Eliacheff y Masson, a partir de las agresiones que recibió luego de su primer libro.

 

La prensa, escrita y audiovisual, también ha sido copada por “los discursos trans-afirmativos”, advierten. Es decir, la idea de que basta la expresión de la voluntad personal para iniciar una transición de género, así se trate de un menor de edad o de una persona afectada por otras comorbilidades.

 

La transición de género es presentada como “un viaje al encuentro de sí mismo”, o como una terapia de prevención del suicidio, a la vez que se ocultan o minimizan los efectos secundarios de estos tratamientos y el carácter irreversible de la mayoría de ellos. Los bloqueadores de pubertad son comparados al botón pausa de un reproductor de video. Se detiene el desarrollo por algunos años y luego se lo reanuda sin problema...

 

En aquel primer libro (febrero de 2022), analizaban el crecimiento exponencial de casos de disforia de género entre adolescentes, sobre todas las mujeres, dato que los promotores de estas prácticas relativizan. Y que se repite en otros países, incluido el nuestro, como lo confirman las cifras de los casos recopilados por la asociación MANADA (Madres de Niñas y Adolescentes con Disforia Acelerada).

 

En su nuevo libro (febrero de 2025) Eliacheff y Masson se preguntan por qué tantos médicos ponen en práctica métodos dañinos para esos menores, denuncian el abandono de la responsabilidad adulta -siempre en nombre de la autonomía progresiva- y postulan una alternativa al tratamiento que se da a la disforia de género adolescente que incluye una distinta definición del malestar.

 

La mayoría de las adolescentes tratadas como trans “no reúnen los criterios de diagnóstico de la disforia de género”, dicen. Hay un sobrediagnóstico que oculta otros trastornos.

 

En el posfacio del libro, el catedrático Didier Sicard, profesor honorario de medicina interna en la Universidad de Paris Cité, que por casi una década presidió el Comité consultivo nacional de ética, señala que la medicina va camino a dejar de ser un humanismo y eso es alentado “por la financiarización creciente en detrimento del cuidado”.

 

La modificación del humano es una actividad mucho más lucrativa que el cuidado, asegura. Es que, como sucede en Argentina donde estos costosos tratamientos están incluidos en el Plan Médico Obligatorio (PMO), allá también la cobertura total de las transiciones constituye “un factor evidente de aliento; si me lo pagan, es que es algo seguro”, dice este profesor.

 

Sicard enumera algunos de posibles efectos secundarios de la hormonización sin motivos médicos de cuerpos adolescentes: cáncer de hígado, meningiomas, desmineralización ósea, esterilidad, ausencia de vida sexual. En definitiva, dice, se convierte a esos niños en “material de laboratorio, (lo que) parece ser la última de las preocupaciones de una medicina deshumanizada”.

 

Una muestra de cómo, a partir de la Ley Trans (2012), en la Argentina se viene facilitando y hasta promoviendo la autodeterminación de los menores para tomar decisiones tan drásticas e irreversibles como la transición de género.

El único argumento que esgrimen a los médicos en defensa de estos tratamientos es que buscan aliviar un sufrimiento. Un sufrimiento que es psíquico pero que no se busca tratar primero en ese plano. En cambio, se recurre a terapias destinadas a otros síndromes endocrinos, a la intersexualidad de nacimiento (hermafroditismo), a la pubertad precoz, etc. Pero en esos casos se trataba de la verdadera función de la medicina: corregir un desorden, no provocarlo.

 

Hoy muchos médicos dejan de lado el principio esencial primum non nocere (lo primero es no hacer daño).

 

Consciente de que estas prácticas están atravesadas por el debate ideológico izquierda - derecha, Sicard señala que “asimilar la defensa de niños y adolescentes a un comportamiento de ultra derecha es algo increíble”. La medicina no debe someterse a las modas del momento, sostiene.

 

El libro de Eliacheff y Masson denuncia una actividad médica que rosa lo delictivo porque responde a intereses económicos y llama la atención sobre el peligro que esto representa para el futuro de niños y adolescentes.

 

Cuando el tema de los menores trans llega a los medios, los servicios que promueven estos tratamientos imprudentes aseguran que toman todas las precauciones necesarias antes de proceder -hasta llegan a negar que se trate a menores de edad-, pero los testimonios de los pacientes y de sus familias contradicen estos argumentos y atestiguan de tratamientos hormonales tempranos, incluso en presencia de otros trastornos paralelos a la disforia. Es otra analogía con lo que sucede en nuestro país.

