Los expertos creen que si se hacen bien las cuentas son 1.300 millones los pobres del mundo que corren grandes riesgos de hambre, desnutrición, sed y de ser víctimas de desastres naturales. Un tsunami silencioso pero devastador como los maremotos que arrasan zonas de Asia, se va extendiendo y promete causar migraciones bíblicas de poblaciones desesperadas que necesitan agua, comida y un poco de tierra fértil para autoabastecerse. No hay un estudio serio que en pespectiva no plantee este panorama sombrío, que favorecerá nuevas guerras, esta vez por necesidades tan imperiosas que no habrá discusiones ideológicas sino simples argumentos de supervivencia.
Un informe de los tantos que circulan entre los delegados que pululan por el centro de Roma y rinden homenaje a la magnífica gastronomía italiana, mientras leen y discuten este escándalo, señala que la producción mundial de cereales aumentó en 2007 un 5 % y en 2008 crecerá otro 2,8 % hasta sumar un récord de 2.164 millones de toneladas. Una paradoja difícil de explicar. Mucho más si se tiene en cuenta que teóricamente hay el doble de alimentos suficientes para dar de comer a los casi siete mil millones de habitantes de la Tierra.
Los países ricos derrochan cifras impresionantes de alimentos que van a parar a la basura. El diario londinense The Independent investigó y descubrió que familias, supermercados y productores ingleses descartan así 20 millones de toneladas de alimentos por un valor de 21 mil millones de libras esterlinas, o sea lo que bastaría para quitar el hambre a toda Africa en un año.
(Clarín, 1-6-08)
Un informe de los tantos que circulan entre los delegados que pululan por el centro de Roma y rinden homenaje a la magnífica gastronomía italiana, mientras leen y discuten este escándalo, señala que la producción mundial de cereales aumentó en 2007 un 5 % y en 2008 crecerá otro 2,8 % hasta sumar un récord de 2.164 millones de toneladas. Una paradoja difícil de explicar. Mucho más si se tiene en cuenta que teóricamente hay el doble de alimentos suficientes para dar de comer a los casi siete mil millones de habitantes de la Tierra.
Los países ricos derrochan cifras impresionantes de alimentos que van a parar a la basura. El diario londinense The Independent investigó y descubrió que familias, supermercados y productores ingleses descartan así 20 millones de toneladas de alimentos por un valor de 21 mil millones de libras esterlinas, o sea lo que bastaría para quitar el hambre a toda Africa en un año.
(Clarín, 1-6-08)