Por Analia Argento
Infobae, 28 de Agosto de
2020
Para el Presidente fue un
empate: ganó la pulseada interna con el kirchnerismo duro y la media sanción de
la reforma judicial pero pagó un alto costo político por la falta de consenso y
la seguidilla de reproches y críticas opositoras. El mismo hizo gestiones de
último momento con Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Alfredo Cornejo
y otros dirigentes opositores con los que pudo abrir un diálogo aunque no sumó
apoyo para la ley.
La sesión terminó a las
00:45 de la madrugada con la marcha atrás de un agregado kirchnerista, algún
roce entre oficialismo y oposición y la denuncia por una amenaza de muerte
contra Cristina Kirchner que hizo Anabel Fernández Sagasti. La mendocina, como
los demás senadores del Frente de Todos en la última semana, sufrió el acoso
vía redes y cadenas de whatsapp que convocaron a escraches y viralizaron sus
números de teléfonos celulares.
Fue la sesión vía
teleconferencia más extensa: hubo diez horas de discursos y 43 oradores.
Mientras se sucedían unos a otros circulaban listas de cambios de último
momento a la ley como la creación de Cámaras, juzgados, defensorías y fiscalías
en las provincias para afianzar votos en el Senado y con la expectativa de
sumar en Diputados donde el proyecto tendrá un trámite difícil. El resultado
fue el previsible: el Frente de Todos logró 40 votos a favor y 26 en contra.
Lo más significativo y
sorpresivo, aunque no tanto después del planteo del presidente Alberto
Fernández, fue que Oscar Parrilli accedió a bajar su agregado al artículo 72
que obligaba a los jueces a denunciar presiones “mediáticas”. El dato no es
menor: finalmente se impuso la palabra del jefe de Estado.
El neuquino, que es la voz
de Cristina Fernández en el Senado (ella por no ser senadora no puede hablar
más que para ordenar la sesión) dio marcha atrás con su propuesta en la última
tanda de discursos. Cuando ya la mayoría de los opositores se había expresado
en contra y había denunciado un intento por “amordazar” al Poder Judicial y
coartar la libertad de expresión, Parrilli justificó su “enmienda”. El artículo
de los “poderes mediáticos” fue “un anzuelo”, arrancó el senador y agregó: “El
Presidente dijo la verdad, que era sobreabundante, pero el objetivo que tuvimos
sirvió porque salieron todos: los grupos mediáticos y los políticos que son
voceros de ellos”. Con un tono calmo inusual en él rompió el letargo en que
había entrado la sesión: “Para sacar los fantasmas y porque el objetivo se
cumplió: se tragaron el anzuelo, la línea, la caña, todo... Pero la discusión
se dio y ese era el objetivo voy a proponer a mis compañeros senadores una
nueva redacción”.
A continuación leyó el nuevo
texto: “Comunicar en forma inmediata al CONSEJO DE LA MAGISTRATURA de la Nación
cualquier intento de influencia indebida, en sus decisiones por parte personas,
grupos de poder, miembros del Poder Judicial, Ejecutivo o Legislativo,
amistades o grupos de presión de cualquier índole, y solicitar las medidas
necesarias para su resguardo. La influencia indebida no requerirá contenido
económico para configurarse”.
También sobre el final hubo
un roce entre Anabel Fernández Sagasti que calificó como “vagos” a los
senadores de la oposición y Luis Naidenoff que le respondió sin enojo:
“Quisiera creer que no quiso tratar de vagos e ignorantes, una descalificación
que no amerita. Cada uno hace el mayor esfuerzo para tratar de que el Senado
esté a la altura de las circunstancias y la cuarentena”.
A diferencia de la
estrategia planteada en Diputados donde Juntos por el Cambio frenó las sesiones
para evitar el tratamiento de la ley, los senadores de esa fuerza política y
los del bloque Federal se presentaron al debate y hablaron alternativamente
durante tres horas con 44 minutos que fue el tiempo que les correspondió en
forma proporcional al número de senadores. Se concentraron en denunciar un
intento de “impunidad” a favor de la Vicepresidenta, ex funcionarios y
empresarios K que enfrentan causas en la justicia federal. Y apuntaron a la
creación de cargos judiciales en las provincias a cambio de votos en la Cámara
de Diputados donde hasta ahora el proyecto no tiene chances de ser convertido
en ley y al costo que tendrá su instrumentación.
