(y el referendum en Crimea)
Carlos Pereyra Mele
Por estos días
estamos inmersos en una puja política de alto nivel donde dos modelos se
enfrentan el de los Atlantistas (EEUU y sus aliados de la UE y Japón) contra
los continentalistas de la Isla del mundo, (Rusia y China o Eurasia). La
geopolítica vuelve por sus fueros, y como bien lo explicaramos esta Ciencia
(brazo de la Ciencia Política) no fue arrojada al desván de la historia tras la
segunda guerra mundial, sino que vio menguada su influencia relativa por la
lucha ideológica entre el Capitalismo y el Comunismo. Geopolítica, ciencia que
realiza propuestas para alcanzar el máximo poder político, económico y militar
en un espacio determinado y que por ello no existe una Geopolítica sino que
existen múltiples geopolíticas según sea el interés del estado nación
involucrado en conquistar, retener, desarrollar o defender su espacio. que una
vez terminada la bipolaridad vuelve por sus fueros con gran energía. Aclaramos
esto ante los enfrentamiento que se observan por parte de los atlantistas, por
el control del espacio de las ex repúblicas soviéticas, actualmente de Ucrania,
los países de la región del cáucaso o fronterizos de la Federación Rusa y la
China Popular.
Sobre los que hemos
escrito y desarrollado nuestra opinión como analista desde la óptica de
nuestros intereses de Suramericanos e Indo Iberoamericanos. Que no son otras
que sostener a un multilateralismo internacional, frenar la injerencia
extranjera en nuestras zona de influencia y proponer como eje de nuestra
presencia en este mundo cambiante el del continentalismo como herramienta de
poder ante los bloques ya conformados (Económicos-Políticos y Militares).
Pero estos
enfrentamientos que discurren en todo los ámbitos: el político (apoyo a
sectores aliados de cada bando con ONG, mediática y diplomáticamente), el
Económico (imponiendo sanciones y créditos blandos a los que se juegan por el
“occidente” a pesar de la grave crisis económica que sufre la UE por ejemplo) y
el Militar (apoyo indirecto con mercenarios, sicarios o grupos subversivos
cuando no la intervención lisa y llana de las fuerzas militares de los
principales países afectados en sus intereses estratégicos).
Nos lleva a recordar
y pensar nuestro conflicto el del Atlántico Sur que incluye al archipiélago de
Malvinas y las Islas de este océano en disputa. Ya no solamente con Argentina y
nuestro interés nacional, sino que desde lo geopolítico afecta también, un
gigantesco espacio de los países con
costas en este océano, y dada nuestra debilidad en varias ecuaciones de poder.
Nos obliga a ser muy precisos y certeros en la utilización de herramientas que
como la Diplomacia, el derecho internacional y los antecedentes que las
potencias han utilizado en estos años de pos bipolaridad y que debemos saber
usar. Esto viene a cuento con relación al
referéndum del pasado domingo 16 de marzo en la región autónoma de
Crimea para separarse de la República Ucraniana. Que no es reconocido por EEUU
y sus aliados (Inglaterra) y nos da argumentos a los argentinos para derrumbar
la estrategia británica del referéndum que realizó el año pasado (No reconocido
tampoco por la ONU) en las Islas Malvinas y que hoy Gran Bretaña destruye al
reconocer el principio de Territorialidad a Ucrania sobre Crimea y que le
desconoce a la Argentina. Hace unos días nos preguntamos si la Diplomacia
Argentina estaría a la altura de responder y fijar desde ese ámbito una
respuesta al accionar de la potencia ocupante, pues inglaterra efectuó una
“Invasión con población” en nuestras islas, y utilizó el argumento luego del
referéndum con dos elementos: A: Contar con un grupo poblacional adicto; y B:
contar con fuerzas militares que lo respalden. Que hoy es justamente lo que
cuestiona Obama y sus aliados a Rusia. Ya que Inglaterra invadió con población
y su Flota de Guerra las Malvinas en 1833 y en el 2013 impulsó una consulta
popular (Igual a la realizada en Crimea). Cuando la ONU considera que en
Malvinas no existe un pueblo, conforme a la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea
General de las Naciones Unidas, sino una población cuyos intereses deben
tenerse en cuenta.
Debemos decir a esta
altura de este breve artículo que nuestra diplomacia actuó de acuerdo a los
intereses geopolíticos argentinos y suramericanos en esta circunstancia. Ya que
en el Consejo de Seguridad de la ONU: “Argentina apoyó en el Consejo de
Seguridad de la ONU el proyecto de resolución presentado por EE.UU. contra el
referéndum en Crimea”, “La embajadora, María Cristina Perceval, dijo al inicio
de su intervención ante el Consejo que Argentina “ha acompañado el proyecto de
resolución porque reafirma la primacía del principio de la integridad
territorial” (1). Porque como decíamos más arriba no existe una geopolítica
sino muchas geopolíticas de acuerdo a los intereses nacionales en juego y en
esta oportunidad la Argentina dejó, al descubierto que la maniobra de Inglaterra
sobre la utilización de población importada para justificar su ocupación (vía
referéndum) carece de sustento legal desde el Derecho Internacional y del
reconocimiento de la Comunidad Internacional.
Lic. Carlos Pereyra
Mele
Director de Dossier
Geopolítico