Por Miguel Ángel
Iribarne
Foro Patriótico
Manuel Belgrano,17/11/2024
Pocas veces en la
historia electoral de los EEUU un candidato ha debido enfrentar a una coalición
tan variopinta y tan enraizada en las estructuras de poder preexistente como le
ha ocurrido a Donald Trump. Contra él han estado la célebre maquinaria del
Partido Demócrata pero también no pocos republicanos disidentes, sectores de la
CIA y el FBI asociados al Deep State, el grueso de la industria del espectáculo
–desde Taylor Swift a Beyoncé pasando por Oprah Winfrey-, la Academia –tanto
las universidades de élite de la Ivy League como la Howard University, meca de
los afroamericanos-, prácticamente todas las organizaciones expresivas de las
minorías identitarias, tanto étnicas como sexuales and so on…
Para todos ellos el 5 de noviembre era la
fecha de un cuasi-Armagedon político, en el que la democracia volvía, ocho
décadas después, a afrontar el peligro fascista. Impermeable a esta demostración de fuerza
organizativa y de coacción psicológica, el 53 % de los norteamericanos a
pronunció por Trump. Signo contundente
de un pueblo que aún está vivo.
Veamos. El
expresidente ha ganado claramente en el voto popular, como no ocurriera en
2016. También ha triunfado, y de manera holgada, en el Colegio Electoral. Sus
candidatos han prevalecido en las dos Cámaras legislativas y en ocho de las
once gobernaciones estaduales puestas en juego en esta elección. Pero existen
dos elementos más sobre los que no se repara suficientemente, que son la
transformación cualitativa del Partido Republicano, por una parte, y la
relación de Trump con diversas minorías por otra.
El partido ahora
ganancioso no es el mismo de 2016. Ha
sido rehecho a imagen y semejanza de Trump que ahora sí lo controla. En
realidad, más que el propio partido lo relevante es el movimiento trumpista, el
MAGA (Make American Great Again) cuya clientela es socialmente mucho más amplia
que la de los republicanos tradicionales y cuyos cuadros están mucho más
identificados con el Presidente.
El segundo
elemento es cuantitativo y cualitativo a un tiempo. Se refiere al hecho de que desde 2016 hasta
hoy, Trump ha aumentado de dos a tres veces su proporción del voto entre
hispanoamericanos, negros y jóvenes. Se
configura así una corriente que desborda, étnica y culturalmente, los cauces
que clásicamente contuvieron al partido ahora victorioso. Esto ha ocurrido, en
la mayor parte de los casos, a pesar de las posiciones asumidas por los
portavoces oficiales de esas minorías, habitualmente entrelazados con los
demócratas.
Después de noventa
y cuatro denuncias judiciales en su contra y de dos intentos de asesinato, este
verdadero plebiscito a favor de Trump probablemente marque, como pretenden
algunos analistas, el comienzo de una nueva etapa histórica.