El kirchnerismo sin embargo
confía en la posibilidad de convencer a diputados de las fuerzas políticas con
menor representación pero dilatarán las definiciones para sumar consenso. Hoy
el Frente de Todos no lograría los votos suficientes por lo que en la Cámara
baja las exposiciones de expertos durarían un par de meses.
“Durante el gobierno de
Macri se instaló una ‘mesa judicial’, como si fuera un órgano extrapoder creado
por la Constitución. Recuerdo artículos periodísticos naturalizándola, dando
cuenta que desde esa mesa se planteaba ir por un juez por el sentido de una
sentencia”, arrancó, fuerte, María de los Angeles Sacnun, presidenta de la
comisión de Asuntos Constitucionales, y miembro informante del oficialismo.
Ella y los camporistas Martín Doñate y Matías Rodríguez denunciaron tareas de
inteligencia ilegales durante la gestión anterior y “manipulación judicial y
utilización de la Justicia”. “Asistimos a un verdadero escándalo donde agentes
orgánicos e inorgánicos de la AFI, fiscales, jueces y periodistas formaron
parte de un esquema para perseguir opositores. Eso es el ‘lawfare’, la guerra
judicial”, apuntó Sacnun desde Santa Fe.
A pesar de su duro discurso
varios opositores le agradecieron y la felicitaron por la coordinación y moderación
del debate durante los plenarios de comisiones. Sacnun destacó que “hemos
agregado trasparencia a los sorteos de causas. Había causas que eran atrapadas
automáticamente por los mismos jueces. Con este proyecto podrán ser controlados
por las partes, grabados con medios técnicos de manera que pueda ser
revisados”.
En nombre de Juntos por el
Cambio abrió Laura Rodríguez Machado expresó el “total y absoluto” rechazo a la
reforma judicial. “Este festival de cargos, es simplemente un engranaje más en
un todo un plan estratégico para avanzar en el manejo de la Justicia Penal
Federal”.
Ella y varios senadores
denunciaron la creación de cargos judiciales en las provincias “para conseguir
votos en Diputados”. Como miembro informante indicó que “el proyecto original
creaba 279 cargos, pero después en el despacho que firmó el oficialismo se
establece que serán creados 908 cargos. Apareció milagrosamente este festival
de cargos, que seguramente han estado negociando con aquellos que esperan voten
a favor el proyecto en la Cámara de Diputados”. Lo repitió Esteban Bullrich:
“Este canje de votos por cambios es una canallada”. “¿Quién es el autor? No es
el proyecto que buscaba el Poder Ejecutivo, no es el proyecto que buscaba el
doctor Gustavo Béliz ni el de Vilma Ibarra, tampoco parece ser el de la
ministro Losardo que no lo defendió cuando vino a la comisión. Y la misma
Vicepresidenta dice que no es el proyecto de Reforma Judicial que nos debemos”,
agregó el bonaerense en los diez minutos que le correspondieron.
En cambio desde el Frente de
Todos se defendió el debate, aún cuando esta misma semana Cristina Fernández de
Kirchner consideró que “el país se merece una reforma judicial que no es la que
vamos a tratar”. A pesar de sus palabras la respaldaron entre otros el pampeano
Daniel Lovera, que justamente agradeció la creación de una cámara en La Pampa y
el santiagueño José Neder quien afirmó que “el reordenamiento de esta ley intenta
agilizar la justicia y darle practicidad. Es una herramienta muy importante
para el mejor funcionamiento de la Justicia en el marco de la
institucionalidad”. La chubutense Gladys González reclamó a los opositores que
“sean responsables, no sigan sacando la gente a la calle” y reprochó la falta
de propuestas. Como otros senadores subrayó que el artículo 14 prueba “que no
damos impunidad a nadie” ya que, repitió, las actuales causas seguirán en manos
de sus jueces naturales.