 

Eliacheff y Masson denuncian en el libro -y también esto vale para la Argentina- que no existe la suficiente información a los pacientes ya sus familias acerca de los efectos secundarios de los tratamientos y de la existencia de alternativas como una psicoterapia, además de recomendar una espera prudente, porque la mayoría de estas disforias repentinas en la adolescencia desaparecen con el tiempo. Las autoras están convencidas de que, “aunque su sufrimiento puberal es real, [esos adolescentes] no son 'trans' (si bien una minoría podrá serlo y hacer su transición más tarde)”.

 

Los transexuales existieron siempre, dicen, “en todas las civilizaciones, de forma muy minoritaria”. Como todas las minorías, tienen derecho a la no discriminación. Pero actualmente, “su postura victimista ha servido como caballo de Troya” de “un militantismo de género que trata de imponerse a toda la sociedad como un nuevo orden moral”.

 

La mayoría de los menores resuelven solos sus problemas de género cuando llegan a la edad adulta, siempre que no hayan hecho la transición social ni médica, dato que acentúa la irresponsabilidad de promover la transición temprana de púberes y adolescentes, advierten.

 

Pero los profesionales que piden prudencia, que sugieren por ejemplo una psicoterapia exploratoria, son sistemáticamente tratados de transodiantes, maltratadores, reaccionarios, charlatanes y, obviamente, ultraderechistas (como advierte Sicard).

 

Las asociaciones trans pretenden que los médicos aceptan sin demora ni condiciones la identidad de género de una persona, incluso menor de edad, y que las transiciones médicas dependen de su sola voluntad. También quieren imponer que los enfoques psicológicos sean solo afirmativos (seguirle la corriente al paciente), la despatologización (no derivar a terapia, salvo que la persona lo pida), y el derecho de los menores a la transición hormonal ya la cirugía.

 

Esta realidad se replica en casi todos los países occidentales. Sin embargo, los que han sido pioneros en esto han comenzado a revisar sus protocolos: Finlandia, Noruega, Suecia y Gran Bretaña han limitado los tratamientos aplicados a menores. Lo mismo sucede en 24 estados norteamericanos.

 

Pero, dicen las autoras, muchos servicios médicos siguen todavía con los ojos cerrados las directivas de la WPATH (World Professional Association for Transgender Health) cuyos postulados son que el niño sabe a qué género pertenece y no cambiará de opinión, que no hay contagio social y que el incremento de los casos se debe a la liberación de la palabra.

 

Aceptar la transición social favorece el desarrollo psíquico, afirma la WPATH, que también sostiene que los bloqueadores de la pubertad son reversibles y que negarle el tratamiento a una persona que se dice trans incrementa el riesgo de suicidio, que es ciertamente muy elevado entre esta población. Pero Eliacheff y Masson aseguran que no está demostrada la compensación entre transición médica y disminución de ese riesgo, esgrimido como amenaza ante la reticencia de padres o terapeutas.

 

En la Argentina se da el mismo fenómeno. Se desoyen las advertencias de los sistemas de salud de los países que están dando marcha atrás con estos tratamientos para proteger a los menores de estas terapias invasivas, irreversibles y para nada inocuas. Por caso, el Informe Cass, resultado del trabajo de 4 años de un equipo independiente de especialistas en el Reino Unido que llegó a la conclusión de que los tratamientos de transición están todavía en una etapa experimental y por el cual el gobierno de ese país suspendió los bloqueadores y hormonas en menores de edad, no fue prácticamente publicado aquí, ni mucho menos debatido ni siquiera entre los responsables de esta política.

 

Informe Cass: son las conclusiones de un estudio independiente, dirigido por la pediatra Hilary Cass, que revisó durante 4 años los protocolos para menores trans y su aplicación.

El 6 de febrero pasado, en nuestro país, el gobierno nacional promulgó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 62/2025, prohibiendo los tratamientos hormonales y las cirugías de cambio de sexo en menores de 18 años.

 

Llamativamente, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) reaccionó expresando “profunda preocupación”, en un comunicado en el que citan los derechos de los niños, mencionan la “autonomía progresiva” del menor, califican de “avance” a la Ley de Identidad de Género (n° 26743), tildan de “documento controversial” al Informe Cass, reiteran toda la doctrina que justifica estos tratamientos, a saber que “la falta de acceso a la salud integral aumenta la prevalencia de depresión, ansiedad e intentos de suicidio”, mientras que los tratamientos de transición “mejoran significativamente la calidad de vida y el bienestar”.

