Prueba: pagar el sueldo sin
un trabajo
Oulu, situada a unos 160
kilómetros debajo del Círculo Polar Ártico, es un núcleo de actividad en
comunicaciones inalámbricas y fuertes aspiraciones de innovación. En esta
ciudad han miles de ingenieros sin trabajo; muchos fueron despedidos por Nokia,
la compañía finlandesa que fue sinónimo de teléfonos celulares y hace poco
corrió riesgo de quedar en el olvido.
Según el sistema de
seguridad social de Finlandia, los desempleados no pueden percibir ingresos
adicionales si reciben beneficios por desempleo. Pero ahora el gobierno de ese
país está experimentando con el ingreso
básico universal: para 2017 va a seleccionar al azar unas 2.000 personas
desempleadas para cobrarlo, sin perjuicio de obtener otros ingresos. En varios
países se está estudiando este sistema como modo de disminuir la vulnerabilidad
de los trabajadores, frente a la inestabilidad de la economía y a la
automatización.
Se considera que toda
persona debería gozar de un ingreso seguro que le garantice poder afrontar los
gastos mínimos. En Suiza la mayoría de la población rechazó recientemente este sistema; pero el
senado francés aprobó que se lo ensaye. Canadá y los Países Bajos están preparando
experimentos en igual sentido, así como el gobierno de la India.
El mercado laboral ha
cambiado profundamente, de modo que el pleno empleo puede considerarse una
fantasía: los robots reemplazan trabajadores, mientras que los empleos de
tiempo completo dan paso a cargos por contrato. El ingreso básico intenta ser
permanente. El mundo de la tecnología se aferra al ingreso básico como reacción
ante la automatización y a su amenaza de desempleo. Si se satisfacen los
requerimientos de todos, la sociedad puede dar la bienvenida a los robots y a
la liberación del trabajo esclavo. Según el Profesor Hiilamo, de la universidad
de Helsinki, este sistema fue creado a partir de una forma de visión positiva
de los seres humanos.
Tal vez la reciente creación
en la Argentina del Salario Social Complementario, sea el embrión de un futuro
ingreso universal.
(Fuente: Clarín, New York Times, 23-12-2016)