Alfredo Nobre Leite
Informador Público, 22-6-16
Parece que los promotores de la despenalización del
consumo de drogas volvieron por sus fueros: la diputada Carolina Gaillar, que
preside la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, inició el tratamiento
sobre la rehabilitación del uso de marihuana para aliviar el sufrimiento
(dolores) de personas, la socialista Myriam Bregman, rechazó la ley de
estupefacientes, atacando el prohibicionismo y otra legisladora, kirchnerista,
cuestionó la ley, calificándola de "vetusta, retrógrada y
autoritaria".
Lo que no consideran esas legisladoras, son los efectos
nocivos y letales que causa el consumo de la "cannabis sativa",
consignando algunos de ellos a fin de evitar opiniones livianas y superficiales
sobre una cuestión tan seria, por el mal que afecta a la población:
"Produce ilusiones (distorsiones de la realidad), alteraciones de la
memoria reciente, curso de pensamiento y atención ataxia (dificultad de
coordinación de los movimientos); disminución de la fuerza muscular y
disminución de coordinación motora gruesa. Estos últimos efectos pueden
favorecer la ocurrencia de accidentes de tránsito.
En altas dosis o en personas
vulnerables pueden ocurrir episodios de despersonalización, delirio,
alucinaciones y crisis de pánico. El adolescente es más vulnerable a los
efectos de consumo crónico; en este grupo produce con frecuencia un síndrome
amotivacional caracterizado por astenia (sensación generalizada de cansancio,
fatiga y debilidad física y psíquica), disminución de la atención, trastornos
de la conducta y de la relación con los padres.
En el sistema nervioso central la marihuana inhibe la
liberación e neurotransmisores y modifica la respuesta inmune e inflamatoria.
Los efectos en el consumo crónico se manifiesta con déficits cognitivos de
aprendizaje. Se la relaciona además con síndrome amotivacional, con apatía y
desinterés. Produce alteración en las defensas, disminución de la fertilidad en
el hombre, alteraciones menstruales en la mujer y disminución de ovulación. La
marihuana contiene más partículas que llegan a la vía respiratoria inferior que
el humo del tabaco, y muchas de ellas tienen efectos carcinogenéticos,
relacionándola con cáncer pulmonar (entre otros efectos letales y nocivos).
Además, produce cambios conductuales y cognitivos que
afectan las relaciones del individuo, y disminuye su capacidad productiva. El
consumo de marihuana, está asociado al consumo de otras drogas y con ello se
asocia un aumento de conductas delictivas, accidentes de tránsito y
dificultades para mantener una familia.
La marihuana se la llama "la puerta de entrada a
las otras drogas", y su uso está asociado a consumo de alcohol y otras
drogas ilícitas; genera adicción por ser una droga psicoactiva y produce un
síndrome de abstinencia leve, que se manifiesta con insomnio, irritabilidad e
inquietud". (*)
Los integrantes de la Comisión de Salud de la Cámara
baja, deberían ser prudentes en sus aseveraciones sobre la marihuana, que no se
trata de una sustancia inocua, y menos liviana, siendo "la puerta de
entrada" a la cocaína, la heroína y las drogas de diseño, como se vio en
Costa Salguero en que fallecieron cinco jóvenes en un "festival
electrónico", vínculo para el consumo de drogas, que el Estado debe
prevenir y combatir, pues por sobre cualquier otra consideración, está la salud
integral de nuestra juventud.
Alfredo Nobre Leite
* Basado en el artículo "Marihuana, sin pena peo
con riesgo", por Agustina Sucri, diario "La Prensa" del 29 de
abril de 2012.