Por Maricel Spini
Luego de que fuera
frustrado un intento de atentado en su contra, el martes, el ex mandatario
cerró el simposio de Wom Leadership, en el teatro Gran Rex de Buenos Aires,
donde, acompañado por dos agentes de seguridad, repasó los ocho años de su
gobierno y defendió su política contra la guerrilla.
"Colombia ha
sido generoso en el perdón, en dar oportunidades a los ex guerrilleros, pero
las FARC y también el ELN aprovecharon esas oportunidades para crecer en su
poderío militar", señaló Uribe.
"Nunca avanzaron
hacia la paz porque no les interesa la paz", agregó. "El terrorismo
ha sido el progenitor de las violaciones a los derechos humanos", subrayó.
Aseguró que, desde el
año 2000, los grupos armados, tanto de izquierda como de derecha, se
convirtieron en bandas del narcotráfico. "Hoy día, las FARC son el cártel
más poderoso del mundo", afirmó.
El ex mandatario, que
no mencionó el plan para atentar contra él, pidió a periodistas y opositores
que lo vinculan con el paramilitarismo "que hagan memoria". Recordó
que durante los ocho años que dirigió el país, logró recuperar dos monopolios
del Estado: el de las Fuerzas Armadas y el de la Justicia.
"Nosotros
desmantelamos el paramilitarismo que se había adueñado de nuestros cuerpos de
seguridad. Nosotros extraditamos a 14 jefes paras que están presos en los
Estados Unidos por no cumplir con los acuerdos de desmovilización",
mencionó.
"Los periodistas
estaban amenazados antes de mi gobierno, muchos se habían exiliado y pudieron
regresar por nuestros logros. Pero volvieron para atacar virulentamente",
se quejó.
Uribe insistió en su
postura de no negociar con las FARC. "Como están las cosas hoy, el único
camino es la desarticulación de la narcoguerrilla. Ni diálogo ni
aniquilamiento", sostuvo y defendió los programas que reintegran
socialmente a jóvenes que participaron del grupo armado. "Es necesaria la
reinserción sin impunidad y las políticas sociales para evitar el
reclutamiento", agregó.
El ex presidente
colombiano arribó al teatro Gran Rex en medio de un fuerte operativo de
seguridad. El vehículo blindado de la embajada colombiana llegó custodiado por
efectivos de la
Policía Federal , el grupo de elite GEOF y una brigada de
explosivos.
Seguridad como motor
de crecimiento económico
"Para resolver
los problemas sociales se necesita una alta tasa de inversión y para que eso
suceda, es necesario que haya seguridad", explicó Álvaro Uribe al recorrer
las políticas de su mandato que permitieron a Colombia convertirse en uno de
los principales destinos de inversión en Sudamérica.
"Propusimos un
plan de seguridad democrática que fue resistido inicialmente por el sector
político pero que fue apoyado por la comunidad. Un programa con respeto a las
garantías políticas y a los derechos civiles", señaló.
El ex mandatario
defendió lo que denominó como "Estado comunitario", un principio
alejado de los extremismos ideológicos que, en su opinión, dominan en América
Latina.
"Ni capitalismo
salvaje ni luchas de clases, ni izquierda que expropia ni neoliberalismo que
anula las funciones estatales", proclamó. "Creo en empresas con responsabilidad
social y en trabajadores con responsabilidad empresarial", añadió.
Explicó que el
secreto del éxito colombiano radicó en lograr el diálogo entre las empresas
privadas y las comunidades. "Con pedagogía y no con demagogia, el pueblo
apoyó nuestras reformas y nuestras ideas de alianza entre el sector público y
el privado", indicó.
Uribe defendió la
iniciativa privada y afirmó que el marxismo genera malas condiciones de vida.
Tras recordar la apertura económica que iniciaron países como China y Vietnam y
el fin de la Unión
Soviética , sentenció: "Cuba ha fracasado. Vivió de dos
subsidios, el soviético y el venezolano". "Hace años que muestran los
avances en educación y salud pero por la falta de capitales privados los
cubanos no vieron mejoras en sus vidas. Y hoy se están atrasando otra
vez", opinó.
politicaydesarrollo,
23-05-2012