“El tren bala no significa un solo peso de erogación por parte del Estado nacional, sino que se realizará con un préstamo financiado por bancos franceses”, dijo la Presidenta en la conferencia de prensa de ayer. Así defendió la iniciativa ante la pregunta de una periodista que inquirió por qué no se aplicaban esos recursos a mejorar la red ferroviaria existentes.
Pero más allá de la afirmación de Cristina Kirchner; hasta el último peso de los 10.000 millones que se estima costará la obra saldrán del Tesoro nacional. El plan de financiamiento contempla la emisión de un bono público que tendrá un suscriptor único, el banco francés Natixis.
Como en cualquier emisión de un título público, el Estado ofrecerá una determinada de bonos por un monto. Los privados, en este caso el banco Natixis, suscribe el bono y adelanta el dinero a cambio de un interés y de la devolución del capital al vencimiento del plazo del papel. El interés es una manera de remunerar el riesgo que asume el comprador. De esta manera, el emisor (Estado) se hace del dinero por adelantado y luego lo devuelve con interés.
En el caso de que la obra se realice, el dinero de los intereses, además de la devolución del capital, saldrá de las arcas públicas. No hay otra manera de financiar la obra tal como está licitada. Podría haberse hecho un contrato de construcción y operación del tren y, en ese caso, podría haberse financiado con las ganancias de la explotación del ramal. Pero el Estado prefirió licitar sólo la construcción: el contratista la termina y “entrega la llave”. Habrá otra licitación, en su momento, para la operación.
(La Nación, 3-8-08)
Pero más allá de la afirmación de Cristina Kirchner; hasta el último peso de los 10.000 millones que se estima costará la obra saldrán del Tesoro nacional. El plan de financiamiento contempla la emisión de un bono público que tendrá un suscriptor único, el banco francés Natixis.
Como en cualquier emisión de un título público, el Estado ofrecerá una determinada de bonos por un monto. Los privados, en este caso el banco Natixis, suscribe el bono y adelanta el dinero a cambio de un interés y de la devolución del capital al vencimiento del plazo del papel. El interés es una manera de remunerar el riesgo que asume el comprador. De esta manera, el emisor (Estado) se hace del dinero por adelantado y luego lo devuelve con interés.
En el caso de que la obra se realice, el dinero de los intereses, además de la devolución del capital, saldrá de las arcas públicas. No hay otra manera de financiar la obra tal como está licitada. Podría haberse hecho un contrato de construcción y operación del tren y, en ese caso, podría haberse financiado con las ganancias de la explotación del ramal. Pero el Estado prefirió licitar sólo la construcción: el contratista la termina y “entrega la llave”. Habrá otra licitación, en su momento, para la operación.
(La Nación, 3-8-08)