Por Adrián Ventura
La Cámara Electoral tenía que resolver un problema que habían planteado varias agrupaciones de izquierda y el juez federal bonaerense Manuel Blanco: ni aquellos pequeños partidos ni el magistrado tienen capacidad operativa para distribuir las papeletas en todo el territorio bonaerense. Pero los jueces Santiago Corcuera, Alberto Dalla Vía y Rodolfo Munne no se limitaron a solucionar el problema, sino que, por unanimidad, hicieron un llamado de atención.
Primer dato. El consejo del tribunal, hecho ayer, apenas tres días después de las elecciones de Santa Fe, no fue inocente. Luego de que en los comicios de 2007 se presentaron numerosos problemas con robos y faltantes de boletas, la Cámara Electoral hizo un seminario con todos los partidos y, en 2009, envió un informe al Poder Ejecutivo. Aconsejó que se adoptara el sistema de boleta única. Pero el kirchnerismo, sin mayores trabas, logró la sanción de la actual ley de reforma política (número 26.571), una norma que perpetuó las listas sábana y que trajo varias trampas -como los límites a la propaganda en radio y TV-, de las que ahora, tardíamente, los partidos intentan sacudirse.
Segundo dato. La Cámara recordó que la boleta única es usada para votar en las cárceles, en el exterior y, fundamentalmente, en varias provincias. Léase Santa Fe.
En efecto, en los comicios santafecinos quedaron en evidencia sus ventajas: el elector, cuando tiene frente a sí una sola papeleta que contiene toda la oferta electoral, es más libre porque puede elegir a un gobernador de un partido y a legisladores de otro sin tener la incómoda necesidad de cortar boleta. El hecho de que Miguel del Sel (Pro), que salió segundo, haya vencido a Agustín Rossi (FPV), mientras que María Eugenia Bielsa (FPV) obtuvo la mayoría de los votos para diputada muestra esa flexibilidad.
La boleta única elimina las enormes listas sábana, plagadas de nombres que pocos conocen, pero que se benefician del poder de arrastre de quien figura como cabeza de lista principal; cambia algunas costumbres de la política; facilita la visibilidad de las opciones; diluye prácticas oscuras como el voto en cadena, y garantiza que todos los partidos estén representados en el cuarto oscuro (porque los fiscales y electores no pueden robar las boletas de sus rivales).
NuevoEncuentro, 28-7-11