Mala nota para la Argentina. Según
un estudio que analiza los índices de impunidad en actos de corrupción
cometidos por funcionarios públicos, la Argentina está en el puesto 92 de un total de 97.
El más impune es
Venezuela, seguido por Nicaragua y Ucrania, mientras que Dinamarca y Noruega se
ubican en la cima de los países que más condenas a funcionarios registran.
El informe fue
realizado por la ONG The
World Justice Project, creada en 2006, que acaba de presentar el Indice de
Estado de Derecho para el período 2012-2013.
De acuerdo a este
estudio, América Latina y el Caribe, y Asia del Sur, son las regiones con más
bajo puntaje en la lucha contra la impunidad política. De los 14 países de
Latinoamérica que fueron evaluados, sólo dos, Uruguay y Chile, están en la
primera mitad.
Argentina, en tanto,
junto con Guatemala y Bangladesh, se ubica entre los últimos lugares de la
tabla, con un índice de 0,26 está en el puesto 92.
Ni los ex presidentes
Carlos Menem, acusado por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, y
Fernando de la Rúa ,
investigado por el pago de coimas a senadores, fueron condenados en primera
instancia. Los kirchneristas Amado Boudou y Ricardo Jaime también son
investigados por maniobras incompatibles con la función pública.
El ex secretario de
Transporte está procesado por el cobro de dádivas de empresarios a los que
debía controlar entre otras tantas causas, mientras que el vicepresidente es
investigado por presunto enriquecimiento ilícito y la sospechosa quiebra de la
ex imprenta Ciccone Calcográfica, fueron sometidos a juicio. La ex ministra de
Economía, Felisa Micheli es, hasta ahora, la primera y única ex funcionaria
kirchnerista condenada por corrupción.
Pero no son solo casos
emblemáticos como estos los que estudia la ONG para definir la tabla. The World Justice
Project se basa en el estudio de las estadísticas oficiales de los 97 países
del mundo seleccionados para el informe, un cuestionario realizado a unos 300
especialistas de distintas disciplinas por cada país y una encuesta a la
población en general. La ONG
estableció un ranking según la cantidad de funcionarios públicos sancionados
por incurrir en irregularidades o en acciones incompatibles con sus cargos.
Para llegar a ese
ranking, elabora un índice que otorga un uno a los países en los que, sin
excepciones, todo aquel que comete una falta es condenado, y un cero a los que,
por el contrario, no establecen ninguna represalia para el mal desempeño de los
funcionarios públicos.
“Una cultura de la
impunidad debilita el respeto por los derechos fundamentales, alienta la
corrupción y lleva a un círculo vicioso de violación de las leyes, en tanto
neutraliza el efecto disuasivo del castigo. La impunidad también erosiona la confianza
ciudadana en las instituciones públicas, y da la señal de que la ley no
importa”, advierte el documento presentado por la organización y en su apartado
sobre sanciones contra funcionarios, suma: “En los países en los que el estado
de derecho es débil, aquellos con conexiones políticas rara vez deben rendir
cuentas por sus inconductas”.
En diciembre de 2013,
el sondeo realizado por Transparencia Internacional entre 177 países sobre la
percepción del índice de corrupción, ya había arrojado una mala nota para el
país. Argentina retrocedió en el ranking respecto del año anterior y se ubicó
en el puesto 106 mundial y en el 22 de América Latina.Como en el estudio de The
World Justice Project, en el de Transparecia, Canada aparece como el menos
corrupto.
Ranking
1. Dinamarca
3. Suecia
21. Uruguay
26. Chile
53. Colombia
65. Brasil
72. Bolivia
76. Ecuador
92. Argentina
97. Venezuela
Clarín, 21-1-14