El Oxaprost, un antiinflamatorio con protector gástrico que por efecto colateral de una de las drogas que contiene –el misoprostol- es usado por muchas mujeres para causarse abortos.
“Este medicamento debe venderse bajo receta archivada”, explica Néstor Luciani, titular del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires. “Pero desgraciadamente en la práctica no es así: seis de cada diez cajas de Oxaprost se venden sin receta, y tienen como destino la práctica de abortos”, reconoce. Luciani, quien representa a 6.000 profesionales que trabajan en 4.500 farmacias de toda la provincia, ofrece otras estimaciones sugerentes: “El 80 por ciento de lo que se vende bajo receta es prescripto por obstetras y ginecólogos, y sólo el resto por traumatólogos o gastroenterólogos, que son los especialistas que supuestamente más deberían hacerlo. Calculamos que 75 por ciento de los pacientes que consumen este producto son jóvenes adolescentes que intentan resolver un embarazo no deseado”.
Desde 2006, la institución que encabeza Néstor Luciani combate el uso del Oxaprost con fines abortivos. “Distintos fiscales de lugares como Ameghino, Morón o Campana nos contactaron en el marco de investigaciones de muertes causadas por abortos y por abortos mal concluidos, un efecto frecuente entre quienes usan estas pastillas por su cuenta. Y hay cientos de casos que no se denuncian. A pedido nuestro, el ministerio de Salud provincial multó, clausuró o denunció penalmente a unas cuarenta farmacias en las que no coincidían las declaraciones de ventas de Oxaprost con las existencias en stock”.
“También hice una presentación en ANMAT, pero me contestaron que el oxaprost era un medicamento aprobado, y que si los médicos lo prescribían para un uso secundario no era cosa de ellos, sino del comportamiento individual de cada médico”.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) es el organismo encargado de aprobar y fiscalizar todos los fármacos comercializados en el país.
Al reconocido obstetra Mario Sebastiani, presidente de la Asociación Argentina de Ginecología y Obstetricia Psicosomática y asesor del ex ministro Ginés González, no le gustan los rodeos: “Sabemos perfectamente que este remedio se usa para abortar. Y sin fomentar su uso ni hacer consideraciones morales, debo decir que este uso tiene un aspecto positivo”, sorprende. “Al no usar agujas ni otros objetos para provocar el aborto, se redujo mucho la cantidad y gravedad de las pacientes con infecciones, que es la principal causa de muerte en los abortos. Además, el aborto medicamentoso le da una gran privacidad a la mujer que lo practica”. Para Sebastiani, “no hay que demonizar el aborto con Oxaprost, sino darle a las mujeres toda la información anticonceptiva necesaria. Hay que avanzar en la educación sexual. Esa es la única salida”.
(Fuente: Clarín, 30-3-08)
“Este medicamento debe venderse bajo receta archivada”, explica Néstor Luciani, titular del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires. “Pero desgraciadamente en la práctica no es así: seis de cada diez cajas de Oxaprost se venden sin receta, y tienen como destino la práctica de abortos”, reconoce. Luciani, quien representa a 6.000 profesionales que trabajan en 4.500 farmacias de toda la provincia, ofrece otras estimaciones sugerentes: “El 80 por ciento de lo que se vende bajo receta es prescripto por obstetras y ginecólogos, y sólo el resto por traumatólogos o gastroenterólogos, que son los especialistas que supuestamente más deberían hacerlo. Calculamos que 75 por ciento de los pacientes que consumen este producto son jóvenes adolescentes que intentan resolver un embarazo no deseado”.
Desde 2006, la institución que encabeza Néstor Luciani combate el uso del Oxaprost con fines abortivos. “Distintos fiscales de lugares como Ameghino, Morón o Campana nos contactaron en el marco de investigaciones de muertes causadas por abortos y por abortos mal concluidos, un efecto frecuente entre quienes usan estas pastillas por su cuenta. Y hay cientos de casos que no se denuncian. A pedido nuestro, el ministerio de Salud provincial multó, clausuró o denunció penalmente a unas cuarenta farmacias en las que no coincidían las declaraciones de ventas de Oxaprost con las existencias en stock”.
“También hice una presentación en ANMAT, pero me contestaron que el oxaprost era un medicamento aprobado, y que si los médicos lo prescribían para un uso secundario no era cosa de ellos, sino del comportamiento individual de cada médico”.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) es el organismo encargado de aprobar y fiscalizar todos los fármacos comercializados en el país.
Al reconocido obstetra Mario Sebastiani, presidente de la Asociación Argentina de Ginecología y Obstetricia Psicosomática y asesor del ex ministro Ginés González, no le gustan los rodeos: “Sabemos perfectamente que este remedio se usa para abortar. Y sin fomentar su uso ni hacer consideraciones morales, debo decir que este uso tiene un aspecto positivo”, sorprende. “Al no usar agujas ni otros objetos para provocar el aborto, se redujo mucho la cantidad y gravedad de las pacientes con infecciones, que es la principal causa de muerte en los abortos. Además, el aborto medicamentoso le da una gran privacidad a la mujer que lo practica”. Para Sebastiani, “no hay que demonizar el aborto con Oxaprost, sino darle a las mujeres toda la información anticonceptiva necesaria. Hay que avanzar en la educación sexual. Esa es la única salida”.
(Fuente: Clarín, 30-3-08)