catolicos-on-line, 20-2-16
El cardenal australiano George Pell ha acusado al
Primer ministro británico, David Cameron, de adoptar una «forma venenosa de
liberalismo moral radical». En el prólogo de «La nación que olvidó a Dios», una
colección de ensayos editados por Sir Edward Leigh, parlamentario británico, y
Alex Haydon, el cardenal critica el empeño de Cameron en legalizar los
«matrimonios» entre personas del mismo sexo en 2014.
«Cameron ha adoptado esa forma venenosa de liberalismo
moral radical que ha socavado la vitalidad religiosa de muchas comunidades
cristianas, y además ha avalado las debilidades y los errores que dañan e
incluso llegan a destruir a la familia», asegura el cardenal.
«Su confusión es la típica de muchos cristianos. Y no
dice nada bueno de esos líderes cristianos que nunca levantan un dedo para
resistirse a los cantos de sirena». El cardenal, Prefecto del Secretariado
económico de la Santa Sede, enfatiza que no cree que el Primer Ministro tenga
la intención de minar el Cristianismo. Escribe:
«Son las mismas palabras del papa Francisco,
comentando las intenciones de introducir este tipo de «matrimonio» en su país
de origen: No seamos ingenuos: esto no es una simple lucha política, este es un
intento para destruir el plan de Dios. No quiero decir que el primer ministro
está conscientemente luchando por ello. Al contrario, teniendo presente sus
muchas referencias positivas hacia el Cristianismo e incluso hacia Nuestro Señor,
parece creer que está cooperando con el plan de Dios al aprobar esta ley».
«Si Piers Paul Read apeló a una fuente de confianza
cuando atribuyó al primer ministro la frase de que Nuestro Señor Jesucristo
estaría a favor de los derechos de los gays, solo puedo decir que esto no puede
considerarse una forma lógica de hacer política basada en la realidad. Un
cambio legal semejante está completamente en contra del núcleo de las creencias
de la corriente principal de todas las iglesias cristianas, incluyendo la suya
propia».
El cardenal explica por qué se mete en la política de
Gran Bretaña
El cardenal explicó que sus advertencias representan
«una ruptura de mi manera habitual de actuar fuera de Australia, al procurar no
hacer comentarios directos sobre situaciones locales». Dijo que ha hecho una
excepción porque el libro está «destinado fundamentalmente al mercado nacional»
australiano y «las victorias y las derrotas en el conflicto por el alma de la
sociedad británica, aún tienen importantes consecuencias por doquier en el
mundo de habla inglesa».
«Las pérdidas en Gran Bretaña pueden ser peores en
Australia e incluso en los Estados Unidos, por no mencionar a todos los demás
países anglófonos», escribió.