miércoles, 30 de diciembre de 2020

MOVIMIENTO 21

 

 

 

El peronismo disidente critica el primer año de Alberto

por Informador Público, 30-12-20

 

MOVIMIENTO 21, un grupo conformado en su mayoría por duhaldistas, difundió el documento “UN PERONISMO PARA LA UNIDAD NACIONAL” en el que cuestionan bastante a fondo la gestión del Frente de Todos. Éste es el texto:

 

El gobierno de la coalición que preside Alberto Fernández ha cumplido un año. Pocas de las esperanzas cifradas en las elecciones se alcanzaron. Sin duda la pandemia fue la causa principal los problemas pero no la única: la herencia macrista, los diagnósticos errados, recetas viejas y fracasadas, mucha retórica y poca gestión visible.

Hacia el interior de la coalición, comenzaron a verse grietas profundas y cada vez más indisimulables. Las prioridades y los objetivos de los principales actrores son antagónicos y los efectos de la confrontación devastadores.

La pobreza creciente es una dura cachetada al discurso voluntarista. No hay sistema económico de ningún signo que pueda crecer sin inversiones, sin acumulación de capital. A pesar del arreglo de la deuda externa, con un período de gracia de cuatro años, sin desembolsos, el país no logra ser creíble. El endeudamiento que toma el gobierno es usurario y el crédito casi inexistente.

Seguramente después de la caída habrá algún rebote, pero difícilmente lleguen las inversiones que el país necesita y las que pueden llegar podrían ser estratégicas para terceras naciones pero fatales para el país.

Nuestro drama es no aprender de los errores que se reiteran una y otra vez. Como peronistas que incorporamos a nuestra identidad el rechazo y el nunca más a una dictadura y ayudamos a construir un sistema democrático que garantice el funcionamiento del Estado de Derecho, regido por normas estables no por caprichos personales, no podemos ignorar algunos intentos de atropellar las instituciones, basados en supuestas épicas y disfrazados heroísmos. No es la mejor señal querer controlar el Ministerio Público y destituir a una Corte Suprema donde el ochenta por cuento de los miembros fue propuesto por alguna variante del peronismo. Muchos de lo que atacan a esta Corte se horrorizaban con las mayorías automáticas.

Nuestro sistema judicial está plagado de imperfecciones. Nunca fue inmune a los vaivenes políticos. Hubo Cortes mediocres, vergonzosas, corruptas y también brillantes, pero respetar las instituciones de la Constitución es lo básico para ser un país normal.

La historia del peronismo se engrandeció con luchas épicas, con mártires que fueron perseguidos, que pagaron su militancia con la cárcel, sin causa ni proceso, a disposición del Poder Ejecutivo o en los procesos dictatoriales secuestrados y ejecutados. Hoy existen funcionarios y militantes políticos condenados y otros sospechados en causas penales, con los debidos procesos judiciales, principalmente con acusaciones de corrupción. Hay una diferencia sustancial entre ser un preso político o un político preso.

La construcción de poderes hegemónicos es un fenómeno en boga en muchas regiones de la tierra. El cuestionamiento solapado o explícito a las democracias siempre se escuda en intereses supremos pero en la práctica son modelos dictatoriales con tres poderes dirigidos por una sola conducción.

El partido único, sin alternancia y sin libertades, se da de bruces con el legado de Perón. La inmensa mayoría de los fracasos son de los dirigentes pero las facturas las pagan los pueblos y principalmente los más pobres.

Hay dos antecedentes en nuestra joven democracia, al cabo del primer año, de gobiernos que produjeron cambios drásticos en sus políticas, estabilizaron la economía y ganaron elecciones. La diferencia con la actualidad es que las presidencias se correspondían con la jefatura política. Hoy, con un gobierno bicéfalo, todo es más difícil. La experiencia enseña que si la política no conduce los ajustes de la economía, los ajustes los hacen los mercados y suelen ser muy crueles.

Sin un proyecto de reconstrucción no se lograrán los consensos que permitan la unidad nacional. El camino a transitar será muy complejo pero posible. Sin consenso, ahondando la grieta, la profundización del deterioro será inevitable.

 

Albanese, Pascual; Alegre, Gilberto; Álvarez Echague, Raúl; Basile, Daniel; Camaño Eduardo; Challú, Pablo; Doga, Chichi; Duhalde, Chiche; Guerrero, Fernando; Lamberto, Oscar; López Arias, Marcelo; Matzkin, Jorge; Martínez Carlos; Monti, Lucrecia; Mondino, Eduardo; Piñeiro, Verónica; Quintana, Hugo; Remes Lenicov, Jorge; Roggero, Humberto; Rollando, Eduardo; Schweinhein, Guillermo; Toma, Miguel Ángel; Tufaro, Juan.