Invisible y fundamental, el agua subterránea es un recurso un que aún requiere de investigaciones de base
¿Cuando comienza a utilizarse masivamente el agua subterránea?
Más allá de los antecedentes antiguos especialmente en lo que es hoy Irán, ya en el siglo XVIII en Europa se hacían perforaciones al lado de los ríos, de manera que las comunidades se aseguraban que allí la napa tenía un caudal constante. Dado que los ríos traían sedimentos que muchas veces eran difíciles de filtrar (en aquella época la contaminación no era tan importante), de esta manera se utilizaba el lecho del río como elemento filtrante.
También se recolectaba el agua de los techos y se la almacenaban en un aljibe, y en el espacio adyacente alrededor de él, lo que es de hecho una técnica de recarga de napas, y luego extraer el agua a través de técnicas elementales, como un balde, una soga y una roldana. Cuando comienzan a aparecer las bombas se pueden explotar acuíferos más profundos y extraer un mayor caudal, lo que fue haciéndose necesario a medida que crecía la población.
¿el conocimiento sobre el agua subterránea le debe mucho a la explotación petrolera?
En realidad es al revés: la tecnología incipiente del petróleo nació a partir de las técnicas utilizadas para la explotación del agua subterránea. En la exploración geofísica, en cambio, la industria petrolera ha desarrollado herramientas que luego permitieron un mayor conocimiento del agua subterránea.
¿tenemos en argentina un mapa de acuíferos?
Sí, tenemos una carta de acuíferos que hizo el INCYTH (1) en los años ‘80. Conocer el subsuelo es importante pero muy difícil. Hoy en día en Argentina se hacen básicamente estudios circunscriptos a ámbitos locales, los estudios hidrogeológicos
de mayor alcance se hicieron en los ‘70 y ’80. No hay muchos estudios extensos actualizados, sobre todo por falta de recursos o porque requieren tiempos largos de ejecución. Por lo tanto, aún hace falta mucha información básica en nuestro país sobre este tema.
Actualmente la investigación está atomizada. Perteneciente al INA está el Centro Regional de Aguas Subterráneas (CRAS) en San Juan, y hay otros centros académicos de estudios en distintos lugares del país, pero con pocos profesionales cada uno (por ejemplo, en Azul, Santa Fe, La Pampa, Córdoba, Rio Cuarto, Salta, etc.). A nivel institucional nacional tenemos la Subsecretaría de Recursos Hídricos (SSRH) y el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), que depende de la Secretaría de Minería que trabajan sobre el tema. Se está trabajando en coordinar esos esfuerzos entre los centros para generar una masa crítica. En el marco del Plan Nacional Federal de Agua Subterránea, que se está coordinando en la SSRH, se están llevando a cabo reuniones con el COHIFE en este sentido.
Hay provincias que dependen del agua subterránea, existen miles de poblaciones mediterráneas que también dependen de los acuíferos, muchas de las cuales tienen problemas con la calidad del agua. entonces, ¿cómo explica esta falta de interés por el conocimiento del agua subterránea?
Es una pregunta difícil de contestar. Es un recurso que no se ve, que se piensa que es infinito. Además, influye la cuestión presupuestaria, ya que tanto la generación de conocimiento como las obras (ya sea de captación como de remediación) son costosas.
Además, las grandes ciudades argentinas –salvo excepciones- usan agua superficial. ¿esto también puede limitar el interés por el agua subterránea?
Antes, en Buenos Aires, alrededor del 40% del agua provenía de fuente subterránea. Hoy ese porcentaje ha disminuido notablemente por varios motivos: el acuífero Puelche está contaminado y es más viable económicamente concentrar la captación en dos tomas sobre el río de la Plata. Debería adoptarse una decisión estratégica en este sentido a largo plazo. Si le pasa algo grave a una de las tomas quedan millones de personas sin agua, con una reserva limitada.
Para lo cual se deberían mantener los pozos utilizables, pero es cierto que cuando la expansión del servicio es tan rápida, como en el caso de Buenos Aires, es difícil renunciar al agua superficial; además, tratar de decontaminar el acuífero Puelche va a llevar muchísimo tiempo, incluso siglos.
