miércoles, 3 de enero de 2018

LA ANTICORRUPCIÓN INVOCADA Y LA REAL

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Mariano Bergero
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Hay voces dentro del oficialismo que imaginan el final del fuero Anticorrupción para la campaña 2019.
Lo mostró con claridad un informe que publicó este diario a mitad del año pasado: el fuero Penal Económico y Anticorrupción, el área de la Justicia provincial encargada de investigar la conducta de los funcionarios públicos de Córdoba, logró en 13 años la condena de siete de todos los acusados, de los cuales ninguno corresponde al Gobierno provincial. Hubo sanciones para una coima de 300 pesos y para un robo de 20 litros de gasoil.

A la luz de los resultados, el fuero especializado que creó José Manuel de la Sota en 2004 no fue un problema para la corporación política provincial.
Ahora, esa misma elite, cuyo vértice se asienta en la Justicia y juega de memoria con el poder político, propone dar un paso adelante “para avanzar en el camino de la transparencia” con la creación de un portal abierto de datos que brinde acceso a todas las causas de corrupción y a otras que atraen el interés social.

La novedad, que estará activa en la web después de la feria judicial, replica lo hecho por la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde 2016, cuando instrumentó un observatorio de corrupción.
La apertura de datos, si es que se cumplen los objetivos trazados en el acuerdo reglamentario Nº 1.465 firmado por los integrantes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y por la Fiscalía General, abrirá una hendija en medio de un sistema que ha demostrado ser cerrado en extremo.
Pero a no dejarse encantar: las investigaciones de las causas, el fondo de la cuestión, seguirán en manos de quienes colaboraron hasta hoy para hacer de ese fuero un agujero negro. Nada cambiará en la génesis de esa área de la Justicia.

El pasado condena
Sólo basta recordar el modo en que el Ministerio Público Fiscal difundió las conclusiones sobre las que el fiscal Gustavo Dalma argumentó el archivo de la causa sobra la ejecución del cuestionado hotel Ansenuza, construido por la Lotería de Córdoba en Miramar.
A esta misma Justicia, que ahora dice apostar por la transparencia, le alcanzó en 2017 con la difusión de un parte de prensa de 900 palabras para explicar el entierro de la causa judicial más emblemática de la última administración delasotista.

Fue el resultado de una investigación que consumió más de un año, cuyo resultado se informó antes de que oficializaran las candidaturas –en ese momento De la Sota aún no se había autoexcluido de participar de las legislativas– y que incluyó múltiples denuncias de presuntos sobreprecios para una obra que se hizo casi íntegramente sin concurso de precios, con la invitación a empresas de renombre y a la que los cordobeses destinaron más de 44,3 millones de dólares, 837 millones de pesos a la cotización de ayer.

La resolución de aquel archivo polémico nunca estuvo disponible para los medios de comunicación.
Con matices, los casos se repiten: las denuncias por la deficitaria y costosísima construcción de parte del Camino del Cuadrado, la del pago de presuntas coimas en la anterior adjudicación –la de 2008– de los gasoductos troncales, apuntada en detalle en un listado que entregó un arrepentido clave a la Justicia de Brasil en el marco del megaescándalo del Lava Jato, son sólo algunos de los casos más emblemáticos en los que la pereza judicial hizo su parte.
Cerca de tres años se tomó la Justicia para librar un exhorto a Brasil para preguntar al respecto.

Señales
Mientras tanto, el TSJ tiene a decisión una cuestión que volverá a marcar el pulso en cuanto a su grado de vocación para enfrentar a la corrupción.
Después de que se agotaron todas las instancias, se encuentra a consideración del principal tribunal provincial la admisión o no de la ONG Asoma como querellante en causas en las que se investigan casos de corrupción. La organización, dedicada a la “lucha contra la corrupción”, fue la manera creativa que encontraron los legisladores opositores Aurelio García Elorrio, Juan Pablo Quinteros y Liliana Montero para poder acceder a los expedientes de las causas más sensibles. El TSJ dejará su huella también ahí.
En medio de esta realidad, comenzaron a hacerse oír voces dentro del oficialismo que imaginan un cambio radical para el fuero Anticorrupción.

Un ministro de un área clave de la administración schiarettista y un referente legislativo del oficialismo coincidieron, por separado, en que se acerca el final para esa cuestionada área de la Justicia. “Ese fuero ya no tiene sentido. Nadie cree en él”, afirmó en privado una de esas voces.
Tal vez, en las recientes declaraciones que realizó a La Voz Aída Tarditti, la presidenta del TSJ, haya pistas sobre el horizonte de ese fuero. “Si el funcionamiento de Anticorrupción no es satisfactorio, el Poder Legislativo puede tomar muchas alternativas relacionadas con eso”, se escudó la magistrada.