del coronel Argentino del Valle Larrabure,
secuestrado y asesinado por el ERP en 1975
Claudia Peiró
Infobae, 30 Abr,
2023
El Vaticano
autorizó la apertura de la causa de beatificación del coronel Argentino del
Valle Larrabure, secuestrado por el ERP y asesinado en el año 1975.
“Examinado el
asunto, me complace informar a vuestra excelencia que, por parte de la Santa
Sede, nada puede impedir la causa de beatificación y canonización del
mencionado Siervo de Dios”, dice la comunicación enviada por el cardenal
Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, al
obispo castrense, monseñor Santiago Olivera.
Nihil obsta es la
fórmula en latín que usa la Santa Sede: nada obsta, no existe impedimento
alguno, para iniciar el proceso que puede llevar al altar a Larrabure. El
Vaticano responde así a la solicitud enviada desde la Argentina, junto con los
antecedentes que, en opinión de las diócesis locales, ameritan iniciar el
proceso de beatificación de una persona.
En agosto de 1974,
durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, un
comando de 70 guerrilleros del ERP tomó por asalto la Fábrica Militar de
Pólvora y Explosivos de Villa María, en Córdoba, y secuestró a su subdirector,
el mayor Argentino del Valle Larrabure. También se llevaron armas y explosivos.
Larrabure fue
encerrado en una “cárcel del pueblo”, un calabozo húmedo, sin luz y con escasa
ventilación -que él mismo llamó “canil”-, disimulado en el local de una
mercería en el barrio Bellavista de Rosario. Después de algo más de un año de
encierro -376 días-, Larrabure fue ejecutado por sus captores, se cree que el
19 de agosto de 1975, y su cuerpo arrojado a una zanja. Tenía 43 años. Fue ascendido
a coronel postmortem.
El obispo
castrense Santiago Olivera es también Delegado Episcopal de la Causa de los
Santos de la Conferencia Episcopal de Argentina. En esa doble condición, asumió
la investigación preliminar que fue elevada a la Santa Sede para obtener el
nihil obsta.
En diálogo con
Infobae, Olivera destaca el modo en que Larrabure encarnó la fe sin flaquear
durante el difícil trance que le tocó vivir y de la que dejó un testimonio
profundo y descarnado en las pocas cartas que pudo enviar y en anotaciones
diarias. Su ejemplo es también un aporte a una mirada más completa de nuestra
historia. Monseñor Olivera cree que los argentinos debemos mirar de frente la
verdad, que asumirla “nos hará libres”, como dice el Evangelio. Y, sobre todo, “nos
puede poner en el camino de sanar”. “Que no reine el odio, que no generemos más
grietas”, pide.
— ¿Cuáles son los
hechos de la vida del coronel Larrabure que lo ponen en este camino de
santidad?
— Durante su
cautiverio, todas las oportunidades que tuvo de comunicarse con su familia, de
enviar cartas, pese a lo mucho que sufrió, pese a que lo tentaron con
propuestas de liberación a cambio de traicionarse, las usó únicamente para
instar al perdón, para pedir que no anidara el odio en los corazones de sus hijos,
que no decayera la fe de su esposa; es decir, proclamó el Evangelio, como Jesús
cuando en la cruz dijo “perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Permanentemente testimonió su aceptación de la voluntad de Dios.
— ¿Podemos hablar
de martirio por la fe en este caso?
— Exactamente,
martirio por la fe. Encarnó la fe. La fe se hizo carne en su propia vida. Eso
se tradujo en el perdón, vivió en paz interior y cumplió el mandato de perdonar
y de amar al enemigo.
— Usted dijo que
lo tentaron con la libertad. ¿A cambio de qué?
— Larrabure era
ingeniero en Fabricaciones Militares. Le ofrecieron liberarlo si entregaba oles
por ejemplo fórmulas industriales o les enseñaba a fabricar armamento. Él se
negó: las armas no son para que los argentinos nos matemos entre nosotros,
dijo.
— Cómo
sintetizaría el testimonio que ha dejado Larrabure?
— Para mí su
figura es providencial porque en tiempos de enfrentamientos él nos invita al
encuentro, a reconocer errores, a pedir perdón y a perdonar. Sólo perdonando
podemos mirar al futuro habiendo sanado mental y espiritualmente. La verdad nos
hace libres. Como dice el título del libro que la Comisión Espiscopal le
encargó a la UCA, “La verdad os hará libres”, tenemos que asumir ese pasado con
sus luces y sus sombras, eso es muy importante. Creo profundamente en el
mensaje evangélico de ese título.