Habría que ir pensando en generar áreas protegidas para la captación de agua subterránea que, en la Argentina, excepto algunas en La Pampa, no se han implementado.
¿Cómo funcionan las áreas protegidas para captación de agua subterránea?
Es básicamente una acción de ordenamiento territorial, tanto en espacios urbanos como rurales, en la que se establece una prohibición de actividades que pueden afectar el agua subterránea, no sólo aquellas que son potencialmente contaminantes, sino de otros tipos, porque aún en los países más desarrollados hay pérdidas en las cañerías o distintas actividades que tienen algún impacto sobre las napas. En Europa o en los Estados Unidos no se puede realizar ciertas actividades a una determinada distancia de los pozos. En estos países uno va por las autopistas y hay carteles que indican que uno está pasando por un área de protección de acuíferos, donde está prohibido hasta detenerse con el vehículo. Es imprescindible crear estas áreas, ya que si hoy no tenemos un acuífero contaminado lo va a estar en el futuro si no se toma algún tipo de medidas como ésta.
¿Cuáles son las dimensiones de estas áreas?
La velocidad de movimiento del agua subterránea es muy baja; puede llegar a un metro por día, aproximadamente. En el modelo conceptual más simple con un pozo con un zona de captación circular, si uno quiere tener una reserva de agua protegida por un año será necesario generar una protección de 180 metros alrededor de esa perforación, suponiendo que la velocidad del agua en ese lugar es de 50 cm por día. Esto significa que, ante un caso de contaminación, contamos con un año para reemplazar ese pozo o generar alguna otra alternativa.
¿Las reservas pueden incluir algún tipo de medida para mejorar la infiltración o son sólo para evitar la contaminación?
Si es una zona de recarga se puede tomar algún tipo de medidas respecto de la infiltración, pero básicamente se trata de evitar la contaminación. Para mejorar la infiltración se pueden hacer obras de ingeniería, como por ejemplo piletones, que permiten retener el agua por más tiempo por lo que la infiltración será mayor. También se pueden hacer terrazas en las áreas agrícolas, con el mismo objetivo de retardar el escurrimiento y favorecer la infiltración.
En nuestro país consideramos que el suelo es prácticamente infinito hacia abajo y, por lo tanto, está permitido tirar cualquier cosa. En una ciudad se utilizan cientos de productos que son contaminantes (detergentes, pinturas, solventes) que son imposibles de controlar. El único camino es el cambio cultural.
¿Los distintos usos agrícolas, según los tipos de labranza, tienen un impacto directo sobre la infiltración?
Absolutamente, pero también depende del tipo de suelo. En zonas de suelos arenosos, como en el sur de Córdoba y el oeste bonaerense, la labranza cero o siembra directa mantiene la cobertura del suelo y evita que se erosione, lo que favorece la infiltración.
En suelos más arcillosos, menos permeables, como en la zona agrícola central (norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe), la siembra directa puede llegar a reducir la infiltración. Si bien este tipo de manejo del suelo es aconsejable en todo el país, ya
que tiene varias ventajas (reduce la erosión, aumenta la materia orgánica del suelo, etc.) en algunas zonas conviene realizar algún tipo de laboreo para favorecer la infiltración, por ejemplo promoviendo el encharcamiento de algunas zonas para que el agua tenga más tiempo de ingresar a la napa.
En 1965 la unesco lanza el decenio Hidrológico internacional (2), cuyo objetivo era aumentar el conocimiento sobre el agua, en especial sobre el agua subterránea. ¿en estos 40 años en qué aspectos se ha mejorado en el conocimiento sobre el agua?
Se ha avanzado mucho en el conocimiento de cómo se transportan los contaminantes, hoy comprendemos mejor esos procesos. En la parte hidrodinámica, de movimiento del agua, se progresó a partir del uso de los modelos numéricos, que comenzaron a utilizarse en los ’70, con los que pueden analizarse escenarios bidimensionales o tridimensionales con geometrías irregulares. También se progresó con el uso de métodos geofísicos de exploración del subsuelo.
