Aerolíneas gasta un
75 por ciento más en personal que otras compañías aéreas
Claudio Savoia
Clarín, 6-11-14
En un año y medio,
Aerolíneas y Austral perdieron 984 millónes de dólares
hay 33,4 pilotos
por cada avión, mientras que el promedio del sector es de 13,2.
Pérdidas millonarias,
descontrol administrativo, aviones inadecuados para las rutas explotadas,
sobreabundancia de pilotos que no vuelan y una plantilla injustificada de casi
once mil empleados. Son sólo algunas conclusiones del lapidario informe que la
Auditoría General de la Nación aprobó ayer sobre la gestión de Aerolíneas
Argentinas y Austral durante 2011 y el primer semestre de 2012. En ese lapso,
las empresas estatizadas en 2008 y conducidas por el camporista Mariano Recalde
perdieron 984 millones de dólares.
Los indicadores de
gestión relevados por el único organismo de control del Estado que aún no logró
domesticar el gobierno son preocupantes: en el período analizado, “Aerolíneas y
Austral incrementan la pérdida en 43% respecto a 2010. La causa es el deterioro
del resultado operativo en un 52%”, dice el texto. Con ingresos por 2.054
millones de dólares, un costo operativo de 2.476 millones y costos de
estructura otros 562 millones, la pérdida total en ese año y medio fue de 984
millones de dólares. Poco menos de dos millones de dólares por día, que se
cubrieron con transferencias del Estado nacional.
“Los altos gastos de
Aerolíneas en relación a sus ingresos, comparándolos con empresas similares, se
deben principalmente a las remuneraciones y a los costos por combustible”,
evalúa la Auditoría. Y sostiene esa comparación con números: medidos en AKOs
(asientos por kilómetros ofrecidos en cada avión), los costos en personal
fueron 75% más altos que los de otras empresas, y los de nafta 24% mayores.
Con respecto a la
flota de aviones, que Recalde reconfiguró desprogramando y devolviendo decenas
de aparatos McDonnell Douglas y comprando Embraer y Airbus, los auditores dicen
que la selección de los modelos no respondió a la “realización de un análisis
técnico, económico y financiero previo”, a esa selección, y que “no se realizó
una evaluación del impacto en los costos” que se generaría con esa decisión,
contemplada en el Plan 2010-2014.
“La reestructuración
de la flota redundó en, prácticamente, la misma cantidad de aviones aunque más
pequeños, con la consecuente reducción de disponibilidad de asientos”. Este
cambio tiene otra consecuencia: con aviones más chicos, proporcionalmente
aumentan los costos de uso del espacio aéreo y servicios de aeropuerto. Los
investigadores tampoco lograron hallar información sobre los costos operativos
de cada nave, un dato vital para poder calcular cómo achicar los gastos y
balancear las cuentas.
Aunque las dudas y
lagunas informativas son muchas, la Auditoría pudo obtener algunas certezas.
Por ejemplo, que la única ruta aérea que dio ganancias, y apenas durante el
verano, es la que une Buenos Aires con Florianópolis. Aunque en 2012 se
reconoce una mejora en la red de cabotaje, las redes de vuelos al exterior
empeoraron sus resultados, con un especial deterioro de las rutas a Caracas,
Bogotá y Lima; Roma, Barcelona y Sidney. ¿Una curiosidad? En el lapso auditado,
la ruta a San Pablo duplicó su déficit operativo. Raro, siendo una de las que
más demanda tiene en todo el continente. Excepto que en el mundo de Aerolíneas
volar más pueda significar perder más.
Otra de las críticas
fuertes de los auditores es por la contratación de pilotos que, sin
planificación, resultó desproporcionada y deficitaria. En el lapso auditado,
Aerolíneas incrementó en un 13% la dotación de la tripulación técnica por nave
operativa, lo que hizo caer 16% la productividad de los pilotos medida en horas
voladas. Mientras que en 2010 Aerolíneas y Austral tenían 1.085 pilotos con un
sueldo promedio de 8.624 dólares, en 2012 había 1.365 pilotos cuyo salario
medio era de 10.087 dólares. En ese período, la participación de los sueldos de
los pilotos en el costo operativo de las empresas se duplicó. Algunos de ellos
volaron poco y nada: “en el primer semestre de 2012, la compañía contaba con un
promedio de 1.006 pilotos, de los cuales solamente volaron en promedio 698, es
decir un 68% de la dotación total”. Según el informe, hay 33,4 pilotos por cada
avión de la compañía, mientras que el promedio del sector es de 13,2.
Pero el agujero no
proviene sólo de los pilotos. En el año y medio analizado, y pese a los pobres
resultados económicos, Aerolíneas y Austral incrementaron la plantilla de
personal en 1.125 personas. Más de dos por día. Cuando los auditores cerraron
su trabajo, el total de la dotación era de 10.782 empleados. “La auditada no
justificó la contratación de personal”, advierte el informe, que también
critica a Recalde y su equipo porque no tiene registros de asistencia de
personal homogéneos ni un adecuado circuito de tramitación y liquidación de
viáticos. Un detalle: aunque la empresa informó que las sucursales de
Aerolíneas y Austral en el exterior tienen 441 empleados, “no pudo precisar la
cantidad de personal que se desempeña en cada sucursal”.
Después de retrasar
su tratamiento lo más posible, y sin que la empresa haya podido responder con
solvencia a las objeciones, el oficialismo intentó suavizar las conclusiones
del informe de la Auditoría que se aprobó ayer por cinco votos contra uno. “En
cualquier empresa donde se pierdan casi mil millones de dólares en un año y
medio, los accionistas no perderían un segundo en echar a los responsables, en
este caso Recalde”, dijo a Clarín el auditor radical Alejandro Nieva.