El intelectual católico Juan Manuel de Prada advirtió que las escuelas católicas en vez de formar verdaderos discípulos de Cristo, están siendo canteras de líderes que combaten el catolicismo, como es el caso de la ministra de igualdad, Bibiana Aído, que se formó en un colegio de religiosas y ahora promueve el aborto.
En un artículo publicado en el diario ABC, De Prada se refirió al reportaje de Blanca Torquemada, aparecido en el mismo periódico y que se titula "Colegios católicos, cantera de líderes", y que "desempolva la infancia y adolescencia de diversos dirigentes políticos españoles que estudiaron con curas y monjas".
"Cuando se comprueba que muchos niños que pasan por la escuela católica son quienes luego, de adultos, más se alejan de Cristo y más afanosamente trabajan para que otros también se alejen, uno empieza a considerar que tal vez la escuela católica debería empezar a aplicarse la admonición que hallamos en el mismo pasaje evangélico: ‘Al que escandalizare a uno de estos pequeños, más le valdría encajarse una rueda de molino y arrojarse al mar’", advirtió el intelectual.
De Prada pone como ejemplo el caso de Aído, citado en el reportaje. La religiosa que le enseñó religión, indica, aseguró que "los valores de la familia de Nazaret fueron el fundamento de su educación, y eso queda".
"Como hemos de suponer que la hermana en cuestión no es una cínica, tenemos que concluir que vive en la inopia. Que es, exactamente, lo contrario de lo que se nos reclama en el Evangelio: ‘Estad despiertos y vigilantes’. Pero sospecho que la escuela católica lleva mucho tiempo viviendo como las vírgenes necias de la parábola; y así se ha convertido en cantera de líderes anticatólicos", advirtió.
De Prada indicó que un "aluvión" de solicitudes de ingreso a los colegios católicos y su prestigio académico, no aseguran que estos estén cumpliendo con su misión de formar discípulos de Cristo.
"Una escuela católica convertida en cantera de líderes anticatólicos que luego se dedican a combatir el Evangelio de Cristo en la política, los medios de comunicación, la cultura o la empresa carece de razón de ser, por mucho que la desborden las solicitudes de ingreso y por elevada que sea su exigencia académica. Si la sal se vuelve sosa, ¿quién podrá salar el mundo?", preguntó.
En un artículo publicado en el diario ABC, De Prada se refirió al reportaje de Blanca Torquemada, aparecido en el mismo periódico y que se titula "Colegios católicos, cantera de líderes", y que "desempolva la infancia y adolescencia de diversos dirigentes políticos españoles que estudiaron con curas y monjas".
"Cuando se comprueba que muchos niños que pasan por la escuela católica son quienes luego, de adultos, más se alejan de Cristo y más afanosamente trabajan para que otros también se alejen, uno empieza a considerar que tal vez la escuela católica debería empezar a aplicarse la admonición que hallamos en el mismo pasaje evangélico: ‘Al que escandalizare a uno de estos pequeños, más le valdría encajarse una rueda de molino y arrojarse al mar’", advirtió el intelectual.
De Prada pone como ejemplo el caso de Aído, citado en el reportaje. La religiosa que le enseñó religión, indica, aseguró que "los valores de la familia de Nazaret fueron el fundamento de su educación, y eso queda".
"Como hemos de suponer que la hermana en cuestión no es una cínica, tenemos que concluir que vive en la inopia. Que es, exactamente, lo contrario de lo que se nos reclama en el Evangelio: ‘Estad despiertos y vigilantes’. Pero sospecho que la escuela católica lleva mucho tiempo viviendo como las vírgenes necias de la parábola; y así se ha convertido en cantera de líderes anticatólicos", advirtió.
De Prada indicó que un "aluvión" de solicitudes de ingreso a los colegios católicos y su prestigio académico, no aseguran que estos estén cumpliendo con su misión de formar discípulos de Cristo.
"Una escuela católica convertida en cantera de líderes anticatólicos que luego se dedican a combatir el Evangelio de Cristo en la política, los medios de comunicación, la cultura o la empresa carece de razón de ser, por mucho que la desborden las solicitudes de ingreso y por elevada que sea su exigencia académica. Si la sal se vuelve sosa, ¿quién podrá salar el mundo?", preguntó.
Aciprensa, 27-4-10