viernes, 17 de julio de 2020

EL GOBIERNO PERMITIRÁ




el Autocultivo de Marihuana y Venta en Farmacias


Elplanteo, 15 julio, 2020
Por Marian Venini

El día miércoles 15 de julio ha marcado un antes y un después para el activismo cannábico argentino: el Ministerio de Salud modificará definitivamente la ley existente sobre marihuana medicinal.

La reforma permitirá, entre otras cosas, el autocultivo de marihuana medicinal y la producción en farmacias de aceites, tópicos y cremas derivados de la planta. Además, garantizará el acceso a esta medicina a todxs lxs pacientes de manera gratuita. Esto es sin importar que carezcan de obra social o cobertura privada.

Si bien en Argentina el cannabis medicinal es técnicamente legal desde el 2017, la ley existente no satisfacía en absoluto las necesidades de lxs pacientes. Por el contrario, su falta de claridad generaba un vacío legal que lxs obligaba a seguir en la clandestinidad o directamente a no obtener su tratamiento.

Según lo reportado por Fernando Soriano en Infobae, el ministro de Salud Ginés González García compartió un borrador de esta nueva reglamentación de la ley a través de una reunión virtual. A ésta asistieron organizaciones cannábicas, científicxs, docentes y médicxs.

Se prevé que esta modificación sea incluida en el Boletín Oficial la semana próxima, tras ser firmada por el presidente Alberto Fernández. Luego, sólo es cuestión de tiempo antes de que el Estado active estos nuevos protocolos.

Qué dice la ley
Por medio de esta nueva reglamentación, el gobierno nacional permitirá el autocultivo de marihuana, ya sea personal o en red, a todx paciente, investigador o usuarix que se registre en el REPROCANN (el Programa Nacional de Cannabis). Vale la pena mencionar que los datos de las personas registradas se mantendrán en la más estricta confidencialidad. Además, todavía no se conoce información sobre el límite de cantidad de plantas permitidas.

Por otro lado, también estará autorizada la producción de tópicos, cremas y aceites de cannabis en farmacias habilitadas por el Programa. Esto significa que, aunque una persona no esté inscripta en el REPROCANN, podrá acceder a esta medicina por medio de una receta médica. Esto es siempre y cuando su afección esté contemplada por el Programa. Dicha lista de afecciones todavía no ha sido revelada, pero será seguramente más amplia que la dictada por el gobierno anterior. Ésta sólo permitía el uso de marihuana medicinal para tratar la epilepsia refractaria.
Pero no será sólo el autocultivo el beneficiado por esta nueva reglamentación: se empezará a pensar en cultivo a nivel estatal y con fines de producción a gran escala. También se priorizará el fortalecimiento de la investigación y desarrollo en torno a la planta por parte de universidades, institutos y laboratorios. Esto ocurrirá a través de incentivos a la producción pública de cannabis con fines medicinales, terapéuticos y de investigación. Además, será el Estado quien deberá garantizar los insumos necesarios para dichas investigaciones.

Por qué es importante
Con esta modificación de la ley se removerá a la marihuana y a sus usuarixs de la clandestinidad. Pero también se implementarán políticas estatales para garantizar la calidad de los medicamentos de lxs pacientes cannábicxs.

Facundo Garreton, director de la empresa de cannabis medicinal con operaciones en Uruguay YVY Life Sciences, y ex Diputado de la Nación representando a Tucuman, explica que “es un avance importante. Saber que el cannabis puede aliviar el sufrimiento de muchas personas y no hacer nada, ese es el verdadero crimen. Es importante regular la producción de cannabis en Argentina. No sólo el autocultivo, sino también la producción y elaboración de aceites y medicamentos en base a cannabis. Una buena regulación ayudará a saber qué necesita cada persona, qué comprar y dónde comprar y, a su vez, controlar la calidad de cannabis medicinal. Esperemos que esto sea el comienzo para tener una regulación completa de la industria en las distintas partes de la cadena productiva”.

Esta medida histórica terminaría con la criminalización de lxs pacientes de cannabis y de las personas que, al margen de la ley, les proveían el tratamiento que necesitaban.

Poca gente ha sentido esta desidia en carne propia tanto como lxs integrantes de la fundación Mamá Cultiva Argentina. Ésta es una organización sin fines de lucro que asiste a pacientes cannábicxs y sus familias. Desde hace años, lucha por políticas de estado que atiendan las necesidades de tales pacientes. Pero sus esfuerzos han sido enormemente entorpecidos por un estado ausente. Y aunque esta nueva reglamentación cambiaría por completo las reglas del juego, hay que reconocer que éste no es un problema aislado, sólo desde lo legal, sino que debe plantearse en un contexto mucho mayor.

La fundadora de Mamá Cultiva Argentina, Valeria Salech, reflexiona al respecto: “Este movimiento de abajo hacia arriba está transformando un paradigma que no sólo tiene que ver con la manera en la que se piensan las políticas públicas en relación con las sustancias ni es sólo una cuestión de salud. Creemos que nos va a permitir repensar la integralidad de la manera en la que habitamos y ejercitamos el capitalismo, hacia un sistema menos excluyente, que no nos invisibilice, ni nos criminalice”.