 

Concluye evocando a sus más de 20.000 socios, lo que lleva a preguntarse si el contenido de este comunicado de la comisión directiva de la SAP es compartido por esa cantidad de pediatras a lo largo y ancho del país.

 

Nótese el eufemismo “acceso a la salud integral”, cuando están hablando de frenar el desarrollo puberal, dar hormonas del sexo opuesto a adolescentes e incluso practicar cirugías mutilantes en menores.

 

Eliacheff y Masson señalan justamente los eufemismos a los que apelan a quienes practican una medicina al servicio de una ideología. Por ejemplo, “torsoplastia” por ablación de los senos.

 

LOBOTOMÍA Y ESTERILIZACIÓN

Ofrecen “soluciones milagrosas, explotando la inmadurez afectiva frecuentemente asociada a trastornos psíquicos entre los jóvenes así como el desconcierto de los padres”, dicen las autoras, que además citan otros ejemplos de terapias que causaron más daño que curación, como la lobotomía, método inventado por un neurólogo portugués para curar enfermedades psiquiátricas consistente en cortar las fibras que ligan el lóbulo frontal con el resto del cerebro.

 

Hoy escandaliza, parece delirante, pero Antonio Egas Moniz fue Premio Nobel de Medicina en 1949 “por el descubrimiento del valor terapéutico de la leucotomía para ciertas psicosis”.

 

El método fue llevado a los Estados Unidos por el neurólogo Walter Freeman que se unió a un cirujano e hizo millas de lobotomías, incluyendo la que dejó en estado casi vegetativo a una hermana de John F. Kennedy.

 

No todos los médicos creyeron en esto y hubo varias críticas desde el primer momento, sin embargo la lobotomía se siguió practicando casi hasta los años 80.

 

“Los médicos se creen en el campo del bien -dicen Eliacheff y Masson- al punto de descuidar todas las alertas que ponen en duda sus resultados, su comodidad, su notoriedad y los poderes adquiridos”.

 

También evocan el caso de la histeria, enfermedad nerviosa abrumadoramente femenina, tratada a fines del siglo XIX con métodos tan brutales como la ablación del clítoris y la histerectomía. Como con la lobotomía, entonces también hubo profesionales que denunciaron esto como una mutilación y nada más, y que preconizaron un tratamiento psicológico de ese trastorno.

 

En el siglo XX se produjo incluso un deterioro ideológico, advierten las autoras: la histeria pasó a ser vista como un problema genético y no orgánico. La esterilización evitaría su propagación. Era el surgimiento de las teorías eugenésicas.

 

“Si el eugenismo afectó a las histéricas del siglo XIX, el transhumanismo del siglo XXI no deja de tener relación con las demandas actuales de cambo de sexo”, afirman Eliacheff y Masson.

 

Citan a Pierre-André Taguieff, quien dijo que “eugenistas y transhumanistas comparten la idea--fuerza según la cual las creencias religiosas tradicionales deben ser reemplazadas por una nueva fe encuadrada en el deseo de mejorar la vida de las generaciones futuras a través de una remodelación de la naturaleza humana”.

 

¿No hay acaso un paralelo entre quitar los senos para aliviar el sufrimiento psíquico y castrar a las histéricas como creía el ginecólogo alemán Alfred Hegar que aseguraba que “la eliminación de las glándulas genitales suprimía el mal”'?, se preguntan las autoras.

 

Del juramento de Hipócrates se olvida el compromiso de “no dañar”; y se convierte en una persona básicamente sana en un paciente de por vida, estéril, y que muy posiblemente padecerá de anorgasmia.

 

UNA NUEVA PROPUESTA CLÍNICA

Eliacheff y Masson afirman que la transversión se basa en una ideología que “implica un corte con la realidad (la diferencia de sexos) y un cambio de paradigma”. Quienes la promueven necesitan convencer a la gente de que se puede cambiar de sexo para lo cual ejercen presión afectiva sobre las personas, neutralizan el debate y aíslan a los contradictores.

 

Por eso ellas sostienen que el aumento de casos no es resultado de la liberación de la palabra sino de la liberación de la oferta.

