La deuda que Cuba contrajo con la Argentina en 1973, en tiempos de Ber Gelbard, es hoy incobrable. Eran originalmente 600 millones de dólares, destinados a la compra de automóviles y otros bienes argentinos; algunos de los Ford Falcon y de los Peugeot 404 adquiridos en esa época aún circulan por la isla caribeña. Según fuentes gubernamentales, actualizada, esa deuda ascendería a 2700 millones de dólares. Sin embargo, no hubo ninguna gestión para recuperar parte de ese dinero durante la visita presidencial (de Cristina) a Cuba. En algún momento se barajó la idea de canjearla por beneficios impositivos para inversiones argentinas en turismo, pero un convenio firmado entre cubanos y españoles complicaría esa posibilidad, sumado al hecho de que España no está hoy en condiciones de abrir el juego por su recesión, aclaró un funcionario argentino.
Con aquel crédito de los años 70, la Argentina rompió el bloqueo impuesto a Cuba por los Estados Unidos. Poco después, en medio del acoso de las organizaciones guerrilleras, tanto Juan Domingo Perón como su esposa tomaron distancia del régimen castrista y la deuda continuó impaga. Más curioso aún es que el gobierno militar establecido en 1976 tampoco se preocupara por esa deuda, aunque quizás a cambio logró que Cuba bloqueara, en 1980, una resolución propuesta por los Estados Unidos para denunciar el drama de los desaparecidos en la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Son las paradojas de la historia: el mismo líder cubano que apoyó al régimen militar argentino recibió el saludo y la admiración de Cristina Kirchner.
(Fuente: La Nación, Fernando Laborde, 25-1-09)