El futuro
Esta medida no sólo representa un hito histórico, sino que podría abrir muchas puertas en el ámbito tanto de la salud, como del económico y social.

El periodista Fernando Soriano postula que esta reglamentación sería un paso intermedio hacia una nueva ley, destinada a regular un hipotético mercado de cannabis medicinal.

Porque claro, si bien la salud es primordial en este asunto, no olvidemos que este paso hacia adelante en la legalización de la marihuana podría aliviar muchos problemas económicos que agobian a la Argentina desde hace décadas.

Esto tiene especial importancia hoy, en medio de la pandemia del coronavirus, cuando el futuro económico del país (y del mundo) es tan incierto: “Celebramos que en este contexto tan adverso, el Gobierno Nacional haya escuchado el pedido de la sociedad y reconozca al cannabis terapéutico como una salida para muchos de los problemas socioeconómicos que nos dejó el neoliberalismo y que nos dejará la pandemia”, compartió Gabriela Cancellaro, directora de comunicaciones de Mamá Cultiva Argentina. “El cannabis es una respuesta a nuestras terapias. Pero también, como estamos viendo en todo el mundo, tiene el potencial de generar puestos de trabajo en muchos rubros. No sólo el medicinal, sino el agropecuario, la industria, el comercio, etc.”.

Sumado a los factores económicos, la aprobación por parte del gobierno de la marihuana medicinal podría ayudar a cambiar ciertas concepciones sociales. Todavía existen muchísimos prejuicios arraigados en la sociedad con respecto al consumo de cannabis, ya sea medicinal o recreativo. Si bien es claro que esta situación ha cambiado (de otra manera jamás se podría haber avanzado como hasta ahora), todavía quedan muros que derribar.

En cuanto a esto, Soriano manifestó cierta esperanza. Considera que este hito daría lugar a que la sociedad entienda que el cultivo no es un delito. Este cambio de paradigma propiciaría eventualmente un cambio en la ley de drogas, para que también se deje de criminalizar a lxs usuarixs de uso adulto.

Entonces, éste no sólo es un avance crucial en tema de salud de la población. Es un paso enorme hacia la construcción de una sociedad más justa, más sustentable, con mayores libertades, más empática y menos encorsetada por prejuicios anticuados que, en vez de permitirnos avanzar, sólo nos retrasan.

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Noticia relacionada:


Cannabis en Argentina
Legalizar la marihuana podría salvar la economía

Juan Roucco
Elplanteo.com, 5-6-20

(…)

La golpeada economía argentina
Argentina hace diez años que está estancada, sin crecer y con una economía que oscila entre la recesión y la crisis. Esto puede verse tanto en el deterioro de su PBI en el período 2011–2019 así como en las cifras rampantes de pobreza y desempleo.

Quizá esto suena muy abstracto, pero en la vida real esto significa, peores sueldos, peor salud, peor educación, peores condiciones de trabajo, menos posibilidades de salir de la pobreza, más enfermedades, más exclusión. En definitiva la penuria económica, en este contexto, lleva a una destrucción de la calidad de vida.

Lo difícil del modelo productivo argentino es que para sostener una nueva época de crecimiento, va a tener que cambiar su estructura productiva, o esperar que la suerte le regale de nuevo un boom en el precio de algunos de los commodities que produce: soja, trigo, maíz. Por un lado está claro que no podemos depender exclusivamente de la suerte y que, cambiar hábitos productivos, es muy difícil. Por todos estos factores, la marihuana representa una oportunidad única.

Se trata de un producto el cual ya sabemos cómo producir a nivel hogareño y que sólo habría que llevar a una escala industrial. Pero además es un producto agropecuario, actividad en la que Argentina tiene una tradición como pocos países. Lo único que nos detiene de esta fuente de ingresos nueva y renovada es una tara ideológica. No tenemos que cambiar la estructura productiva, no tenemos que sacar nuevas leyes, inventar nuevos impuestos ni fomentar nada. A nivel estatal sólo significa cambiar el enfoque, sacar la marihuana de la órbita del ministerio de seguridad y pasarlo a los de salud y agroindustria. A nivel social, implica cambiar una forma de pensar, tomar una green pill. Lo único que tenemos que hacer es dejar de lado un prejuicio y tal vez podamos salvar una parte de la economía argentina.

Legalización
Mi propuesta de legalización es la siguiente: el estado no tiene que hacer nada. En realidad tiene que modificar la Ley 23737 y sacar a la marihuana de la lista de sustancias prohibidas. Después, es dejar que el mercado del cannabis siga su camino actual y a lo sumo crear un sistema de licencias para dispensarios a la holandesa donde el producto se venda al público. Cada tanto se podrían inspeccionar los lugares y certificar la calidad del producto. Con la coyuntura producto de la pandemia de COVID-19, esa estructura podría ser digital. El gobierno podría autorizar la compra venta a través de una empresa de comercio electrónico y la distribución quedaría en manos de aplicaciones como Glovo, Rappi o Pedidos Ya.

