Infobae, 20 de
Diciembre de 2022
La Canasta Básica
Total (CBT) tuvo en noviembre un aumento de 4,4%, por debajo de la inflación
general de ese mes, que fue de 4,9 por ciento.
El informe oficial
dio cuenta que un hogar compuesto por dos adultos y dos niños precisó $145.948
para no ser considerados pobres. Por
su parte, en el mismo mes la canasta alimentaria tuvo una suba de 3,1%, lo que
implicó que una familia de las mismas características necesitó $64.012 para
no caer bajo la indigencia.
Los dos
indicadores son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los
indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica –que además de
alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o
educación– determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares
con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.
De la misma
manera, la canasta alimentaria –que tiene un alcance limitado a bienes de
primera necesidad– es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas
familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA
son indigentes.