— ¿Qué nos dice el
caso Larrabure sobre cómo nos relacionamos con el pasado, con nuestra historia?
— Este
acontecimiento, el martirio de Larrabure, muestra un período de nuestra
historia que es parte de la verdad. En tiempos de democracia también hubo
violencia. La verdad, si se asume, puede ser redimida. Ese título (la Verdad
nos hará libres) tiene una fuerza enorme… Vivamos la verdad, asumámosla. Sin
negar lo que vino luego, no podemos negar esos atropellos. La Realidad es la
Verdad, o la única verdad es la realidad, como le gustaba decir a Perón. Y este
caso nos da una mirada de la historia que a todos nos puede poner en el camino
de sanar. Que no reine el odio, que no generemos más grietas.
— Cree que la
apertura de esta causa de beatificación de Larrabure -y un eventual futuro
reconocimiento de su martirio- puede ser una esperanza para las víctimas no
reconocidas de la violencia de los 70, para las víctimas de la violencia
guerrillera?
— Creo que poner
la mirada en esta parte de la historia puede ampliar ese reconocimiento y
beneficiar a tantos. La figura de Larrabure es emblemática pero nosotros lo
proponemos desde el lado de la fe. Esto no sustituye el trabajo de la justicia
que sin duda tiene que hacer su camino. Quiera Dios que pueda considerarse los
derechos de todas las personas que han sido perjudicadas, pero nuestro foco
está en presentar la figura de un hombre que por su coherencia en ese momento
dramático de su vida y de tanta vulnerabilidad plasma los valores del Evangelio
e invit al perdón, perdonando él, y pidiendo que no anide el odio. Pero
considero que, sin lugar a dudas, esta parte de nuestra historia pueda
amplificar la mirada de otros tantos que pueden sentir que en sus derechos no
fueron respetados. Hay muchos que están tratando de abrir ese camino, que están
buscando el reconocimiento. Los derechos humanos son para todos los humanos.
— Larrabure ya es
un Siervo de Dios. ¿Qué significa eso?
— Se considera a
la persona Siervo de Dios cuando el Dicasterio para las Causas de los Santos
autoriza la apertura del proceso de beatificación
— ¿Cómo se llegó a
eso?
— Previamente hubo
un proceso de investigación, de recolección de testimonios, yo hablé con
testigos, y además consulté con varios obispos, por ejemplo de las diócesis
donde estuvo Larrabure (Córdoba, Santa Fe), les pedí su parecer. Una vez
reunido ese material, escribí a Roma, enviando la documentación, para solicitar
la apertura del proceso. Eso fue en septiembre del año pasado. Respondieron que
estudiarían el caso y consultarían con otros dicasterios competentes en la
materia. Y este año, en marzo, recibí el parecer favorable, el nihil obsta de
la Santa Sede, es decir que no hay obstáculos para iniciar la causa de
beatificación.
— ¿Qué sigue
ahora?
— Ahora se abre la
etapa diocesana, local. Hay que formar un tribunal. Integrado por religiosos y
laicos, especialistas en derecho canónico, peritos en historia, notarios que
certificaron los testimonios, etc. Cuando esa etapa haya concluido, todo el
material se enviará a Roma, para que sea estudiado y evaluado.
Si se reconoce su
martirio por la fe, el coronel Argentino del Valle Larrabure podrá ser
proclamado beato, sin necesidad de acreditar un milagro realizado por su
intercesión. Lo que sí será necesario para canonizarlo. No sería el primer
laico beato en Argentina, pero sí el primero militar.
Luego de recibido
el nihil obsta del Vaticano, monseñor Olivera escribió: “La figura de Argentino
del Valle Larrabure nos remite a muy tristes y difíciles momentos en tiempos de
democracia. Tiempos marcados por la violencia, atentados, sin respeto a los
Derechos Humanos y muertes. Pero el coronel es una figura que -objeto de esa
violencia- lejos de albergar sentimientos de odio o venganza, invitó al perdón
y al amor”.
También subrayó en
su carta la actualidad del testimonio de Larrabure: “Es providencial, y nos
toca a nosotros, aprovechar la vida del Siervo de Dios para la actualidad del
testimonio de Larrabure: “Es providencial, y nos toca a nosotros, aprovechar la
vida del Siervo de Dios para sumarnos a su pedido de deponer sentimientos de
‘enfrentamiento, de enemistad y de odio’; queremos seguir los consejos que hoy
con mucha fuerza volvemos a recordar”.