sábado, 31 de agosto de 2013

UNA HISTORIA DE CABOTAJE


POR RICARDO ROA

La del hangar o del hangarcito, como lo llamó Kicillof, es una historia pequeña dentro de una historia grande: la pésima gestión en Aerolíneas Argentinas.

A veces no queda más remedio que usar números, y ésta es una de ellas: entre julio de 2008 y junio pasado la empresa devoró unos 3.600 millones de dólares en subsidios, casi tres veces lo que reclama el fondo buitre que pleitea contra el país en Nueva York.

El dato no es oficial sino de ASAP, un instituto especializado en el análisis de las cuentas públicas. Desde 2008 Aerolíneas no presenta balances y no aparece ninguna otra razón para eso que no sea la de ocultar el descalabro.

Otra forma de explicar lo que en estos años ha pasado es que pese a tener gruesas pérdidas, la compañía tendría unos dos mil empleados más desde que fue estatizada. Estatizada es una forma de llamar a lo que todavía está pendiente: cuatro años después de que el Congreso votara la ley, aún la Justicia no fijó acá el valor de Aerolíneas y afuera, en el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial, hay un reclamo por nada menos que 1.200 millones de dólares. Se pudo estar a favor o en contra de la estatización, pero ¿alguien puede justificar semejante despilfarro?

La historia pequeña del conflicto con LAN está detrás de la gran historia de los números. Era evidente que el Gobierno quería sacarla de la cancha para mejorar las cuentas de Aerolíneas. Pero esto también fue escondido hasta que una compadreada de Mariano Recalde puso todo al descubierto. En una charla en 2010 con militantes, dijo: “Le pedí a la Presidente que le quite rutas a LAN ”. Y canchereó con que si eso trascendía, lo iba a negar.

Trascendió ahora, y ¿qué se le ocurrió decir a Recalde? Acertó: echarle la culpa a Clarín del video. Hay gente a la que cuesta tomar en serio. Ayer, el presidente de Aerolíneas se mostró sorprendido por “la reacción en defensa de LAN, una empresa privada que le va bien”. ¿Por qué le va bien la aprietan? ¿O la aprietan porque le va mal a Aerolíneas? (ver pág. 16).

En medio del batifondo, el Gobierno descubrió otra idea genial: pedirle a LAN que le consiguiera a Aerolíneas rutas en Chile y Brasil, aunque eso no depende de LAN sino de las autoridades de los dos países. El canciller chileno respondió que Aerolíneas ya había estado allí y que puede volver cuando quiera.

Quizás la confusión, o al menos parte de la confusión, se deba al desorden dentro del propio Gobierno. El pedido lo hizo Randazzo, que es ministro de Transporte y encargado de subsidiar a Aerolíneas, y el que reclama el hangar o hangarcito a LAN es el ORSNA, un organismo que depende del ministro De Vido. Y el que negocia es Kiciloff, de Economía. Sólo falta que se metan Timerman y Moreno.

Recalde es de La Cámpora y también Kicillof y Lipovich, el que corta el bacalao en el ORSNA. Es otra historia dentro de la historia y no es una historia pequeña.


Clarín, 31-8-13