Virginia Guevara
La Voz del
Interior, 09/04/2016
Ya está. El gremio de los municipales (Suoem)
consiguió una suba salarial del 18,8 por ciento para el primer semestre –parece
una quimera pensar en un número menor para la segunda mitad del año– y los días
más determinantes del año para la Municipalidad de Córdoba ya pasaron: ahora,
la tarea principal de la administración será juntar plata para pagar sueldos y
ver cuánto sobra para todo lo demás.
Como siempre, durante la “negociación” hubo largas
asambleas, jornadas enteras sin atención, servicios más resentidos que de
costumbre y exabruptos capciosos del experimentado jefe de los municipales,
Rubén Daniele: esta vez no amenazó con quemar nada, sino que puso en juego
valores tan elevados como la tilinguería, las drogas y el alcohol en referencia
a los funcionarios municipales. Como ya tuvo una probation por dichos
anteriores, esta vez, al ser citado por la Justicia, dijo que se refería a
otras personas.
Todo eso ahora ya es anécdota. Lo trascendente es que
pasan los años y en el reparto de los recursos de todos los cordobeses ganan
siempre los mismos: los municipales, incluyendo en ese concepto salarial a
funcionarios, concejales, jueces de Faltas y tribunos de Cuentas, que se
benefician igual que el resto de los empleados con las hazañas del Suoem.
El municipio sostiene que durante la primera gestión
de Ramón Mestre disminuyó el peso relativo del gasto salarial. Comprobar esa
afirmación es muy difícil, porque los números municipales son tan manipulables
como siempre y más inescrutables que nunca, dada la casi nula información
pública al respecto.
Pero siempre es posible comparar a Córdoba con
Rosario, y en esa relación cambiaron pocas cosas: los cordobeses siguen
poniendo mucho más dinero que los rosarinos para mantener al municipio y la
gran diferencia continúa siendo justamente el gasto salarial: pese a que la
cantidad de empleados de ambas ciudades es similar –en torno a los 11 mil, más
planta política–, Córdoba gastará este año casi 2.500 millones más en salarios.
Los datos principales de esa comparación son los
siguientes:
Gasto salarial. El presupuesto 2016 de la
Municipalidad de Rosario proyecta gastar este año en remuneraciones 3.576
millones de pesos. En Córdoba, esa proyección es 51 por ciento más elevada: la
partida salarial llega a 5.408 millones de pesos, pero además prevé un crédito
adicional para sueldos de 680 millones. Si, como ocurre todos los años, se
ejecuta también esa partida adicional, la diferencia de gasto salarial entre
ambas administraciones llegará al 70 por ciento: unos 2.500 millones de pesos.
Gasto total del municipio. El presupuesto rosarino es
de 9.957 millones de pesos. El de Córdoba supera los 12.300 millones y se
supone que, con esa diferencia, el municipio cordobés debería poder hacer
muchas cosas más que el de Rosario. Pero no: esa diferencia es la que se llevan
los municipales de Rubén Daniele.
Lo que pagan los vecinos. Si se observan los recursos
proyectados, Rosario prevé ingresos de origen municipal –es decir, cobrados por
el municipio a los vecinos– por 4.879 millones y Córdoba vuelve a sacarle
ventaja: 7.716 millones de pesos es lo que Mestre planea cobrarles en todo
concepto a los habitantes de la Capital. La diferencia vuelve a coincidir con
el gasto extra de Córdoba en sueldos.
Todavía hay cordobeses que viajan a Rosario y vuelven
sorprendidos por la ciudad que encuentran. Entonces desde el Palacio 6 de Julio
explican siempre lo mismo: la ciudad santafesina tiene un ejido más chico y
todo es más fácil y menos costoso. No obstante, la diferencia más sorprendente
y menos razonable sigue siendo el esfuerzo ciudadano que demanda sostener al
propio municipio.