Por Mario Cafiero
Los argentinos
estamos cada vez más preocupados por el rumbo del país, sentimos que los
diagnósticos no son los correctos y que una soberbia autoreferencial se acentúa
en la presidente Kirchner. Pero creo tenemos que agradecerle a Cristina, por su
discurso en Casa de Gobierno del pasado 1 de noviembre. Pocas veces puede
encontrarse una pieza oratoria que con total claridad desnude la realidad y nos
permita encontrar allí las razones de las crecientes dificultades económicas y
el consecuente malestar social . También le tenemos que agradecer que nos
ahorre el enorme esfuerzo de desmentir el relato oficialista, ya que en sus propias
declaraciones se devela con claridad las prioridades y las políticas de este
gobierno, muy alejadas de defender los intereses nacionales y de las mayorías.
Los dos temas que aborda en el discurso son la
política de inversiones externas y la política de deuda externa. Dos temas
históricamente sensibles y críticos, ya que son ni más ni menos la forma en que
la Argentina
se vincula económica y financieramente
con el exterior. Lo cual determina
nuestra estructura productiva interna y
también la distribución de los recursos.
En su discurso CFK
denosta los tratados de inversión firmados en la década del 90, pero en el
mismo acto se jacta que “nosotros
(dejamos girar al exterior)
41.093 millones; la década de los noventa: 15.686 millones, un 0,7 de
aquel PBI contra 1,7 de este PBI, que es muchísimo más alto”. Por si quedara
alguna duda la remata diciendo: “quiero notificarle que nadie – como este
gobierno – remitió utilidades de las compañías extranjeras ”. Sin entrar en
detalle de esta cuestión, creo que la Presidente tendría que saber que la estructura
económica argentina está cada vez más extranjerizada, por lo que cada vez se
gira más utilidades al exterior. Por
ello antes de impulsar a que haya 10.000 ingenieros el país, habría que pensar
cómo hacer para que haya 1.000 empresas argentinas donde en cada una trabajen
10 ingenieros argentinos y desarrollen tecnología nacional (por ejemplo la
industria ferroviaria nacional; la energía eólica o solar, los agroalimentos,
etc). De lo contrario los ingenieros argentinos van a servir de mano de obra
barata para engrosar las utilidades de las empresas extranjeras.
Respecto de la deuda
externa, CFK quiere convencernos que lo auténticamente revolucionario es “pagar
la deuda”; aunque estas deudas no sean tales por ser cuestionables por ser
ilícitas o ilegítimas. Y tanto peor, sea que paguemos la deuda con dineros que
no son propios como la plata del ANSES, del Banco Central o de las provincias.
O a costa del bolsillo de contribuyente argentino sometido a la presión fiscal
más alta de la región. NO resulta entonces sorprendente que como consecuencia
de este saqueo se acreciente la inflación, el malestar social y el parate
económico.
Hay una frase clave
del pensamiento de CFK cuando explica el negocio de la deuda: “Porque
¿cuál es el negocio de los bancos? Es que no pagues, para que tengas que
hacer revolving y entonces hacés la bicicleta financiera a la que estuvo
sometida la
República Argentina , desde 1976 hasta que vino Néstor
Kirchner renovando constantemente, cada vez endeudándose más, con asientos
contables de guita que nunca entraba. Este es el tema, entonces el negocio no
es que paguemos, el negocio es que no paguemos. Pero saben qué, les tengo una
muy mala noticia: vamos a pagar, vamos a pagar con dólares. (Aplausos)”. Los
que aplauden a rabiar son los banqueros, antes contabilizaban en sus balances
créditos de dudosa cobranza y ahora asientan: Clin, Caja!!.
Hay también una frase
antológica de CFK, cuando dice: “Y sé de lo que estoy hablando, y sé de lo que
estoy hablando porque era Senadora y Diputada, primero Diputada cuando el
megacanje, el mega no sé cuánto y el blindaje y todos esos asientos contables
con lo que se llevaron todas las posiciones que habían tenido en la Argentina financieras y
por las que habían cobrado tasas exorbitantes en el mundo. Y entonces no entró
nunca la plata del megacanje, ni del blindaje, ni de nada, eran asientos
contables para poder retirar la plata.”. Esta historia me toca de cerca porque
como diputado nacional fui compañero de bloque de CFK y fui el diputado que con
más fundamentos cuestionó al megacanje y la deuda odiosa. Y expliqué y denuncié
que eran asientos contables para prepararse para el default, que la plata no
entraba, pero nunca me hubiera imaginado que 10 años después sea la propia CFK
la que con orgullo saque pecho para PAGAR DEUDA QUE NUNCA ENTRÓ AL PAIS.
Desde
el 2003 los K vienen pagando religiosamente la estafa del megacanje. CFK cumple
un rol fundamental en esa estafa: ser la cajera y abrir las arcas del Estado
para sacar miles de millones de dólares de un botín producido por el más
gigantesco robo y estafa de la historia financiera argentina.
Por último, hay un
denominador común en todos los discursos de CFK: situarse como antagonista del
establishment comunicacional, pero nunca del establishment real. El mensaje a
estos últimos –al poder económico real- es muy claro: ELLA LES DICE QUE NO SE
CONFUNDAN CON LO QUE ESCRIBEN LOS MEDIOS, YA QUE NUNCA GANARON TANTO COMO CON
NUESTRO GOBIERNO, NUNCA SE GIRARON TANTAS UTILIDADES AL EXTERIOR Y NUNCA SE VA
A DEJAR DE PAGAR LA DEUDA
(CON DOLARES INCLUIDOS).
Si a ello le sumamos
el saqueo de nuestros recursos naturales (petróleo, megamineria, monocutivos,
pesca, etc) se completa un sistema neocolonial que jamás va a dar
respuesta a las necesidades populares.
Aquellos sectores que venimos
sosteniendo que el kirchnerismo en realidad representa una variante continuista
de un sistema de dependencia , tenemos que estar agradecidos con la Presidente Kirchner
por este discurso, nos ha ahorrado buena parte del trabajo para convencer a
aquellos muchos kirchneristas de buena fe –aún confiados en el relato
oficialista- para que se saquen la venda de los ojos.
Ing. Mario Cafiero