 

Con lógica despertó, se sostiene que hablar de sexo biológco es casi un delito, una violencia contra la comunidad LGBTQIA+, dicen. La crítica es equiparada a la ofensa. Toda diferencia es una injusticia a combatir. Hasta la biología es recusada por discriminadora, intolerante, incluso transfóbica.

 

Eliacheff y Masson no teorizan en abstracto; ambas han tratado y tratan casos. Sobre la base de esa experiencia y de sus constantes investigaciones, han elaborado una nueva propuesta clínica para el tratamiento de la disforia adolescente.

 

En primer lugar proponemos usar la expresión Angoisse de Sexuation Pubertaire (ASP), que se puede traducir como Angustia de Desarrollo Sexual Puberal.

 

Los síntomas son: angustia marcada y persistente que puede llegar hasta el ataque de pánico ante la aparición de los caracteres sexuales secundarios; preocupación excesiva (pensamiento rumiante), vergüenza de su físico, estrategias de ocultamiento de esos caracteres, miedo, ansiedad, tristeza, culpa, desvalorización, temor a la agresión ligada a ese desarrollo (burlas, comentarios), miedo a la sexualidad adulta, cambios de humor, enojos.

 

Estos síntomas pueden verse agravados por comorbilidades: trastornos alimentarios, ansiedad social, depresión, antecedentes de agresión y/o estrés postraumático, trastorno de atención (TDA/H) y trastornos del espectro autista.

 

Estos jóvenes, dicen, son presa fácil de un discurso mediático e incluso académico que ofrece una solución rápida y radical. Si te sentís mal con tu cuerpo es porque sos trans. Un autodiagnóstico que refuerza el rechazo al cuerpo y la imposibilidad de adaptarse a sus cambios.

 

Lo que se fomenta desde el activismo transgénero es afirmar la idea de haber nacido en el cuerpo equivocado, rechazar toda indagación sobre el origen del malestar y anunciar acerca de la existencia de pulsiones suicidas a fin de obtener bloqueadores de la pubertad.

 

El enfoque que proponen Eliacheff y Masson para la ASP es muy diferente: las hormonas deben estar vedadas hasta la mayoría de edad; se debe realizar una evaluación completa (individual, familiar y social) y preconizar un tratamiento psicoterapéutico, incluso psicofarmacológico de ser necesario.

 

El libro se abre y se cierra con el relato en primera persona ya dos voces de un caso de disforia de género acelerada: una chica y su padre cuentan esos tres años vividos desde que ella, a los 13, creyó haber nacido en el cuerpo equivocado y hasta que a los 15 se reconcilió con su sexo biológico.

 

El sitio LGBT al que acudió, cuenta Lou (nombre ficticio), “solo apoyaba la idea de que si un joven o una joven no entra en los estereotipos de género al cual pertenece, entonces forzosamente es trans”. Ella hubiera preferido que le dijesen que “es normal a esa edad sentirse incómoda con el propio cuerpo, que no tiene nada de malo ser un poco masculino, explorar otros estilos”.

 

Y deplora que hayan denunciado a su padre ante la justicia por insistir en que tenía una hija y no un hijo. También sucede en Argentina.

 

A sus 15 no era consciente de los peligros ni de la irreversibilidad de algunas decisiones. El enfoque trans-afirmativo lleva a jóvenes en situación de profundo malestar a optar por cosas que modificarán sus cuerpos de modo definitivo.

 

Lou, que hoy es mayor de edad, envía un mensaje a los jóvenes que padecen la misma angustia que vivió ella: “Hay que entender que existen otras maneras de vivir con esta disforia, de aliviarla, incluso vencerla”. Y agrega: “Hay que alentar a los jóvenes a tomar el camino de la exploración de su identidad y de su cuerpo, antes que el de modificarlo para igualarlo a los estereotipos del sexo opuesto”.

viernes, 18 de abril de 2025

CONFERENCIA

 


El ciclo de conferencias mensuales, organizado por el Foro social “Carlos Sacheri”, continuará el lunes 12 de mayo, a las 19 horas, con una exposición del Dr. Carlos Prósperi sobre “La cultura woke: censura disfrazada de justicia”.


El encuentro se realizará en el hotel Felipe II, San Jerónimo 279, siendo la entrada libre.

jueves, 17 de abril de 2025

EL TRIBUNAL SUPREMO

 

 de Gran Bretaña dictaminó que las personas trans no son mujeres ante la ley

 

La Prensa, 16.04.2025

 

El Tribunal Supremo británico, máxima instancia judicial, puso fin a un asunto controvertido en el Reino Unido al dictaminar este miércoles, en un fallo histórico, que el término 'mujer' en la ley está definido por el sexo biológico.