Otro aspecto en el que se ha avanzado es el conocimiento en general de la vida en el subsuelo. Allí existen microorganismos que pueden degradar distintas sustancias y mejorar las condiciones del agua. Es lo que llamamos la remediación natural.
Uno de los motivos que complica el manejo del agua subterránea es la escala de tiempo, que se cuenta en décadas o en siglos. En la Argentina no estamos pensando en plazos tan largos actualmente.
Pero debemos tener en cuenta que desde los ’60 los problemas han cambiado. Ahora no es sólo la cantidad de agua lo que interesa, sino la calidad. Actualmente, en términos de inversión en el sector ambiental, tanto en Europa como en Estados Unidos, la remediación de acuíferos tiene el segundo presupuesto después de la basura.
¿Cómo se comportan los compuestos nitrogenados, como los fertilizantes, una vez que ingresan al suelo?
El nitrógeno es un indicador muy importante, ya que tiene un coeficiente de retardación muy bajo, prácticamente igual a uno, ya que se disuelve en agua y no es absorbido por los sedimentos del subsuelo y por lo tanto se desplaza prácticamente a la misma velocidad que el agua. En otros contaminantes, como los clorados, que tienen un coeficiente de retardación mayor, la onda de contaminación avanza más lentamente. Esto es así porque estos compuestos se adosan (absorben) a las partículas de sedimentos de la matriz porosa del subsuelo, y en consecuencia su velocidad de desplazamiento es menor. Por lo tanto, encontrar nitrógeno (en forma de nitratos) es importante como alarma temprana porque significa que más tarde pueden llegarán los otros contaminantes.
¿El suelo protege al agua subterránea a la manera de un filtro?
Exactamente, para que los contaminantes volcados en la superficie lleguen a la napa tienen que pasar a través de la porción de suelo que está sobre ella (llamada zona no saturada), que puede tener mayor o menor espesor. Esta porción del suelo funciona como un filtro para los contaminantes, ya que allí se produce su degradación aeróbica (con presencia de oxígeno) y, por supuesto, cuanto mayor sea la zona no saturada, más protegido estará un acuífero, aunque también depende del tipo de suelo y, en consecuencia, de la velocidad de infiltración: cuanto más rápido infiltre el agua la protección es menor, y viceversa.
¿En el modelo agrícola argentino, la contaminación difusa de origen agrario es importante?
A largo plazo sí. En algunas zonas, como en Pergamino, ya se nota desde hace años, aunque actualmente se está haciendo un mejor manejo del uso de los fertilizantes, entre otros factores por el costo de estos productos.
Pero debemos tener en cuenta que uno de los motivos que complica el manejo del agua subterránea es la escala de tiempo, ya que en este tema estamos hablando de décadas, de siglos. En la Argentina hoy no estamos pensando en plazos tan largos.
Por un lado hay una tendencia a hacer más estrictas las normas para la calidad del agua (3) y, por otro, usted dice que el potencial de contaminación está en aumento. ¿no son dos procesos que avanzan en sentido contrario? ¿tendremos que bajar nuestras expectativas en relación a la calidad del agua en el futuro?
Por un lado la contaminación puede contrarrestarse con tecnología. Pero por otro lado los estándares que recomiendan los organismos internacionales se hacen en función de la aceptación del riesgo por parte de la población o de criterios políticos. Por ejemplo, en vez de aceptar una muerte por cada cien mil personas causada por un determinado compuesto, pasamos a aceptar sólo una muerte por cada millón. Es decir, los estándares se hacen más rígidos cuando una comunidad no acepta determinados niveles de riesgo. Un ejemplo de otra área podría ser el tránsito: si una comunidad no acepta que haya tanta cantidad de muertes por accidentes de tránsito, entonces se baja la máxima velocidad permitida.
Pero también los estándares se basan en estudios epidemiológicos, y cada vez tenemos más estudios. Por lo tanto se reduce la incertidumbre sobre los riesgos que puede provocar una sustancia. En consecuencia, a medida que pasa el tiempo, las estadísticas tendrían que ser más precisas y los estándares tendrían que bajar en vez de subir en general para un riesgo fijo.
