El círculo íntimo del poderoso presidente ruso
mantiene negocios multimillonarios con el Estado y el sector energético, y
muchos de sus miembros han quedado ligados al escándalo de los Panama Papers
por sus esfuerzos para lavar este dinero
Infobae, 28 de octubre de 2017
Vladimir Putin se ha convertido en uno los líderes
rusos más longevos en el poder, alternando entre la presidencia y el primer
ministerio desde 1999 hasta la fecha sin pausa ni competencia interno.
Pero aunque parezca ser el único hombre fuerte del
inmenso país, una red de amigos y colaboradores sostiene su gobierno al mando
de las unas dos superpotencias del mundo, o al menos su vasta fortuna.
El periódico independiente Novaya Gazeta acaba de
revelar que este círculo íntimo del mandatario ha recolectado unos 24 mil
millones de dólares en hechos de corrupción vinculados a la obra pública y los
contratos de explotación de recursos naturales, especialmente gas y petróleo en
torno a la empresa estatal Gazprom.
Sólo la fortuna personal de Putin se calcula en 200
mil millones, en las estimaciones más altas, y varios de su colaboradores han
aparecido en la filtración llamada Panama Papers por un esquema de lavado de
dinero que alcanza a los 2 mil milllones de dólares, según reportó el periódico
Moscow Times.
Esto incluye a Sergei Roldugin, músico y amigo de la
infancia del presidente, que apareció en las listas como presidente de varias
de las compañías involucradas en el lavado.
Novaya Gazeta publicó su estimado en base a un informe
del Proyecto de Reporte de Corrupción y Crimen Organizado (OCCRP, en inglés),
un grupo de investigadores, medios y centros que monitorean hechos ilícitos en
Europa el Este, Asia Central y Centroamérica.
La investigación del OCCRP indica que Roldguin y otras
dos figuras cercanas a Putin serían testaferros del presidente que no pueden
justificar las vastas fortunas que amasan. De hecho no tienen puestos en el
gobierno, no manejan empresas, ni tienen empleos bien pagos o siquiera viven
vidas de lujo.
Uno de ellos es Mikhail Shelomov, hijo del primo de
Putin, que posee una fortuna de 573 millones de dólares y trabaja en un cargo
bajo en una empresa petrolera estatal. Su sueldo: 700 dólares al mes.
Mientras que Pyotr Kolbin, valuado en 550 millones de
dólares, es un ex carnicero y compañero de aventuras juveniles del líder del
Kremlin.
Además de estos tres presuntos testaferros, numeroso
amigos íntimos de Putin amasaron fortunas en su gobierno. Tal es el caso de
Yuri Kovalchuk, dueño del Banco Rossiya e incluido en una lista de sanciones de
Estados Unidos, cuya fortuna se estima en mil millones de dólares, o los
hermanos Arkadiy y Boris Rotenberg, amigos de la infancia del presidente y
dueños de una empresa de construcción ligada al estado y valuada en 3.600
millones de dólares.
La familia es también importante para el mandatario.
Sus hijas Katerina Tikhonova y Maria Putina ocupan cargos importantes en el
gobierno y sus esposos manejan empresas ligadas al Estado, mientras que el
primo de Putin, Igor, formó parte del esquema de lavado develado por Novaya
Gazeta.
Un enorme país marcado por los recursos naturales y la
corrupción
La trama de corrupción rusa sigue de cerca la historia
reciente del gigante euroasiático, que tras el caos de la caída de la Unión
Soviética (URSS), en 1991, vivió una era de gobiernos y leyes débiles,
privatizaciones masivas en medio de esquemas de corrupción y la dependencia en
la exportación de recursos petroleros y mineros que dio lugar al surgimiento de
una nueva oligarquía.
Esta situación dio como resultado que el ex estado
comunista, con propiedad colectiva de los medios de producción, pasara
rápidamente a convertirse en uno de los países con mayores niveles de
desigualdad en el mundo.
La disolución de la Unión Soviética en 1991 marcó una
era leyes débiles, corrupción y el surgimiento de una oligarquía ligada a los
recursos naturales, especialmente gas y petróleo
En medio de esta situación Putin alcanzó lo más alto
de la política rusa en 1999, cuando fue designado Primer Ministro, y desde
entonces construyó su poder pactando con las oligarquías, permitiéndoles seguir
ganando dinero a cambio de su apoyo para tener al país bajo control, según
destacó la OCCRP.
Pero el ex hombre de la KGB se ha logrado mantener
"limpio" de acusaciones o rastros hacia su fortuna, a pesar de que
muchas de las personas más ricas del país mantienen vínculos estrechos tanto
con el presidente como con la explotación de recursos naturales, que el Estado
ruso controla en gran medida a través de sus empresas.
El hombre fuerte de la Federación Rusa
Putin nació en 1952 en Leningrado, actual San
Petersburgo, hijo de un submarinista y una trabajadora industrial. En su
juventud estudió derecho y se enroló en la KGB, la icónica agencia de
inteligencia del estado soviético, siendo destinado a la Alemania Oriental por
sus conocimientos del alemán.
Tras la caída de la URSS comenzó su carrera política
como asesor de Anatoly Sobchak, co autor de la Constitución de la Federación
Rusa que emergió en 1991 y alcalde de San Petersburgo.
Ocupó diferentes puestos en la administración de esta
ciudad y saltó al gobierno del presidente Boris Yeltsin en 1997.
Yeltsin veía en Putin un sucesor y lo designó primer
ministro en 1999, cargó que ocupó hasta convertirse en presidente de Rusia en
2000.
Desde entonces ha sido el líder indiscutido del país,
retornando a ser primer ministro entre 2008 y 2012 del presidente Dmitry
Medvedev sólo para cumplir con el límite constitucional a dos mandatos
consecutivos, y volviendo a la presidencia en 2012.