 

El dictamen, que culminó una batalla legal de años iniciada por la organización defensora de las mujeres 'For Women Scotland', permite aclarar el dilema que enfrentaban, por ejemplo, clubes deportivos o escuelas sobre los espacios diferenciados por sexo, como los vestuarios.

 

El proceso legal comenzó con una querella por parte de esa organización contra la decisión del Ejecutivo autonómico escocés de incluir a las mujeres trans en la cuota para igualar los puestos públicos entre mujeres y hombres.

 

"La decisión unánime de este tribunal es que los términos mujer y sexo en la Ley de Igualdad de 2010 se refieren a una mujer biológica y al sexo biológico", dictaminaron los jueces al cabo de un complicado argumento sobre la definición de 'mujer' en la ley.

 

En el dictamen, de 88 folios, los magistrados puntualizaron, además, que la decisión no debe ser vista como un triunfo para una u otra parte dado que la ley de Igualdad del año 2010 otorga a las personas transgénero protección contra la discriminación.

 

Agregaron que una persona con el llamado certificado de reasignación de género (CRG, trans) en el género femenino no entra dentro de la definición de 'mujer' en virtud de la Ley de Igualdad de 2010, por lo que la posición legal del Gobierno escocés es "incorrecta".

 

El Ejecutivo de Edimburgo argumentaba que las personas trans con un certificado CRG derecho a las protecciones y facilidades basadas en el sexo, mientras que 'For Women Scotland' sostenía que solo debían aplicarse a las personas que nacen mujeres.

 

El ministro principal de Escocia, John Swinney, dijo hoy que su Gobierno "acepta el fallo del Tribunal Supremo" sobre la definición legal de mujer y analizará sus efectos en la normativa escocesa.

 

Celebración

A las puertas del Supremo, en el centro de Londres, Susan Smith, integrante de 'For Women Scotland', dijo que "los políticos deben comprender que esto es la ley".

 

"Tienen que dejar de implementar directrices erróneas en escuelas y hospitales. Ahora tenemos una base realmente sólida para seguir adelante", afirmó.

 

El Gobierno laborista británico demostró por su parte que el dictamen aporta "claridad" sobre los espacios diferenciados por sexo, como centros para víctimas de agresión sexual o de violencia doméstica.

 

"Siempre hemos apoyado la protección de los espacios diferenciados por sexo en función del sexo biológico. El fallo del Tribunal Supremo sobre la definición de mujer en la Ley de Igualdad aporta claridad y confianza a las mujeres ya los proveedores de servicios como hospitales, albergues y clubes deportivos", añadió.

 

"Los espacios diferenciados por sexo están protegidos por ley y siempre lo estarán con este Gobierno", resaltó.

 

Por otro lado, el líder del Partido Conservador británico (en la oposición), Kemi Badenoch, recibió con satisfacción el dictamen al afirmar que "decir que 'las mujeres trans son mujeres' nunca fue cierto en la práctica, y ahora tampoco lo es en la ley".

 

"Esta es una victoria para todas las mujeres que sufrieron abusos personales o perdieron sus trabajos por decir lo obvio. Las mujeres son mujeres y los hombres son hombres: no se puede cambiar el sexo biológico. La era de Keir Starmer (primer ministro) diciéndonos que las mujeres pueden tener pene ha llegado a su fin. ¡Bien hecho, 'For Women Scotland'!", resaltó.

 

El organismo supervisor de la igualdad en el Reino Unido, la llamada Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC, en inglés), celebró el dictamen al afirmar que un certificado trans no cambia el sexo legal de una persona a efectos de la Ley de Igualdad.

 

Inquietud

Por su parte, el director de la organización 'Stonewall', que defiende los derechos del colectivo LGBTQ+,   Simon Blake, expresó su preocupación por las amplias implicaciones del fallo.

 

"Es importante recordar que el tribunal reafirmó firme y claramente que la Ley de Igualdad protege a todas las personas trans contra la discriminación por reasignación de género, y seguirá haciéndolo. Una vez que leamos y analizamos completamente el fallo, trabajaremos con las partes interesadas de todos los sectores para brindar la mayor claridad posible", agregó.