El desperdicio de la
mayor oportunidad histórica que tuvo Argentina a lo largo de un siglo
Javier Llorens
(9-7-13)
[reproducción
parcial]
Las puntas del
iceberg de la década malbaratada
En consecuencia la
punta de iceberg de la década malbaratada, que más bien parece el vórtice de un
volcán, es el tosco corralito cambiario que se instaló en noviembre del año
2011, tras haberse agotado la disponibilidad física de divisas. O sea la misma razón
por la que Cavallo y De la Rua
instauraron el corralito bancario exactamente diez años antes, en noviembre del
2001.
Con el corralito
bancario del 2001, Cavallo y De la
Rua impidieron que los pesos salieran de los bancos, para
comprar las divisas físicas inexistentes de la ruinosa convertibilidad. Y con el corralito cambiario del 2011, Boudou
y Fernández de Kirchner impidieron que con los pesos se pudieran salir a
comprar las divisas físicas inexistentes, en la ruinosa seudo convertibilidad
que rigió hasta ese momento.
Pero más allá de
estos áridos números respecto las cuentas nacionales, como puntas de un vasto
iceberg social de esta década malbaratada y no ganada, que mas bien parecen las
bocas purulentas de un pavoroso forúnculo o ántrax social, la ANSES informó que en el año
2012 la
Asignación Universal a la Niñez carenciada la cobraban 3.507.223
beneficiarios, sobre una población etaria de 12.333.747 niños y jóvenes hasta
los 18 años.
O sea que percibía
esos beneficios destinados a carenciados, un 28,4 % de esa población, lo cual
contradice brutalmente los niveles de pobreza e indigencia menores a un dígito
que informa el INDEC. Quien pese a ello,
también informa que la mitad de la fuerza laboral trabaja en negro, o como
cuentapropistas marginales, sin ninguna cobertura social que los ampare. Con
empleos basura que mal pueden sacar a nadie de la pobreza estructural en que
está sumido.
En la que hay franjas
de la población que no pueden acceder a los subsidios universales, por estar
incapacitada de enfrentar los trámites burocráticos que estos requieren.
Existiendo así la ayuda del estado, pero siendo su brazo corto para llegar al
más necesitado. Y otras extensas franjas que se han acostumbrado a vivir del
asistencialismo sin trabajar; arrumbando la dignidad y autoestima, que solo
proviene del esfuerzo propio, la ayuda mutua,
y la autorrealización.
El INDEC por su parte
se encargó de discontinuar las estadísticas respecto la delincuencia, como si
no quisiera ni verla. Dijo que en el 2007 aumento un 7 % respecto el año
anterior, y un 12 % en el 2008, superando largamente las tasas chinas de
crecimiento económico de las que se jacta el gobierno, pero a partir de allí en
más dejó de informar al respecto. Y sin tener en cuenta que la naturalización del
crimen, ha hecho que se dejen de denunciar los hechos delictivos menores que
suceden a diario.
Con respecto la
población en establecimientos penitenciarios, el INDEC dice que ella aumentó en
el 2008 un 4 % respecto el año anterior, un 5 % en el 2009, y un 3 % en el
2010, dejando también a partir de allí de informar al respecto, para no asustar
a la audiencia. Pero si informa que habría una fuerza de tareas de casi un
millón de jóvenes Ni-Ni, desideologizados y aculturizados, que no estudian ni
trabajan, y no saben donde desplegar su vitalidad, libido, y ebullición
hormonal.
Por su parte el
sistema de transporte masivo de la población laboriosa, tiene una antigüedad de
más de medio siglo, y no mejoró nada a
lo largo de la década. Donde la gente viaja como ganado, y se siente a
salvo cuando logra llegar a destino, y no pasa a ser parte de algún siniestro. Y en los destinos de
larga distancia, se tarda el doble que hace cien años para llegar ellos.
A su vez la
evaluación educativa de PISA, dice que Argentina cayó del primer lugar que
ocupaba en el 2000 en Latinoamérica, al puesto 7mo en el 2009. Detrás de Chile,
Uruguay, México, Trinidad Tobago, Colombia y Brasil. Perdimos así la última
superioridad que nos quedaba respecto nuestros vecinos, que era la educativa y
cultural por la que éramos respetados en los países vecinos, por el solo hecho
de decir soy argentino. Cayendo además al puesto 58 entre los 65 países del
mundo encuestados. La debacle argentina lejos de detenerse, por contrario
parece haberse acelerado en esta década malbaratada, pese a que supuestamente
se dedican a la educación más dinero que nunca, pero no se verifica en sus
resultados.
