sábado, 17 de diciembre de 2016

PIDEN EL ADN DE LOS HERMANOS DEL SUPUESTO SUICIDA



La Nación,  17 DE DICIEMBRE DE 2016


Tres equipos forenses expertos en ADN trabajan por estos días cotejando la información genética de los restos de las víctimas del ataque a la AMIA para establecer a ciencia cierta que todos estén identificados. Si hay alguno sin identificar podría tratarse de un desaparecido nunca reclamado, o ante la evidencia de los restos del supuesto conductor suicida que se inmoló al manejar la Trafic blanca cargada de explosivos contra la AMIA.

Los que están trabajando con los restos y cotejando el ADN son tres prestigiosos equipos: el Cuerpo Médico Forense de la Corte, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) -famoso por identificar a desaparecidos de la dictadura- y el laboratorio genético de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, que conduce Daniel Corach.

Los fiscales que trabajan en la Unidad AMIA tras la muerte de Alberto Nisman, Sabrina Namer, Leonardo Filippini y Roberto Salum, encargaron esta tarea. Buscan tener en claro la cantidad total de victimas e identificar a todos. Lo hicieron recientemente cuando le pusieron nombre al fallecido número 85. Se trata de Augusto Jesús, un joven de 20 años de una familia de muy escasos recursos que había ido a la AMIA en compañía de su madre a hacer un curso sobre cuidado de enfermos. La madre aparecía entre las víctimas desde el principio, pero su hijo estaba sin identificar.
Ahora losexpertos forenses tendrán otra tarea: analizar los restos encontrados en el balde rojo, que se halló en el freezer de la Policía Federal, y determinar si corresponden con las víctimas ya identificadas.

Cuando los médicos descongelaron el hielo encontraron en el interior del balde rojo, envuelto en una bolsa de nylon negra, tubos de ensayo con hisopados de las víctimas. También vieron frascos con restos de pelos, que estaban cubiertos de hongos y moho. Además advirtieron restos orgánicos.
Antes de empezar a trabajar en el cotejo tuvieron que limpiar las muestras, pues muchas estaban afectadas por el paso del tiempo: 22 años congeladas en un freezer habían dejado sus marcas, pero eso no impide que sean sometidas a ADN.

Hasta ahora, el fallecido fiscal Alberto Nisman había informado en 2005, en una conferencia de prensa, que se había identificado al conductor suicida. Dijo que se trataba de un joven de 21 años, de cejas tupidas y mirada desafiante: el libanés Ibrahim Hussein Berro. Se basó en las entrevistas que realizó su colega Marcelo Martínez Burgos en Detroit con los hermanos de Berro. Exhibió sus fotos y dijo que pertenecía al Hezbollah, lo que fue corroborado por sus hermanos

Nicolasa Romero, la testigo que vio la Trafic llegando a la AMIA, dijo que se parecía al conductor y al identikit que había realizado ella misma, pero luego se desdijo en el juicio oral. La SIDE, con otras fuerzas extranjeras, había dicho que Berro ingresó al país por la Triple Frontera con el apoyo del clan Thormos.

En 1994 radio Nur del Líbano dijo que Berro había muerto en un combate contra el ejército israelí, lo que fue desestimado por Nisman.
Pero los hermanos de Berro desmintieron la información. Dijeron que era imposible que su hermano se hubiera inmolado en la AMIA. Hassan Berro, de 42 años, emigró desde el Líbano en 1985 y actualmente tiene 6 hijos. Trabaja como mecánico, al igual que lo hacía en su país. Su hermano Abbas, de 27, llegó a Detroit a los 18, en 1996, y es mecánico dental. "Mi hermano no tuvo nada que ver con esto (el atentado); es solamente propaganda que se ha hecho; no era una persona capaz de hacer semejante cosa", dijo Abbas.


Ahora los fiscales quieren el ADN de los hermanos para compararlo con los restos orgánicos hallados en el freezer y otros materiales de víctimas, con el fin de determinar si están frente al conductor suicida.