En el conurbano
bonaerense hay policías, patrulleros y miles de cámaras para tratar de atenuar
el drama de la inseguridad cotidiana. El municipio de Tigre agrega ahora un
matiz, al menos, novedoso: es una flota de seis “drones” , vehículos aéreos no
tripulados que son manejados por control remoto.
Los robots transmiten
en tiempo real imágenes que son tomadas durante su vuelo. El sistema, inédito
en el país, funciona en otros lugares del mundo como Londres, Seattle (EE.UU.)
Bélgica e Israel.
“La navegación
monitoreada desde el nuevo Centro de Operaciones Tigre (COT) puede ser manual,
con un piloto desde tierra, o programada mediante puntos determinados por GPS
para la automatización de rutas o recorridos”, explicaron voceros de la comuna.
La presentación
oficial la hará el intendente Sergio Massa hoy, a las 19, en el Museo de Arte
de Tigre. El municipio, además, cuenta actualmente con 800 cámaras de
seguridad.
Los nuevos
cuadricópteros “drones” telecomandados son unidades de vuelo provistas con
cámaras que capturan y transmiten imágenes de alta definición en tiempo real a
los centros de comando.
Esta tecnología se
fabrica en Holanda. Según fuentes del municipio de Tigre, este modelo “es el
primero” que se pone en práctica en Latinoamérica.
Los “drones” serán
controlados desde el centro de monitoreo preventivo.
Las imágenes podrán
ser puestas a disposición de la Justicia para el esclarecimiento de los casos.
Pero también serán
utilizados para tomar imágenes en tiempo real en incendios. “Se podrá tener
conocimiento de la situación del siniestro y la presencia de personas o
elementos inflamables sin poner en peligro la vida del personal que debe actuar
en estas situaciones”, explicaron las fuentes.
En la función
exclusivamente policial, los “drones” serán lanzados junto a una unidad de
operaciones móviles del Centro de Operaciones Tigre (COT) para monitorear
persecuciones (“será muy útil en casos de delincuentes escapando por los
techos, por ejemplo”, dijeron los voceros), y allanamientos en sitios de alto
riesgo.
Clarín, 1-2-13