Por su parte
Bloomberg informó recientemente que Argentina está en el puesto 14 de los
países más propensos al vicio, con un puntaje apenas inferior a Bosnia, Rusia,
Belorusia, Grecia, Italia, Estonia, y Ucrania. Encabezando largamente la
posición a nivel regional, al encontrarse en el puesto 32 Uruguay, en el
43 Brasil, en el 44 República
Dominicana, en el 47 Ecuador, en el 48 Paraguay, en el 50 Colombia, en el 51 México, en el 53
Venezuela, en el 54 Guatemala, en el 55 Bolivia, y en el 56 El Salvador.
Según esa estadística
comparativa, Argentina está al nivel de Brasil en el consumo de alcohol. Supera
largamente a los otros países en el consumo de cigarrillos. Supera a Uruguay en
las pérdidas por juegos de azar, que trepan a 1,4 del PBI; representando un
negocio de de 35 mil millones de pesos anuales, concentrado en manos de los
amigos del poder, como Cristóbal López, Roggio, etc. Encabeza la tabla en el
uso de cannabis, superando a Uruguay, y duplica el consumo de este que lo sigue
en la tabla, de cocaína, éxtasis, y otras drogas.
Esta enorme
vulneración de los derechos sociales, que abarca no solo a un sector excluido
de ella, sino a toda una sociedad inmersa en la inseguridad, ha sido disimulada
por la consagración y exaltación de los derechos individuales y de género, que
solo abarcan una pequeña minoría de ella, menor a un dígito.
En una paradojal
mimesis, se relegaron así en la práctica ideales justicialistas consagrados
hace casi setenta años por Perón y Evita. Los que fueron sustituidos por los
ideales individualistas proclamados hace cuarenta años por John Rockefeller
III, en su libro “La revolución americana”. Donde hace además una encendida
defensa del aborto irrestricto, para hacer sostenible la economía capitalista,
en un planeta en vías de agotar sus recursos naturales.
Siguiendo los
lineamientos fijados por el profeta John Rockefeller III, hoy paradojalmente se
habla encendidamente del Derecho Humano al aborto, como si ellos rigieran
exclusivamente para el humano nato, no para el nasciturus o humano por nacer.
Bajo el supuesto que este puede llegar a atentar o subvertir la libertad y
derechos de la madre en esta modernidad liquida y hedonista, llena de derechos
pero no de obligaciones, donde muy pocos se atreven a enfrentar las
consecuencias de sus actos. Enfoque que tiene un inusitado paralelismo con la
justificación que hicieron los militares para justificar la “guerra sucia”, en
su lucha contra la subversión guerrillera.
Se ha sumado así al
ejercicio de la violencia masculina sobre la mujer, el derecho de la mujer a
ejercer la violencia sobre su propia cría, como si ello pudiera reportar al
mundo un poco más de armonía. Y para justificar la medida se dice que los
abortos clandestinos afectan principalmente a las mujeres en condición de
pobreza, limitándose a tratar de hacerla soportable a esta. En vez de procurar
sacarlas expeditivamente de ella, como fue la tarea emprendida por Perón y Eva,
que sus seguidores parecen haber olvidado.
La parábola de los
denarios
La parábola bíblica
habla de unos administradores que recibieron distintas cantidades de denarios,
pero que igualmente se las ingeniaron para multiplicarlos. Salvo uno que
devolvió la misma cantidad que recibió, sin haberlos incrementados, por lo que
fue repudiado.
Que se podría decir
entonces de un gobierno que recibió una inmensa cantidad de denarios, como
nunca antes en un siglo, y en vez de multiplicarlos se encargó de
malbaratarlos. Y que olvidando el axioma de su partido “la única verdad es la
realidad”, se encargó de construir un relato, proclamando la “década ganada” y
presentándose como “el gobierno más exitoso de la historia”, repitiendo el
mismo auto halago de Menem. Cuyo supuesto “éxito” se basa en comparar la década
actual con el pozo del 2002, en el que nos hundió la “exitosa” década de Menem.
Cuando en realidad lo que hizo fue repetir enormemente ampliados, los peores
vicios de esa supuestamente exitosa década anterior.
Y por eso ahora
recurre desesperadamente a un blanqueo, para que quienes dejó que se
llevaran ilegítimamente esos denarios,
se los presten por un tiempito, para disimular que la aguda carestía de ellos
ponga en evidencia la ruinosa desadministración de los denarios en que ha
incurrido.-
Francisco Javier
Llorens
9 de julio del 2013