Matías Rodríguez, de La
Cámpora de Tierra del Fuego, también dijo que “es un buen proyecto” y volvió a
asegurar que no es posible la “impunidad” y citó el mismo artículo 14 que
establece que las causas en trámite seguirán a cargo de los jueces naturales
que hoy las llevan adelante. “Insisten con que haya marchas y que la gente se
ponga en riesgo” apuntó como González y pidió “responsabilidad en el
aislamiento y la distancia social” mientras fuera del Congreso había una
manifestación en contra de la reforma. Varios senadores apuntaron como positiva
la creación de fiscalías y juzgados por los que reclamaban, dijeron, desde hace
años.
“De uno y otro lado nos
tiramos las cosas sin encontrar soluciones en conjunto” repitió como en una
entrevista a Infobae el senador Martín Lousteau quien le apuntó a la ’grieta’ y
le preguntó a los demás senadores “si somos capaces de trabajar juntos, parece
que no” y cuestionó que la reforma solucione problemas cotidianos, algo que
charló en privado la semana pasada con el propio presidente Alberto Fernández.
“La diferencia está en las correcciones generales o si hay que hacer pequeñas
reformas al proyecto” justificó la falta de propuestas de la oposición que
criticó pero no pidió cambios a la iniciativa. “Es increíble que en el medio de
la pandemia sigamos dándole aumentos por debajo de la inflación a los jubilados
cuando a los jubilados de privilegio les venimos dando por encima de esa
ecuación”, apuntó tras señalar que los magistrados no aportan Ganancias.
Justo cuando terminaba de
hablar Lousteau regresó al recinto la Vicepresidenta que, como suele hacer,
volvió para escuchar los discursos más fuertes de su bancada como el de Mariano
Recalde que fue el siguiente. La reemplazaron en distintos momentos Claudia
Ledesma de Abdala y Maurice Closs que nunca se quitó el barbijo.
“Es una ley que desconcentra
el poder, que agiliza las causas, una ley que no solamente va permitir la
transparencia de los sorteos, va a dar muchas más garantías y seguridad, una
ley que es más federal y da más acceso a la Justicia de todo el país”, remarcó
Recalde sobre el proyecto que lleva de 12 a 46 el número de juzgados de la
Justicia Federal Penal porteña y crea y amplía Cámaras de Apelaciones Federales
en las provincias. “No es una solución definitiva pero mejora un poco el
sistema judicial que tenemos”, terminó su alocución.
Jorge Taiana le contestó a
Lousteau: enumeró los delitos federales como evasión fiscal y los incendios en
el Delta y la creación de juzgados en el Conurbano como beneficios. ”La gente
sabe que Comodoro Py ha sido una cueva de espías”, exclamó.
El Frente de Todos sumó a la
misionera Madgalena Solari Yrigoyen (Frente de la Concordia)y a Alberto
Weretilneck, ex gobernador por Juntos Somos Rio Negro. Celebró que si sale la
ley la ciudad de Buenos Aires tenga su propia Justicia y que “no tengamos que
pagarla los que vivimos en el interior”. En su caso logró la ampliación del
poder judicial penal federal en Río Negro y hasta dijo que Parrilli, presidente
de la comisión de Justicia, sumó al proyecto una sala multifuero a la Cámara
que existe en General Roca en lugar de crear una en Neuquén.
A las 00.31 hubo un nuevo
roce entre oficialismo y oposición. Sacnun leyó durante diez minutos las
modificaciones al dictamen. Naidenoff y Lousteau reclamaron. “Ahora nos
enteramos. Es muy difícil trabajar así”, reprochó Lousteu por desconocer hasta
hasta ese momento “lo que parece la reforma de la reforma”. “No hable por
nosotros, conocemos los cambios” se oyó la voz de un peronista. Cristina
Fernández se molestó pero le dio la palabra “porque después empiezan las
operaciones de prensa y dicen que no los dejamos hablar”. “Pero si van a votar
en contra”, espetó antes de que se votara.