(extractado)
Como marco general para entender los sucesos de Formosa, es pertinente transcribir algunos párrafos de la revista chilena Geo-Delphos:
“Desde no hace muchos años el problema indígena ha ido recrudeciendo en los países latinoamericanos, y lo extraño de todo este proceso es que las estrategias han sido las mismas, lo que indica una coordinación planificada a nivel regional, ella consta de: victimización, demanda de tierras, violencia armada, extensiones de tierras entregadas a los pueblos indígenas y abandonadas posteriormente por los mismos.
Para nadie puede ser extraño que las ONGS internacionales, que son brazo político de los poderes que controlan al mundo están detrás de este levantamiento indígena, es por ello, que en los distintos países latinoamericanos han sido detenidos ciudadanos principalmente europeos y particularmente españoles en medio de las revueltas indígenas.
Pensar, que ellos actúan por altruismo o idealismo es no entender la verdad del asunto, ellos actúan por motivos políticos y su función es fortalecer las revueltas, financiar los movimientos y buscar, a través de estos medios desestabilizar las frágiles democracias latinoamericanas.
Ahora la pregunta es, ¿para qué? y al respecto hay dos respuestas, la primera es de orden político, en el sentido que es la nueva arma del socialismo mundial para imponer la ideología, lo cual, es claro ver que en cierta forma, está logrando su objetivo y, la segunda es de orden económico, en el sentido de que los grandes poderes ven que los recursos naturales están en extinción y que la región es una reserva importante, siempre y cuando estos se mantengan inexplotados, y para ello nada mejor que los indígenas que se adueñan por la fuerza de territorios y por ende no son explotados, porque no tienen los recursos, ni la tecnología, ni el conocimiento para hacerlo.
El movimiento indígena latinoamericano ha dejado de ser un conjunto de movimientos locales para convertirse en un movimiento articulado y articulador que se construye en los espacios geográficos de donde se desarrollaron las civilizaciones originarias. El punto, es que esto, a todas vista es un retroceso y una utopía, es imposible que los indígenas vuelvan a vivir en sus condiciones originarias, por ejemplo, la reconstrucción de los Andes como unidad geográfica y las civilizaciones pre-Incas e Inca, como unidad histórica es una utopía. Por otro lado ¿quedan indígenas puros? Claramente después de 500 años, no”.
Ahora bien, este proceder subversivo, respaldado por organizaciones internacionales, es ejecutado por sacerdotes católicos devenidos en políticos.
En el caso formoseño, todo indica que quien instigó a los tobas a enfrentarse con la policía, fue el cura Francisco Nazar, con la colaboración del vicario Miguel Pezzuto.
Según la información del periódico El Comercial, Nazar es uno de los principales referentes del MOS(Movimiento de las Organizaciones Sociales) que se lanzó a la palestra el 13 de noviembre y aspira a la candidatura para gobernador. En la presentación, Nazar expresó:
“hay que bajar del púlpito, tenemos que bajar todos, a lo hondo del dolor, de la injusticia de nuestro pueblo, nadie puede quedar arriba, tenemos que destruir pirámides, hemos iniciado una metodología nueva, sobre las cuales no nos vamos a echar atrás y que es la construcción colectiva, tenemos que escuchar la voz de otro, la propuesta del otro, si no hacemos esto no vamos a tener ninguna fuerza, desde los más pobres, desde los condenados de esta tierra, de los perseguidos, de los que luchamos por la justicia en esta Formosa, no es fácil, hoy hemos escuchado las conclusiones, que son muchas, Formosa, y el MOS y todos tenemos que trabajar por el hambre cero”.
Interrogado sobre los episodios, y sin conocer a fondo los detalles del enfrentamiento, Nazar se apresuró a declarar que:
“me juego por la voz de los pueblos originarios"
Desde luego y conforme con el pensamiento progresista, no reclamó que se investigase quién fue el asesino del policía. (El juez liberó a todos los involucrados en los desórdenes).
Personajes como Nazar y el gobernador Insfrán, cabal representante de la oligarquía partidocrática, son los polos de la dialéctica marxista-indigenista que amenaza con fracturar a la Argentina.