domingo, 8 de julio de 2012

PARAGUAY




Una condena que ahora entiendo

Carlos E. Viana


“El poder legislativo es el alma del cuerpo político”. John Locke.

La veloz y no pensada condena a la destitución constitucional del Presidente del Paraguay, por una mayoría abrumadora de ambas cámaras del Congreso, sonó muy raro. Si los presidentes del Mercosur y de Unasur condenaron la rapidez de la destitución, ellos fueron más rápidos en condenar la medida, sin enviar observadores, investigar las causas de la destitución y sopesar con responsabilidad las conclusiones a que llegaran sus investigadores. Esto sobre todo en que ponen énfasis en apuntalar el Poder Ejecutivo sobre el Legislativo, siendo este último el órgano de gobierno democrático por excelencia. Esto último reconocido por todos los teóricos y partidarios de la democracia, desde John Locke, pasando por Alberdi y teniendo en cuenta el poder de los parlamentos en las naciones democráticas, que actuaron de manera similar contra el Presidente Nixon en Estados Unidos y obligaron a renunciar al Presidente Collor de Melo en Brasil.

¿Por qué esta medida irresponsable? ¿Qué influencias pesaron?

Recordando el pasado reciente

Ya en septiembre del 2005, el vicepresidente primero del Senado y de la Comisión de Relaciones Exteriores del mismo, Alejandro Velazquez Ugarte, declaró la participación de las FARC, por medio del Partido Patria Libre, en el secuestro y asesinato de la joven Cecilia Cubas, hija del ex Presidente Raúl Cubas. Las FARC también habían participado en el asesinato del ex Presidente Luis María Argaña en marzo de 1999.

Rodrigo Granda, llamado el canciller de las FARC por sus frecuentes viajes a naciones hispanoamericanas, había mantenido con los asesinos de Cecilia Cubas, un fluido contacto por e-mails, pero lo más grave fue la denuncia del entonces Presidente de Colombia Álvaro Uribe contra este terrorista, al que acuso del asesinato de Cecilia Cubas. Estos fueron sólo los casos sobresalientes. Posteriormente de “Patria Libre”, surgió el EPP, Ejército Popular Paraguayo, que se reconoce como grupo guerrillero armado y que habría entregado armas a los sin tierra, que resistieron la orden de desalojo de un campo que ocupaban ilegalmente.

También había trascendido que las FARC se manejaban con impunidad en un campamento que poseían en la localidad de Juan Bautista Alberdi, enfrente de Argentina, Río Paraguay de por medio.

Lugo, estuvo relacionado con este grupo cuando fue Obispo de una región del Paraguay y su campaña electoral, fue financiada en parte, por el dictador venezolano Hugo Chávez. Este último le proporcionó protección en territorio de Venezuela al ya mencionado Rodrigo Granda, llamado canciller de las FARC y se negó a extraditarlo a Colombia. Sabemos de las bases de las FARC en Venezuela y en Ecuador, protegidas por sus respectivos presidentes “democráticos” y nunca condenados por los corajudos o cómplices mandatarios hispanoamericanos, a pesar de sus continuas violaciones a la libertad de sus conciudadanos.

Región apta para el narcotráfico. ¿Una casualidad?

La región del Paraguay, en donde operan el terrorista EPP, es una zona similar a algunas de Colombia donde impera el narcotráfico, fuente de financiamiento de las FARC. Desde allí se contrabandean drogas hacia el Brasil, cosa que parece ignorar la Presidenta Dilma Rousseff. Es sabido que las FARC se mantienen con el narcotráfico, es decir, son el principal cartel de drogas ilícitas de América.



También es público y notorio que el territorio del Paraguay es utilizado por los carteles de Bolivia, para triangular parte del narcotráfico de cocaína a Argentina, especialmente por vía aérea, donde harían escalas técnicas en Corrientes, antes de dirigirse a Entre Ríos y Provincia de Buenos Aires. En este sentido es proverbial y llama poderosamente la atención, que el gobierno argentino no haya establecido una red de radares y de nuestro Congreso en no aprobar una ley de derribo.

Los más que veloces verdugos

Los presidentes del Mercosur que más velozmente que el Congreso Paraguayo, lo condenaron a este, invocan la democracia ignorando a las FARC como si estas fueran una organización pacífica de derechos humanos dedicada a proteger las libertades de los ciudadanos de Hispanoamérica. Es raro que ignoren la participación de las FARC en Paraguay y no tengan en cuenta este factor en la destitución del Presidente Lugo.

La oligarquía del Frente Para la Victoria, sería más objeto de un análisis freudiano que político. Mientras son ricos de la nueva clase, simpatizan con quienes todavía mantienen sus vetustos ideales de la patria socialista. Esto es esquizofrenia, personalidad escindida, que explica la conflictividad y agresión con que se manejan políticamente.

No puede ser que su amigo y ex embajador en Colombia, el General Balza, que tuvo experiencia como jefe en la guerra antisubversiva en Argentina, haya ignorado los hechos que relatamos. El debe de tener mucha información sobre las FARC y quizá contactos diplomáticos.

Dilma está limitada por los múltiples poderes que le impone el federalismo y el pluralismo del Brasil. No pudo vengarse de los enemigos que tuvo como guerrillera, pero en su inconsciente, ve a estos muchachos revolucionarios de las FARC con simpatía.

Correa para que hablar, los hechos dicen todo por sí mismos. Evo Morales que reivindica al Che, asesino de soldados y campesinos bolivianos, vive su propia esquizofrenia reclamando por la cultura Aymará, pero con casas, literatura, entretenimientos y confort al estilo occidental.

Pepe Mujica es distinto, que lastima, me desilusionó.

Lo cierto es que a la luz de los acontecimientos que hemos relatado, ahora se nos hace más comprensible la actitud “regre” y antidemocrática de los líderes que condenan a un Parlamento, mientras miran para otro lado, ante la actitud de un Presidente que era funcional a las FARC y de estas no dicen nada, a pesar que junto con la dictadura castrista, son los mayores violadores de los derechos humanos en América.