¿Usted está diciendo que los valores que hoy tenemos como estándares están contemplando un alto grado de incertidumbre?
Sí, sin dudas. Por ejemplo, el estándar sobre arsénico (4). Si aquí hacemos un estudio epidemiológico serio, de varios años, es muy probable que ese estándar pueda relajarse. Lo que también sucede es que cada vez se desarrollan estándares para una mayor cantidad de sustancias a medida que se demuestra que éstas puedan tener una afección determinada sobre la salud.
¿Cuándo es posible o viable hacer remediación de un acuífero?
La remediación de acuíferos y del subsuelo es simplemente muy costosa. En el extranjero básicamente se hace para la industria química y para las estaciones de servicios. Se trata de sanear el suelo, y si el área es muy grande, se hace normalmente una contención del contaminante, construyendo barreras hidráulicas o de permeabilidad en el subsuelo. Si el área es más limitada se puede extraer el contaminante del suelo, en el caso de los solventes, por ejemplo, por medio de evaporación. Aquí en la Argentina las remediaciones son limitadas por un problema de costos.
¿Es posible sanear un acuífero?
Políticamente y culturalmente es muy complejo. En nuestro país consideramos que el suelo es prácticamente infinito hacia abajo y, por lo tanto, está permitido tirar cualquier cosa. En una ciudad se utilizan cientos de productos que son contaminantes (detergentes, pinturas, solventes) que son imposibles de controlar. El único camino es el cambio cultural.
Los actuales estándares sobre calidad de agua contemplan el alto grado de incertidumbre. Pero cada vez tenemos más estudios epidemiológicos y, por lo tanto, se reduce la incertidumbre. En consecuencia, las estadísticas tendrían que ser más precisas y los estándares tendrían que bajar en vez de subir. hidrología
El agua subterránea, a diferencia del agua superficial, es aprovechada por pequeñas obras (perforaciones) individuales, con poca posibilidad de control por parte de la autoridad pública. ¿Cómo es posible implementar políticas públicas de manejo del agua subterránea en este contexto?
Es también una cuestión cultural. El público tiene que estar bien informado de lo que es un acuífero. Efectivamente, es muy complicado controlar eso. En la Argentina no hay, en la práctica, inventarios de pozos. Volvemos al tema de la prioridad: los recursos para el agua subterránea no aparecen porque no es prioritario, y son muchos los factores que están interviniendo en este desplazamiento de la prioridad: la escala de tiempo es uno de ellos.
Glosario
Coeficiente de retardación: es el cociente entre de la velocidad del agua y la velocidad un contaminante en un subsuelo con ciertas características. Ejemplos: r_nitrogeno ~ 1; r_tcE ~1.8 a 5.5; r_Pcb ~ 20000 a 100000.
Compuestos clorados: son sustancias que contiene cloro. En muchos casos se trata de contaminantes de origen industrial y por algunos agroquímicos. Ejemplos: tcE (tricloretileno), Pcb (bifenilos policlorados).
Compuestos nitrogenados: básicamente son sustancias de tipo biológico. En las áreas rurales la mayoría de los fertilizantes
son compuestos nitrogenados. Ejemplos de nitrogenados son la urea, los residuos cloacales.
Notas
[1] Instituto nacional de ciencia y técnica Hídricas (IncytH) es hoy el Instituto nacional del agua (Ina).
[2] Decenio Hidrilógico Internacional 1965-1974, unESco.
[3] En la argentina, los estándares sobre el agua potable se encuentran en el código alimentario argentino, capítulo xII.
[4] Se refiere a que en setiembre de 2007 el valor máxima aceptado por el código alimentario argentino es de 0,01 mg por litro, habiéndose reducido respecto del estándar anterior que era de 0,05 mg por litro.
Entrevista con Gabriel Raggio
Ingeniero. asesor de la Subsecretaría de recursos Hídricos de la nación
Fuente: Revista Hydria
Estrucplan, 15-11-09