El impacto en la recaudación sería inmediato a través del IVA cobrado al cannabis recreativo. Mientras que el precio del gramo de flores oscila alrededor de los tres y seis dólares el estado recaudaría el 21% de todas las transacciones. Creo que la mayoría de los usuarios de cannabis estarían dispuestos a pagar un 21% más en el precio del producto a cambio de que sea legal. A su vez, a cambio de tributar los usuarios podrían exigir el cese de las hostilidades. Es decir, que el estado levante la prohibición estipulada por la ley 23737 de 1989 y no se persiga más al cultivador ni que se inicien causas por tenencia, cultivo y comercialización de cannabis (semillas incluídas). De esta forma habría un impulso enorme a la industria. Al ser legal la cantidad de cultivadores se multiplicaría y eso daría un impulso mayor al mercado de cannabis doméstico. Así cientos de argentinos podrían usar sus habilidades y conocimiento en generar un ciclo de crecimiento, más puestos de trabajo, y pasar a la vanguardia de una industria que está en auge.

De esta forma todas las partes ganan. El estado suma una nueva fuente de ingresos además de ahorrar los costos de mantener seres humanos encerrados por causas judiciales relacionadas con la tenencia, el cultivo y la compra venta de marihuana. Se terminaría el número absurdo de procesos judiciales, los costosos operativos policiales, pudiéndose ahora enfocar en lo que realmente importa: consolidar las fronteras del país e impedir que las redes de narcotráfico expandan su influencia en el territorio nacional.

Aquellos que importen cannabis de otro país de forma ilegal deberían ser castigados de forma total. Además, la importación de prensado sería exterminada desde el punto de vista económico por qué el mercado tendría tal nivel de oferta que incluso habría lugar para un producto de buena calidad y barato. Quizá esta sea la razón principal sobre porqué no se avanza con la legalización de esta sustancia.

Economía Verde
La economía del cannabis ya empezó y está en su mejor momento. Estos primeros años serán dónde se produzca la mayor ganancia y luego, de forma progresiva, el producto va a tender a convertirse en un commodity. Por eso, es imperioso que Argentina no pierda, otra vez, el tren de la innovación.

Canadá y Holanda son los pioneros y Estados Unidos está empezando a sumarse a la fiebre verde. El país gobernado por Justin Trudeau legalizó todo el ciclo productivo del cannabis, tiene un mercado cercano a los cinco mil millones de dólares y dos de las principales compañías dedicadas a esta actividad: Canopy Growth y Aurora. Ambas recibieron inversiones millonarias de fondos de riesgo y amenazan en convertirse en los gigantes de la región. En Holanda, el negocio de la marihuana representó un punto del PBI en 2018, reportando una ganancia de 4.8 mil millones de euros. Un punto en una economía ultra desarrollada e integrada al comercio mundial. Ese es el potencial de esta industria.

Para tener una idea de la rentabilidad del negocio en suelo estadounidense tomamos los datos que nos proporcionó un inversor privado, que en la temporada 2019 produjo cannabis medicinal en el estado de Colorado:

En 1 acre (0.4 hectáreas) de tierra se pueden cultivar en promedio 2.000 plantas. Se estima que cada planta, conservadoramente, produce 1 libra (0.45 kilos) de biomasa. En Junio del 2019, la biomasa tenía un valor de $2.90 dólares “por punto de porcentaje de aceite”. El porcentaje de aceite se estimó en un 10%, lo que resulta en $29 dólares por planta, o $ 58.000 por acre ($130.000 por hectárea).
La clave está en el precio del punto por porcentaje de aceite. En el pico máximo de la cosecha el precio rondaba $1.75 dólares. El impacto negativo en las inversiones producto de la pandemia hacen suponer a los especialistas que, este año, la superficie cultivada será menor por lo cual el precio por punto de aceite, será superior.

Según un informe de una consultora de la industria, pese a ser sólo legal en tres estados, la industria del cannabis generó 211 mil puestos trabajos de tiempo completo y otros 300 mil trabajos indirectos en suelo estadounidense. Alcanza con navegar instagram para encontrar cientos de personajes del star system norteamericano promocionando sus propias variedades de productos cannábicos. Desde el actor, guionista y director de cine Seth Rogen hasta el ex campeón de los pesos pesados, Myke Tyson.
https://www.instagram.com/p/BzlM1hIFF0j/
Si bien la escala de la economía argentina y la estadounidense son incomparables, esto nos da una idea del potencial que tiene la industria de la marihuana. Argentina, hoy por hoy, según confirmó otro experto de la industria local ya exporta genéticas al Uruguay.

Con un mero cambio legal, nuestro país podría ser pionero en la región y acaparar un mercado multimillonario y generar miles de puestos de trabajo nuevos, dos necesidades urgentes para nuestra golpeada economía. Para ello es necesario dejar nuestros prejuicios de lado y poner todo lo que sea necesario para que Argentina retome la senda del crecimiento económico. No hacerlo tendría sería en el mejor de los casos una estupidez y, en el peor, un acto criminal.