POR CLAUDIO ALISCIONI
En el futuro, la
vigilancia desde el espacio será el elemento determinante para asegurar el
control territorial. Ese es el principio que alimenta desde inicios de siglo la
aparición de estos nuevos aparatos. Y a esta idea básica debe referirse la
iniciativa de la comuna de Tigre.
Los expertos los
llaman UAV por sus siglas en inglés (Unmanned Aerial Vehicle, vehículos aéreos
no tripulados). Son desde avioncitos piloteados a control remoto, como los que
se presentan en Tigre, hasta aparatos grandes y de gran autonomía, guiados por
láser y que cuentan con un sistema de orientación satelital. Su uso mayoritario
es policial y militar.
El tamaño y el precio
de estos pájaros de metal depende de su objetivo. EE.UU., por ejemplo, dispone
de 19.000 “drones” (así los llaman) para espionaje y ataques de precisión. Con
sus cuatro metros de fuselaje y complejo armamento misilístico valen US$ 13
millones cada uno. Se usaron en Irak y en Afganistán a partir de sus dos
ventajas tácticas: enorme capacidad destructiva y nulo riesgo de bajas propias
para el ejército que los usa.
Clarín, 1-2-13