Por Urgente 24,
29 de mayo de 2017
Primeiro Comando da Capital (Primer Comando de la
Capital) es considerada la organización criminal más grande y mejor organizada
en Brasil. Fue iniciada para defender los derechos de la masa penitenciaria
brasileña, en el inicio de los años '90 en el Centro de Rehabilitación
Penitenciaria de Taubaté (de São Paulo, a 123 kilómetros de la capital del estado),
para donde eran transferidos prisioneros considerados de alta peligrosidad por
las autoridades legales. La organización también es conocida por 15.3.3 por el
lugar que ocupan la P y la C en el alfabeto portugués.
El PCC fue fundado en 31/08/1993 por 8 presos como un
pacto de confianza y protección dentro del penal, inspirada por una
organización más antigua también formada por presos, aunque de origen marxista
que luego migraron al crimen comun, el Comando Vermelho.
El 02/10/1992, en la "masacre de Carandiru",
la Policía Militar mató a 111 reclusos en el pabellón 9 y el PCC informó que
vengaría la muerte de los detenidos y todo tipo de maltrato y abuso del Sistema
Penitenciario. El grupo usó el símbolo chino del equilibrio 'yin-yang'.
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El bautismo en el PCC
En febrero de 2001, Idemir Carlos Ambrósio,
"Sombra" o "Padre" asumió la jefatura de la organización al
coordinar, por teléfono celular, rebeliones simultáneas en 29 presidios
paulistas. Fue la mayor rebelión de prisiones en Brasil, y llevó 27 horas
someterla.
Pero 5 meses después, él fue asesinado a golpes en la
prisión Piranhão por 5 miembros de la facción y el PCC fue liderado por
"Geleião" y "Cesinha", desde el Complejo Penitenciario de
Bangú, quienes se aliaron con el Comando Vermelho (CV), de Río de Janeiro.
El PCC, creado para presionar por mejores condiciones
carcelarias, rápidamente ingresó al campo de las drogas y la extorsión desde
las celdas.
En noviembre de 2002, asumieron el mando Marcos
Willians Herbas Camacho, "Marcola"; y y otro individuo que responde
al nombre "Cabeção".
El 12/05/2006, "Marcola" inició la mayor ola
de violencia en la historia reciente del estado de São Paulo: por lo menos, 45
muertos, de los cuales 23 eran agentes de la Policía Militar, 7 policías civiles,
3 guardias municipales, 8 agentes penitenciarios y 4 civiles. Como respuesta,
la policía ejecutó a 107 personas consideradas sospechosas de participar en los
ataques.
Por decisión de "Marcola", después de una
supuesta negociación con el gobierno del estado de São Paulo, las rebeliones
finalizaron. Pero en otras 2 olas de ataques en julio y agosto de 2006, fueron
incendiadas oficinas bancarias, tiendas y ómnibus.
El grupo se financia, además del botín que recauda con
sus crímenes, mediante el pago mensual de sus miembros, pero los miembros en
libertad contribuyen más que los miembros presos. El dinero recaudado se usa
para comprar armas y drogas, además de financiar acciones de rescate de presos
conectados al grupo.
La organización tiene su propia lista de principios,
llamada "Estatutos de PCC". Uno de sus requisitos dice que los
miembros libres deben contribuir con los miembros reclusos. El estatuto predica
"lealtad, respeto y solidaridad" a los miembros del grupo, y también
reclama mejores condiciones en el sistema penitenciario brasileño, alegando que
los presos sufren torturas y actos inhumanos.
El PCC se ha internacionalizado, contando con el apoyo
de redes mafiosas de Paraguay, Argentina, Colombia y de Italia.
La antropóloga Karina Biondi, autora de "Junto e
Misturado: uma etnografia do PCC" (Juntos y mezclados: una etnografía del
PCC), ha estado investigando a la banda durante los últimos 14 años y afirma
que "el grupo no tiene una estructura organizada, es más bien, una
metodología de vida para sus miembros" y explíca qué "estas
características fluidas permitieron que la ética de la facción se extendiera a
otros estados sin necesidad de órdenes superiores".
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Al PCC se le adjudicó, el 24/04, el “robo del siglo” a
la sede de la empresa Prosegur en Ciudad del Este, dirigido por
"Zequinha", uno de los líderes de la superbanda. Se dice que en esa
sede de Prosegur o se cuidaba dinero existía un banco 'ad-hoc' de bandas
rivales.
En estos días, a raíz de la detección de integrantes
de esta banda en Argentina y Uruguay, se sospecha de otro ataque a Prosegur
pero esta vez en la ciudad de Montevideo.
La Policía local de Corrientes suscribió el dato de la
presencia de esta banda que controla las rutas de tráfico de drogas entre
Brasil, Bolivia y Paraguay.